La fuerza de los Celtics devasta a los Lakers
Garnett y Pierce dan la primera victoria al equipo de Boston
Los Celtics van un paso por delante de los Lakers en el duelo más esperado de los últimos tiempos. El efecto Pierce les dio alas y el golpe de riñones idóneo para romper a los Lakers en el último cuarto y anotarse el primer triunfo (98-88) de una serie que se abrió con la tremenda tensión y exigencias que se presuponían. La agresividad y la tendencia al dramatismo del capitán de los Celtics marcaron el final del partido. Se lesionó, fue llevado en volandas al vestuario y se temió lo peor. Pero regresó a la pista, redobló su agresividad ofensiva y escoltó la sensacional actuación de Garnett sin que Kobe Bryant y Pau Gasol pudieran responder con la contundencia necesaria para ganar en el Garden de Boston.
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Los 24 puntos y 13 rebotes de Garnett y los 22 puntos de Pierce devastaron a los Lakers. La superioridad en el rebote de los verdes describe las lagunas que, por momentos, hacen vulnerables a los Lakers, casi todas ellas relacionadas con la agresividad en el juego. Les falta un punto más de determinación y ajustes en ambos lados del campo para dominar una faceta decisiva. Si no funcionan como la seda en las transiciones, si Kobe Bryant no logra convertirse en la máquina anotadora de tantas veces, si Farmar no está al quite con todas las de la ley cuando releva a Fisher para empuñar el timón del juego y si Gasol tarda 30 minutos en capturar su primer rebote, el partido se tuerce.
Gasol se emparejó con Garnett, a pesar de que a veces fue defendido por Perkins. Gasol juega de pívot, Garnett no. Eso le da ventaja al jugador de los Celtics, que además de exigir un enorme trabajo defensivo de Gasol, anotó varios tiros a distancia. En cambio Kobe Bryant se las vio y se las deseó para superar los sucesivos emparejamientos con Allen, con Cassell y con Posey. Sumó 24 puntos pero sus porcentajes no fueron buenos: 9 canasta en 26 lanzamientos, además de 6 tiros libres.
Los Celtics se aferraron a esa superioridad en el rebote, se pusieron las botas ofreciendo balones a Garnett en el interior de la zona y mantuvieron siempre cierta ascendencia sobre el juego a pesar de que los Lakers llegaron a ponerse por delante en varias ocasiones al final del segundo cuarto y principios del tercero (58-62). Fue entonces cuando se produjo la lesión de Pierce. Una vez reincorporado al juego, los Celtics metieron la directa (86-78) y el juego y la moral de los Lakers se fue resquebrajando. Kobe fallaba tiros, Gasol se quedaba seco en ataque y nadie más conseguía dar la réplica adecuada.
El ataque de los Lakers quedó reducido a la mínima expresión, sólo 15 puntos en el último cuarto, y lo pagaron caro, con la primera derrota en una serie que prosigue a las tres de la madrugada del próximo lunes, hora española, con el segundo partido también en Boston.
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