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YO, CLAUDIO | SUDÁFRICA 2010 | Argentina-Corea del Sur
Columna
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Donde hay que estar

Hay delanteros que cuando tienen que venir, pican, y cuando tienen que picar, vienen. Otros se quedan entre los centrales cuando tienen que desmarcarse y cuando es necesario que se anticipen no lo hacen. Van al primer palo cuando tienen que quedarse en el segundo. Van al segundo cuando tienen que venir al primero. Les vas a dar un pase y se quedan por detrás de los delanteros en fuera de juego. Bajan a tocar, pero después les tiran cinco centros y nunca están en el área. Cuando los vemos, decimos: "Estos tipos se marcan solos".

El primer deber de un delantero no es hacer goles. Es estar. Su trabajo consiste en ir al lugar preciso en el momento preciso. Por eso, cuando terminó el partido de Argentina pensé: "Higuaín siempre estuvo donde tuvo que estar". Estuvo ahí. Donde tienen que estar los goleadores. Le centraron y apareció para conectar. Le buscaron y se movió a la espalda de los defensores porque siempre maniobró a partir del pase. Siempre supo dar continuidad a la jugada anticipándose al pase, en complicidad con el compañero que llevaba la pelota.

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A Higuaín solo le faltó una cosa. Me hubiera gustado que bajara a elaborar un poquito más en el medio, a participar más de la creación. Él lo puede hacer porque tiene condiciones técnicas para eso y, en el futuro, Argentina necesitará que sus atacantes se impliquen en otras funciones porque son demasiados como para dedicarse exclusivamente al gol. Lo mismo digo para Di María, a quien le pasa lo contrario que a Higuaín. A Di María le está costando física y mentalmente adaptarse a las exigencias tácticas de la selección. Ya no solo le piden que desborde. Además, tiene que ayudar a tapar espacios por delante de Heinze. Este trabajo lo cumplió siguiendo a Lee Chung-Yong y a Yeom Ki-Hun. Pero le faltó lo más importante. Le faltó desbordar, y Argentina necesita que alguien abra la cancha por la izquierda, porque por la derecha no tiene con quien. Di María estuvo tímido para encarar y no se atrevió a terminar la jugada cuando tuvo una pelota para su pierna buena que debió rematar al segundo palo. Eligió dársela a Higuaín, que tenía un coreano encima. Se equivocó. Cuando Di María aparezca, Argentina jugará mucho mejor todavía.

Me gustó la entrada de Agüero porque es un jugador de partido grande. Agüero se retrató cuando le tiró ese centro de revés a Higuaín para el cuarto gol. Hizo la entrega técnicamente a lo grande, con el exterior del empeine. Así es Agüero. En la Liga puede parecer inconstante pero es técnicamente bárbaro y es descarado. Le da lo mismo jugar contra Brasil que contra cualquiera. Siempre hace la suya. Lo ves en la cancha. Se le nota en la cara. A Agüero no le cuesta entrar en el Mundial y creo que Maradona lo sabe mejor que nadie. Diego también sabe que a Messi le gusta estar con Agüero y que a Agüero le gusta estar con Messi. Juntos forman una pareja única en este torneo: son los únicos que tiran paredes entre cuatro defensas, en dos metros, te amagan para un lado, para el otro, te enganchan, te marean.

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