El grito del Sagunto: "¡Queremos cobrar!"
Las jugadoras reciben la carta de libertad por los impagos
Después de meses sin cobrar, las jugadoras del Mar Sagunto, tercero en la Liga femenina de balonmano, han explotado. Primero bajó los brazos la legendaria jugadora, seleccionadora, entrenadora y ahora presidenta del club Cristina Mayo, que, desesperada al no poder pagar a sus jugadoras, les acaba de dar la carta de libertad. Y ayer estas desplegaron una pancarta antes del encuentro con el Promociones Paraíso Castro Urdiales (24-21): "Necesitamos la ayuda. ¡Queremos cobrar!".
Es una desesperada llamada a las instituciones para que salven al equipo en su peor momento. Y un ejemplo de su angustiosa situación: el 10 de febrero, el equipo valenciano -antes llamado Osito L'Eliana, campeón de Europa en 1997 y con un palmarés envidiable- se enfrenta al DVSC-Forum Debrecen, húngaro, en la Recopa. Es un viaje que cuesta alrededor de 9.000 euros. Pero tal gasto es imposible de costear ahora mismo, hasta el punto de que el conjunto español llegó a plantearse perder un encuentro en noviembre para no seguir en la competición.
Dentro de dos semanas debe pagar el viaje. El conjunto húngaro se hará cargo del alojamiento y del salario de los árbitros. Curiosamente, el Debrecen también está en quiebra y es el Ayuntamiento de su localidad el que corre con los gastos. En el caso del equipo valenciano, sin patrocinador, los 60.000 euros que recibe de la Generalitat y los 50.000 de la Diputación no son suficientes. Cristina Mayo, hundida, rechazó ayer hacer declaraciones.
"Con la que está cayendo, no me sorprende en absoluto lo del balonmano y el deporte femenino en general. El abandono por parte de las instituciones es total", explica Miguel Bujanda, presidente del Asfi Itxako Navarra, líder de la Liga y finalista la temporada pasada de la Liga de Campeones. Bujanda carga también contra la federación: "Discrimina claramente a los equipos femeninos respecto a los masculinos".
El Itxako es casi una excepción en el balonmano femenino. Aun así, con un presupuesto de 1,3 millones (una cuarta parte de dinero público y el resto de empresas privadas), tiene que bajar los gastos para la próxima temporada. Sus jugadoras, al menos, pueden vivir de ello. No sucede lo mismo en el Mar Sagunto.
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