_
_
_
_
_
Reportaje:Fútbol internacional

El lado salvaje de Bale

Tras destrozar a Maicon, el ala del Tottenham irrumpe como el lateral izquierdo del futuro

Gales figura en la clasificación de la FIFA como la 104ª selección del mundo, detrás de las de Kuwait, Gambia, Omán y Uzbekistán. Sí, Gales, ese pequeño país en el Oeste de Gran Bretaña del que surgieron John Charles, Ian Rush, Mark Hughes, Ryan Giggs y, recientemente, Aaron Ramsey y Gareth Bale. Este último se convirtió en una estrella global en apenas 13 días. Los que separaron dos partidos del Tottenham en la Champions - la ida de San Siro, el 20 de octubre, y la vuelta en White Hart Lane, el 2 de noviembre- y una víctima, Maicon, el defensa derecho del Inter.

"¡Taxi para Maicon!", corearon los hinchas del Tottenham para burlarse de la superioridad de su zurdo de oro, de 21 años. Una exhibición de velocidad y control adornada por dos pases de gol en la victoria de su equipo en Londres (3-1), y los tres tantos de la derrota inglesa en Milán (4-3). Trató a Maicon como a un cono de tráfico y dejó mudo al técnico neroazzurro, Rafa Benítez. Su irrupción ha impulsado al Tottenham a la quinta plaza en la Premier y a los octavos de final de la Champions.

Gales confirma su don para producir jugadores de banda: Jones, Giggs y ahora Bale

En tiempos de carencia de laterales izquierdos, Bale tritura la banda como hizo en los sesenta un pionero interista, Giacinto Facchetti, lateral, interior y extremo a la vez. Lastrado por las lesiones y su fama de blando, Bale no debutó hasta febrero del pasado año, cuando se lesionó Assou-Ekotto antes de irse a la Copa de África. Al regresar el camerunés, Bale adelantó su posición. Y en su explosión tiene mucho que ver su entrenador, Harry Redknapp, partidario de "una apuesta salvaje", como definió en la previa del Inter su intención de jugar con un medio del campo muy ofensivo: Lennon, Huddlestone, Modric, Van der Vaart y Bale. "El ataque es nuestra mejor defensa", avisó.

Todo empezó cuando el cazatalentos Rod Rubbick acudió a Newport a un partidillo de seis para seis de niños de ocho años. "Un niño rápido y zurdo me llamó la atención. Cuando le llevé a la academia del Southampton en Bath, nos dimos cuenta de que era especial", recordó en The Guardian. "Tendrás que aprender español, chico", le repetía Rubbick, que sigue 13 años después de ojeador del Tottenham, después de cada recital, el mismo comentario que le hizo tras pasar por San Siro, sabiendo que el muchacho se iba a sonrojar. "Cuando le veo dar entrevistas, me hace sonreír porque sé que él no querría estar ahí. Cuando Redknapp les dio cuatro días libres, la mayoría se fue a Dubai y él prefirió irse a Cardiff a jugar al golf con sus amigos. Es el chico al que casarías con tu hija. Sus padres, Frank y Debbie, tienen mucho que ver en eso", cuenta.

Ante la caída de Rooney y los últimos coletazos de Gerrard y Lampard, la Premier ansía nuevos talentos. Bale ocupa ese vacío junto a Wilshere, del Arsenal. Y Gales confirma su don para producir jugadores de banda. El primero fue Cliff Jones, artífice del doblete del Tottenham en 1961; más tarde llegó Giggs, rey de Old Trafford durante 20 años, y ahora es el turno de Bale, del lado salvaje del tímido Bale.

Bale trata de controlar el balón en un partido de la <i>Premier. </i>
Bale trata de controlar el balón en un partido de la Premier. AFP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_