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Reportaje:Gran Premio de España de motociclismo

La fiesta en paz

La carrera de Jerez, con 47 millones de impacto económico, aumenta los controles por los 370.000 desplazamientos en moto

Oriol Puigdemont

Se cumplen más de 20 años desde que el circuito de Jerez se engalanó por primera vez para recibir una carrera del Campeonato del Mundo de motociclismo, en 1987, y desde entonces no ha parado la fiesta en la zona de los pueblos blancos. El pleno de moteros está asegurado hoy y mañana e incluso es posible que se supere el récord de espectadores en una carrera de MotoGP: los 141.632 que se citaron la temporada pasada en el recinto checo de Brno.

Estarán Valentino Rossi, Dani Pedrosa; el campeón, Casey Stoner, y Jorge Lorenzo, que pretende armar una gorda en su primera aparición como piloto de MotoGP ante la hinchada española. Y, como cada año, a medida que la prueba se acerca, las administraciones se han puesto en guardia para tratar de que la fiesta se quede en eso. El gran premio de 2007 dejó seis víctimas mortales como consecuencia de accidentes de circulación: cuatro en carretera y dos por las calles de Jerez.

El circuito espera batir el récord de 141.632 espectadores en una prueba de MotoGP
Se ha restringido la circulación en la ciudad y aumentado los aparcamientos
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LORENZO, DE NUEVO EL MÁS RÁPIDO.

Para tratar de minimizar el riesgo, la Dirección General de Tráfico (DGT), en coordinación con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jerez, ha puesto en marcha un dispositivo que pretende optimizar el plan que se aplicó en 2007. Hasta entonces, las calles de Jerez se convertían en una jungla durante el fin de semana de carreras. "Las motos se metían por todos los lados, se organizaban pasillos para que se hicieran caballitos y el ruido hacía prácticamente imposible dormir", asegura Patricia, una jerezana que tiene un piso en una de las zonas de marcha. Con el objetivo de evitar todo ello se restringió el acceso de motos al centro de la ciudad, una medida que ahora se extenderá al perímetro. Para complementar el plan se van a emplazar grandes aparcamientos para que los motoristas puedan dejar sus monturas. Si el año pasado contabilizó alrededor de 358.000 desplazamientos, para el actual la DGT prevé todavía más, unos 370.000.

Atrás queda el toque de atención de Pere Navarro, director general de Tráfico, que el pasado año amenazó con prohibir la carrera si el número de muertes de 2006 (nueve) no se reducía. "Hemos pasado de estar en un escenario en el que nos culpábamos todos a superar esta fase", dice ahora.

El despliegue será sin precedentes: 2.300 agentes de la Guardia Civil, 18 helicópteros de vigilancia en carretera -cinco de ellos sobrevolarán el circuito y sus alrededores-, 20 puestos de control de alcoholemia y 79 radares. Además, 450 policías (200 de ellos antidisturbios), se desplegarán por Jerez. Todo para tratar de no poner en peligro una carrera que dejó en 2007 en su zona de influencia 47,4 millones de euros, muy por encima de los 31 del pasado Gran Premio de Catalunya.

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