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El excesivo 'efecto Toquero'

El jugador del Athletic, clave en el equipo, tiene que hacer frente a la euforia rojiblanca

El jugador del Athletic, clave en el equipo, tiene que hacer frente a la euforia rojiblanca

Los futbolistas accidentales como los fabulosos, tienen efectos fortuitos, muy determinantes. Los futbolistas fundamentales lo hacen, o están obligados a ello, cada día, en función de su salario, su efecto mediático, su impulso económico. Los accidentales, es decir, los grupales, los anímicos, tienen sus virtudes más opacas hasta que atruenan. Un ejemplo es Gaizka Toquero, un futbolista técnicamente limitado que, sin embargo, tiene el valor de cambiar el signo de un partido, nada menos que ante el Barça, frente a Alves y perdiendo ante el mejor equipo del mundo. El efecto Toquero empezó como una broma cuando marcó un gol frente al Sevilla, en aquel partido mítico de Copa. Ahí comenzó la broma del lehendakari, que amenazaba con hundirle como un icono de los intrascendentes de San Mamés. Podía entonces convertirse Toquero en el recurso anímico de la desolación. Algo así como que "salga el que corre", como Urkiaga (que fue internacional) enardecía a la grada en los momentos difíciles en los balones imposibles de alcanzar.

Toquero tendrá que optar entre ser un jugador de grada o un jugador de equipo

Toquero tendrá que optar entre ser un jugador de grada o un jugador de equipo, a sabiendas de que nunca será un gran jugador y que su vida deportiva depende de su utilidad, de su servicio al equipo. Muchos futbolistas han sucumbido a los halagos de la grada, aquéllos a los que festejaban sus gambeteos y aquellos a los que vitoreaban sus carreras imposibles.

Toquero ha sabido leer su vía. El sábado, ante el Barcelona, fue el gran salvador de Caparrós. Él fue el cambio absoluto de entre lo que planteó el técnico rojiblanco y lo que sucedió más tarde. Toquero es un tipo fácil de marcar, por sus condiciones técnicas, y muy difícil de vigilar por su actitud en el campo, sorpresiva, no siempre geométrica, entregada en cualquier caso, en cualquier resultado.

El Athletic ha vivido, en distintas versiones, de ese tipo de futbolistas, que jamás bajarán del 5 y jamás superarán el 7, pro que son como un seguro a terceros que te garantizan el viaje, ganes o pierdas en el trayecto.

El mayor mérito de Toquero no fue el gol, que fue mucho, que fue bello, que fue técnicamente perfecto, sino su capacidad para alterar las condiciones del partido, algo que hoy por hoy sólo corresponde a tres jugadores de la plantilla: Javi Martínez: por explosividad; Muniain, por habilidad, y Toquero, por espíritu de anarquía. El resto cumple, a veces bien, a veces mal, con las labores previstas y nadie espera más, por mucho o poco que sea. La diferencia de Toquero es que ha enganchado con el público. Lo importante es que ambos lo sepan interpretar.

Toquero disputa un balón con Piqué.
Toquero disputa un balón con Piqué.TXETXU BERRUEZO

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