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Reportaje:

El frenazo de Barragán

El ex defensa del Liverpool denuncia al Deportivo por dejarle sin ficha federativa

Antonio Barragán finaliza en 2011 su contrato con el Deportivo, se entrena con sus compañeros y recibe las atenciones de los fisioterapeutas y los servicios médicos del club, que le han ayudado a superar una rotura parcial del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha sufrida en abril en un partido contra Osasuna. Hoy también tendría que entrenarse, pero el técnico, Miguel Ángel Lotina, ha dado un día libre al equipo. Tanto Barragán como él tienen una cita en el juzgado porque el futbolista ha interpuesto una demanda por despido improcedente contra la empresa que le paga. Lotina acudirá a declarar como testigo.

La paradoja tiene su origen en septiembre, cuando Barragán se quedó sin ficha porque Lotina consideraba que no estaba al ciento por ciento tras su lesión. Asesorado por Juan de Dios Crespo, abogado de larga trayectoria en derecho deportivo, el defensa, de 21 años, decidió acudir a los tribunales a pesar de los reproches de su propia peña, que renegó de su nombre. Hace 12 días, el Deportivo, que disponía de una plaza libre al traspasar al portero Aouate al Mallorca, le inscribió en la Liga. Pero la demanda sigue en pie porque, dice Crespo, "corresponde a hechos sucedidos hace tres meses". Por ello, al entender que no se le dejó ejercer su profesión, Barragán reclama la carta de libertad y el salario de lo que le queda de contrato.

El episodio parece cercenar una carrera que incluso llevó a Barragán al Liverpool, por más que Lotina vele por su progresión futbolística y aconseje una cesión que puede estar próxima porque el Recreativo ha preguntado por él. "Necesita 20 partidos seguidos en Primera", sugiere el técnico, que estima que Barragán "lo tiene todo para ser futbolista".

Internacional español como lateral derecho en todas las categorías inferiores, Barragán apostó fuerte cuando en el verano de 2005, con un año como juvenil por delante, dejó la cuna del Sevilla para irse al Liverpool de Rafa Benítez. Pablo Blanco, responsable de la cantera de Nervión, recuerda cómo se pasó una mañana junto a Manolo Jiménez, entonces al frente del filial, intentando convencerle de que no se fuera y completara su formación. "Era fuerte, técnico, adelantado a su edad. Y tenía prisa", se lamenta.

El tiempo demostró que Barragán no estaba preparado para dar el salto. "Le faltaba adquirir conceptos defensivos porque en el Sevilla se adquieren en el equipo B, no en las categorías inferiores, en las que defensivamente se trabaja poco", apunta Blanco. Lotina corrobora esa impresión: "Apareció en Primera sin pasar siquiera por Segunda B y todavía se equivoca mucho en la toma de decisiones: cuándo tiene que entrar, apretar o temporizar".

El jugador pasó un año en el Liverpool en la Liga de los Reservas, sin la exigencia de jugar contra extremos curtidos. Y, tras destacar en el Mundial sub 20, llegó cedido a A Coruña, donde Javier Caparrós le lanzó al ruedo con efecto gaseosa: fue de más a menos con estrépito. Pronto desapareció de las alineaciones. Se lesionó y ahora busca enderezar su carrera. Antes tiene una cita en el juzgado.

Antonio Barragán, en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación.
Antonio Barragán, en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación.DIARIO AS

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