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El himno británico sonará por primera vez en Croke Park, escenario del 'Domingo Sangriento'

Inglaterra e Irlanda se enfrentan en el Torneo Seis Naciones

El conflicto del Ulster, la política y el deporte se darán cita este sábado en Dublín cuando las selecciones de rugby de Irlanda e Inglaterra disputen un encuentro del Seis Naciones en el estadio de Croke Park, el escenario del primer "Domingo Sangriento". El partido ha traspasado el ámbito puramente deportivo porque después del himno nacional irlandés, La canción del soldado , se espera que resuenen por las gradas del "Croker", por primera vez en su historia, los ecos del himno nacional británico Dios Salve a la Reina .

Cierto es que el tema en cuestión se ha escuchado en numerosas ocasiones en el viejo Lansdowne Road, el estadio habitual del "Quince del Trébol" y de la selección nacional de fútbol y cerrado desde principios de año por reformas. Pero nunca en Croke Park, la casa espiritual del nacionalismo irlandés. El estadio quedó marcado por la tragedia el 21 de noviembre de 1920, un domingo cualquiera en plena guerra de la independencia. Fuerzas paramilitares del Ejército británico entraron en el campo y abrieron fuego contra el público y los jugadores, que disputaban un encuentro de fútbol gaélico, causando 14 muertos, entre ellos tres niños, y decenas de heridos. Esa misma mañana, al alba, un grupo de hombres del legendario dirigente del IRA Michael Collins, conocidos como la "Banda del Cairo", había asesinado a sangre fría en sus domicilios de la capital a 14 agentes británicos, algunos de ellos todavía en pijama. Quizá fue el patetismo y la estampa de esos muertos lo que más conmocionó a la sociedad y estamentos militares del Dublín de la época, ya acostumbrados a altos niveles de brutalidad.

El hecho es que la desproporcionada reacción de los odiados "Auxiliares" y "Black and Tans", milicias al servicio del Ejército británico y de la Policía, produjo uno de los capítulos más tristes y recordados en Irlanda. Reforzó de paso el nacionalismo radical de la Asociación de Deportes Gaélicos (GAA), la propietaria del moderno Croke Park y de decenas de instalaciones en el norte y sur de la isla. Durante más de un siglo, esta agrupación ha servido como centro de reunión para la comunidad católica, sobre todo en las zonas rurales del Ulster, y, en ocasiones, como refugio de las posiciones más violentas del movimiento republicano, con el IRA a la cabeza.

La selección irlandesa de rugby jugó su primer partido en "Croker", con capacidad para casi 85.000 espectadores, hace dos fines de semana cuando perdió frente a la de Francia en el último minuto en un partido correspondiente a la segunda jornada del Seis Naciones.

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