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"Fue el espejo de todos los jugadores"

Olázabal y Jiménez recuerdan a su mentor y gran amigo en el mundo del golf

Se secaba las lágrimas entre golpe y golpe, durante el acto de calentamiento previo a la tercera jornada del Open de España que se disputa en El Prat. Txema Olazábal le pegaba con toda su fuerza, enrabietado por la marcha de su gran amigo Severiano Ballesteros. Antes de empezar el recorrido, el otro 'mosquetero', el otro amigo, Miguel Ángel Jiménez, corrió en busca de Olazábal para fundirse en un abrazo. "Qué tristeza, qué tristeza", se repetían, consternados; "pero al menos no ha sufrido".

Antes de situarse en el tee del uno, Olazábal no las tenía todas consigo: "Seve te hubiese dicho que salieras ahí y les destrozaras a todos", le ha soltado su representante de buena mañana. Y Txema ha jugado. "Ha sido muy difícil llegar a la salida del hoyo uno y pegar el primer golpe. Y luego, obviamente, siempre estaba ahí presente. Es muy difícil concentrarte y hacer lo que tienes que hacer", ha explicado después; "no habrá homenajes suficientes para Seve, por todo lo que hizo por el deporte y representó para el golf". También le costó a Jiménez: "Ha sido duro jugar y concentrarse, un mal trago. Pero somos profesionales".

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Una despedida íntima

Los dos golfistas han querido, además, recordar cuando lo conocieron. "Mi relación con Seve empezó en 1983. Yo era amateur y me llamó para jugar un partido; lo que me honró y por lo que siempre le estaré agradecido, por dejarme jugar a su lado", ha señalado Olazábal. "Mi primer recuerdo es cuando era caddie, a los 15 años, en el Open de España, y él estaba en lo más alto de su carrera. Por entonces ya levantaba pasiones, la gente se volvía loca con él", ha apuntando El Pisha, que ha ampliado: "Otro de mis recuerdos fue en 1993, cuando gané el Open de Bélgica. Yo no hablaba inglés y le dije que me hiciera de traductor. Y me respondió: 'Has ganado, di lo que te dé la gana porque eres el amo aquí".

Instantes previos a salir al campo, los dos han reflejado su admiración y cariño por Seve. "Destacaría su personalidad, su fuerza, su pasión ilimitada por el golf", ha convenido Olazábal; "Tendrán que pasar muchos muchos años para que volvamos a ver una persona como él". "Era una persona extraordinaria, con una determinación, pasión y tesón enorme en lo que hacía. Todo lo que ocurría con Severiano cerca era muy intenso", añadiría Jiménez.

También ha tenido palabras de recuerdo hacia Ballesteros el escocés Colin Montgomerie. "Hemos tenido una gran pérdida. Solo unas pocas personas están llamadas a ser leyenda y Seve era una de esas. Nunca antes en nuestras vidas habíamos visto un talento semejante", ha dicho el golfista. "Es un día muy triste para España, para Europa y para el mundo del golf. Hemos perdido a uno de los grandes iconos de este deporte", ha añadido; "Creo que lo mejor es que celebremos la vida de Seve, recorriendo su carrera, viendo vídeos y fotos de lo mejor de él, recordando qué personalidad tenía y qué hombre tan pasional era. Recuerdo cuando fue nuestro capitán en la Ryder Cup. Fue un honor jugar con él. Es una gran pérdida".

A las 14.45 una bocina alertó de que había llegado el momento de rendirle homenaje de manera explícita. Y sobre el verde de un campo de prácticas, en un club de golf, en el Open de España, golfistas profesionales y aficionados guardaron silencio. Se habían quebrado las nubes, también, y como en las más literarias jornadas de duelo, rompía a llover. Un minuto más tarde hubo aplausos, intensos y emotivos. Olazábal y Jiménez se fundieron en un abrazo por el amigo ausente. "Es doloroso", confesaría más tarde El Pisha, que necesitó tomarse un tiempo para atender a la prensa y hablar en público de sus sentimientos, tan amargos hoy. La mejor manera de despedirlo: recordarlo. "Cuando miras a tu ídolo, ¿cómo lo ves? Yo lo veía inmenso, grande, que no cabía por la puerta. No hay palabras. Severiano es el mejor jugador europeo, uno de los mejores del mundo, fue el mentor del Tour y ha sido el espejo en el que nos hemos mirado todos los jugadores. Todos saben dónde estamos hoy, por qué y por quién".

Txema Olazabal se pone un lazo negro en la gorra en ememoria de Ballesteros.
Txema Olazabal se pone un lazo negro en la gorra en ememoria de Ballesteros.ROSS KINNAIRD (Getty)

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