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Crónica:TENIS | Hoy comienza el Abierto de Australia
Crónica
Texto informativo con interpretación

"No estoy de acuerdo con Federer"

Nadal critica al suizo por aplaudir el calendario mientras la mayoría lo considera extenuante

El sábado, durante la reunión obligatoria de tenistas en Melbourne, Rafael Nadal escuchó a algunos compañeros reivindicar la posibilidad de ir a la huelga durante Roland Garros para que se reduzca el calendario de torneos y se aumenten los premios en la Copa Davis y los grandes. Al día siguiente, los periodistas le plantean la cuestión desde otro punto de vista. ¿Está usted de acuerdo con el suizo Roger Federer, que se queja de que los mejores tenistas señalen los fallos del circuito y no subrayen que el tenis vive una época dorada?

"No estoy de acuerdo", dice. "Es muy fácil decir: 'No digo nada', todo positivo, quedo como un gentleman, y que se quemen los demás. Pero eso tampoco es así. Cada uno tenemos nuestra opinión y a lo mejor a él le gusta el circuito. A mí también me parece fantástico, mucho mejor que el de otros deportes, lo que no quita que haya cosas que hay que cambiar y que se pueden mejorar", prosigue. "Cada uno es libre de tener una visión diferente de lo que son las cosas (...) La gran mayoría de jugadores opinamos esto. Si la mayoría piensa una cosa y muy poquitos otra, a lo mejor los que están equivocados son ellos".

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Nadal, en busca de su lado salvaje

Nadal y Federer, rivales legendarios que han tenido siempre las mejores palabras el uno con el otro, una excepción en el mundo del deporte, dejan ahora que se sepa que piensan diferente. Si el español cree en una clasificación basada en los resultados de dos años como manera de prevenir más lesiones, el suizo defiende la clasificación anual, porque entiende que cambiarla dificultaría que subieran los tenistas más jóvenes y diluiría sus récords. Si Nadal miraba con buenos ojos a uno de los candidatos a dirigir la ATP, Federer prefería a otro. Si Nadal coincide con Djokovic y Murray en la necesidad de expresar públicamente su parecer, Federer, normalmente, calla. Y si Nadal se considera un mero portavoz y es visto por sus compañeros como el representante de los intereses de la mayoría, Federer interpreta que intenta acumular poder.

Así pasan las cosas en Melbourne. Hay reuniones. Se habla de huelgas. En ese ambiente arranca el Abierto de Australia.

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