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Reportaje:

"Los europeos mejoran la NBA"

Chris Paul, figura de los Hornets, que juegan hoy en Barcelona, apunta al anillo

Robert Álvarez

Kevin Garnett y Paul Pierce son los reyes del momento mientras Kobe Bryant persigue su utópica carrera de fondo tras el mito de Michael Jordan y LeBron James y Dwayne Wade tratan de llegar a la cima. Pero si alguien encarna el futuro de la NBA es Chris Paul. El base, de 23 años, asombró en su tercera temporada en la Liga por su dinamismo e inteligencia y se convirtió en el primer jugador capaz de liderar las clasificaciones de asistencias (11,6 de media) y robos del balón (2,7) desde que lo consiguiera John Stockton en 1992. Sobre todo, Paul fue el alma de los Hornets de Nueva Orleans y los condujo a las semifinales de la Conferencia Oeste.

CP3, como es apodado por la combinación de sus iniciales y el número que luce en su camiseta, está en Barcelona. Su equipo se enfrenta hoy, en el Palau Sant Jordi, a los Wizzards de Washington (21.30, Canal +). Es uno de los partidos correspondientes a la gira Europe Live que cuatro equipos de la NBA efectúan por París, Londres, Berlín y la ciudad catalana. "Este año queremos ganar el anillo", suelta Paul en un correcto castellano; "el idioma lo aprendí en la escuela y la universidad".

"Calderón es mi favorito, Rudy es muy atlético y Ricky me quitará el puesto"
"Su liderazgo y su estilo me recuerdan a Magic Johnson", dice de Paul su entrenador

Acto seguido, alega que se expresa mejor en su idioma y vuelve al inglés para argumentar, en conversación con EL PAÍS, los motivos por los que su equipo está en condiciones de aspirar ya al máximo. "El año pasado ganamos 56 partidos y nuestro reto es mejorar, llegar a la final de nuestra Conferencia, a la de la NBA y ganarla. Hemos incorporado jugadores que han ganado con otros equipos y que nos aportarán su experiencia", explica en referencia al fichaje de James Posey, el veterano ala-pívot que ayudó a los Celtics a conquistar el último anillo y también a los Heat en 2006. "Para conseguir nuestro objetivo", subraya, "será imprescindible mejorar en la defensa". Casi 96 puntos de media por partido recibieron los Hornets la pasada campaña frente a un promedio de 101 puntos anotados en su favor gracias a su demoledor ataque, capitaneado por Paul, David West y Peja Stojakovic, el alero serbio que cumple su décima temporada en la NBA.

"Los jugadores europeos, cuando llegan a Estados Unidos, son distintos, pero saben adaptarse y mejoran la competición", opina Paul. "Calderón es uno de mis preferidos. Gasol ha logrado que los Lakers sean mucho mejores. Rudy Fernández posee una capacidad atlética impresionante, tal como demostró con el mate que hizo en la final olímpica ante Dwight Howard. Y Ricky Rubio, dentro de unos años, me quitará el puesto. Es increíble que juegue como lo hace con sólo 17 años y que ya haya disputado unos Juegos Olímpicos y obtenido una medalla de plata", puso de relieve Paul tras encontrarse de nuevo en Barcelona con el base del DKV Joventut y de la selección española.

Byron Scott, el entrenador de los Hornets, ha anunciado ya que dosificará a Paul en el primer tramo de la temporada siguiendo las pautas de actuación de Gregg Popovich con los jugadores fundamentales de los Spurs, precisamente el equipo que eliminó a los Hornets en los playoffs. "Me siento fenomenal después de haber disputado y ganado los Juegos Olímpicos. El entrenador sabe cómo juego. Veremos cómo van los primeros meses de la temporada y hablaremos para ver qué es mejor para el equipo", explica Paul, que la pasada temporada sumó una media de casi 38 minutos en los 80 partidos que disputó. En cambio, su rival en las semifinales de Conferencia, el francés Tony Parker, sumó 69 encuentros y una media de 33 minutos.

Los Hornets volvieron en 2007 a su pabellón de Nueva Orleans después de dos años de exilio en Oklahoma a causa de los daños producidos por el huracán Katrina. "Aquello fue muy duro y hemos intentado ayudar a la gente para que lo supere de la mejor forma posible", cuenta el jugador que la pasada temporada estuvo nominado para el premio al mejor jugador del año en la NBA, finalmente otorgado a Bryant.

Paul hizo leyenda a su paso por la Universidad de Wake Forest. Además de batir todos los récords, marcó un hito. El día del funeral de su abuelo, asesinado a tiros tras un incidente en el que estuvieron envueltos tres adolescentes, había partido. Paul anotó 61 puntos, uno por cada uno de los años que tenía su abuelo. "Su liderazgo, su determinación y su facultad para cambiar el curso del juego suponen para mí como una vista atrás, a los tiempos en que yo jugaba con Magic Johnson", dice Scott, ex componente de los triunfales Lakers de los ochenta.

West, el segundo mejor anotador de los Hornets, se rinde a las habilidades de Paul. "Si se me permite, diría que podría ser como mi padre. Siempre sabe exactamente dónde y cuándo darme el balón. Tiene una especie de mimetismo". Algo parecido opinan Stojakovic y Tyson Chandler, que durante la pasada Liga sumó 192 mates, 106 de ellos a pase de Paul, con el que formó la conexión más eficaz. "Se conoce el impacto de Paul sobre el juego de los Hornets, pero, si a ello se añade su potencial ofensivo, va a convertirse en un jugador absolutamente imposible de marcar", resume el entrenador de los Spurs, Popovich.

Chris Paul, durante el entrenamiento de ayer en Barcelona.
Chris Paul, durante el entrenamiento de ayer en Barcelona.EFE

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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