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Reportaje:FÚTBOL | Internacional

La marea portuguesa

El fútbol luso renace con tres equipos en las semifinales de la Liga Europa

Eleonora Giovio

Recordaba José Mourinho la semana pasada que Portugal es un país pequeño y con tantos problemas económicos que ha tenido que pedir un rescate financiero para salir de la crisis. Su fútbol, pese a ello, sobrevive. Concretamente el del Oporto, el del Braga y el del Benfica. Nunca tres equipos portugueses habían llegado a las semifinales de la Liga Europa. El último campeón luso de la UEFA fue el Oporto de Mourinho en 2003. Parece un siglo. "El fútbol es como las mareas y a nosotros esta vez nos ha tocado la más grande. Las condiciones económicas se harán cada vez más difíciles por eso es tan romántico lo que estamos viviendo", dice al otro lado del teléfono Jesualdo Ferreira, que en la última década fue entrenador, precisamente, de Benfica (2001-2003), Braga (2003-2006) y Oporto (2006- 2010).

Es una competición para equipos de clase media, como los portugueses
"El futbolista aquí es técnico y con la mala leche necesaria para ganar", dice Javi García

Mientras que Benfica y Oporto manejan presupuestos de unos 40 millones de euros, similar al del Getafe, el Braga no llega a los 17 y los sueldos de su primera plantilla no superan los 20.000 al mes. "El Braga es un equipo que nace de sus raíces, como el Villarreal. Cuando yo llegué allí en 2003 estaba para bajar. Lo salvamos y ha crecido año tras año hasta llegar a disputarle el título al Benfica y proyectarse en Europa... en el norte se vive el fútbol de otra forma, mucho más apasionada y arraigada. Es tu tierra, son tus raíces, la gente es de allí, no hay inmigrantes", dice Ferreira.

Desde 2005 no había un finalista portugués en la segunda competición europea (el Sporting perdió contra el CSKA) y desde 1991 no había otro semifinalista (el Sporting, eliminado por el Inter). Oporto y Benfica se han repartido la hegemonía interna, pero el Braga, por ejemplo, solo cuenta en su palmarés con una Copa portuguesa (1966). Y ahora, hasta podría haber una final portuguesa [si el Villarreal no elimina al Oporto].

Lo que para algunos periodistas lusos es "una aventura", para Ferreira es un milagro: "es curioso porque lo que ha pasado este año no representa la realidad del fútbol portugués. Las estructuras que hay no acompañan la calidad de sus jugadores y de sus técnicos... un viejo problema político". Lo mismo opina Fran Escribá, segundo de Quique en el Atlético y también en su etapa en el Benfica (2008-09). "Benfica, Sporting, Braga y Oporto son los grandes, pero jugamos en campos de media tabla para abajo que parecían de Segunda B en España...", analiza Escribá.

¿Qué ha pasado entonces para que, de repente, tres equipos portugueses se hayan colado en la fiesta del fútbol europeo? Para Antonio Magalhaes (director adjunto del periódico deportivo Record) existe un efecto Mourinho. "Desde su victoria en la UEFA y en la Champions con el Oporto, el futbolista portugués cambió de mentalidad. Es como si se hubiese apropiado del eslogan Yes we can. También ayudó que la selección llegara a la final en la Eurocopa de 2004. El futbolista portugués empezó a tener más autoestima y a ser consciente de su potencial: de que podía competir con los grandes equipos de Europa y ganarles", reflexiona.

Para Antonio Tadeia (director adjunto de O Jogo), en cambio, es el fruto del formato de la Liga Europa. "El Oporto, como mucho, tiene nivel para cuartos de Champions... Con ese nuevo formato, los equipos más ricos y más fuertes se hacen más ricos y más fuertes y los demás tienen que buscarse su hueco en la Liga Europa. Competición que siempre será para equipos de clase media, como los portugueses. El quinto de la Liga española, italiana o inglesa, por ejemplo, siempre será inferior al Oporto, al Benfica o al Braga", asegura.

El Benfica se enfrentará en semifinales al Braga, equipo del que todos destacan el espíritu obrero. El Oporto, con Villas-Boas, el nuevo entrenador de moda -alumno de Mourinho- y con un presidente como Pinto da Costa que sabe vender caro y comprar barato, se medirá al Villarreal. En el once titular de Benfica, Oporto y Braga hay pocos portugueses: dos, tres y cinco, respectivamente. "Les sobra talento", afirma Escribá. "Hay una cosa que me llamó mucho la atención del fútbol portugués, más allá de que hasta los árbitros salían en las revistas del corazón, y es el talento que tienen todos los jugadores. Pero también lo desastrados que son a nivel táctico. No hay disciplina. Siempre he pensado que al futbolista portugués le falta algo más de profesionalidad para alcanzar el nivel del español o del italiano. Rui Costa, Figo, Simão, Nani, Cristiano, han tenido que salir para formarse", dice.

Javi García, ex del Madrid, hizo el camino inverso. Se fue a Portugal en 2009 y es el mediocentro titular del Benfica. Tiene una imagen totalmente distinta a la de Escribá y cuando se le pregunta cómo es el futbolista portugués, tarda menos de medio segundo en contestar: "es técnico, maneja muy bien la pelota, es listo, pillo y con una suficiente dosis de mala leche que te permite tener la justa mentalidad ganadora". Parecía haberse perdido en los años sesenta, cuando el Benfica de Eusebio, dos veces campeón de Europa y tres más finalista.

Javi García celebra su gol con el Benfica contra el Pacos de Ferreira.
Javi García celebra su gol con el Benfica contra el Pacos de Ferreira.JOSE COELHO (EFE)

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.
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