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Reportaje:

"Lo que no mata, engorda"

De las Cuevas, por el que el Atlético pagó 300.000 euros al Hércules, juega su primer partido como titular 17 meses después de sufrir una grave lesión en el tobillo izquierdo

José Marcos

"La entrada fue por detrás, sin venir a cuento. Tuve mala suerte porque el tobillo se quedó enganchado, y él me hizo palanca... Nada más caer ya supe que me había roto algo. No muy bien el qué, porque me encontraba en estado de shock, pero me asusté cuando escuché el ruido. ¡Craacc! Como el de una madera partiéndose. Da miedo verte el pie doblado así. Pero el médico me lo colocó rápido en su sitio".

Jorge Brítez, un paraguayo con fama de rompepiernas, un cazador de tobillos al que la Liga de su país inhabilitó varios meses por reincidencia, truncó el 13 de agosto de 2006 la carrera de Miguel Ángel de las Cuevas, en el partido entre el Nacional y el Atlético por el tercer puesto del Trofeo Teresa Herrera. Su tobillo izquierdo se partió como una barra de pan. El ligamento lateral interno también quedó dañado. "Nunca me pidió disculpas. Y yo tampoco quiero explicaciones". Casi año y medio después, el mediapunta (Alicante, 21 años) jugó ante el Granada 74 su primer partido como titular con el Atlético. Ya en la ida había disputado unos minutos. Pero el miércoles, al fin, culminó un largo viaje repleto de obstáculos.

"Me asusté cuando escuché el ruido. ¡Craac! Como una madera partiéndose"

"Lo peor fue ver cómo se iban alargando los plazos. Cuando me lesioné me dijeron que en teoría, en cinco o seis meses estaría de vuelta. Pero lo importante es que quedara perfecto y que no forzara. Eso ante todo", asiente De las Cuevas, sentado al sol en un banco de la ciudad deportiva de Majadahonda. Rebosa optimismo, pero se nota que ha pasado un calvario. "El proceso ha sido muy largo, porque ha habido que limpiar de nuevo el tobillo, para retirar la placa y los siete tornillos que le colocaron para lograr una buena consolidación ósea. Y claro, procesos tan largos, en los que ves a los compañeros disfrutar en el campo, dejan huella", confirma el preparador físico del Atlético de Madrid, Juan Iribarren.

El doctor Villalón sólo recuerda una lesión similar. La del brasileño Juninho. "Pero era más mayor. Yo, con mi edad, tenía que curar bien, esperar el tiempo que hiciera falta para no tener más problemas en el futuro", repite De las Cuevas, por el que el Atlético pagó al Hércules los 300.000 euros de su cláusula de rescisión hace dos veranos.

"Estaba por encima de la categoría de los de su edad. Destacaba bastante, así que le subí al primer equipo. Parecía un profesional: rápido de ideas, con soluciones sencillas y efectivas. Me sorprendió que con 15 años descifrase tan pronto las jugadas", recuerda Felipe Miñambres, ahora en el Rayo Vallecano.

"Me lo encontré cuando llegué. Era nuestra primera pretemporada, y ya entonces me gustó mucho", dice Javier Aguirre. "Lo veía así como Juradito, dos chicos hábiles, calladitos, introvertidos, que habían hecho buenas temporadas en Segunda. Y se me rompió. A partir de ahí, la historia es otra. Ya no se puede comparar con nadie. Es única y personal. Hay caídas, recaídas, él quería pero era obvio que no le daba el físico... No salía del pozo", prosigue el técnico mexicano del Atlético.

"Así que me volvieron a operar otra vez, hace unos meses. Ya estoy perfecto", afirma De las Cuevas. "Quedó maravilloso. Está como cuando llegó. Sin secuelas ni nada. El equipo ha andado bien y no le he podido hacer un sitio, pero jugará. Le falta ritmo después de 18 meses sin jugar. Pero irá entrando", confirma Aguirre.

"Fue un revés durísimo, justo cuando todo parecía que iba bien. Detectamos que Miguel sufría una patología nerviosa en el dedo gordo. Se le quedaba en garra. Saltaba y caía distinto. Vimos que no iba a evolucionar, que se iba a estancar. Y decidimos pasar de nuevo por el quirófano", observa Óscar Pitillas, el recuperador físico.

"Cambié el mecanismo de saltar y correr porque aún no tenía los nervios bien recuperados", explica De las Cuevas. "El golpe fue tan fuerte que me rompí la circulación de los nervios. Cuando fui a hacerme la primera prueba, con agujitas y eso, me dijeron que no había casi señal, y que tardan casi un año en regenerarse. Por eso al principio no tenía mucha sensibilidad en el pie, y me costaba. Normal. Durante dos meses estuve con el pie inmovilizado y perdí mucha masa muscular", explica la promesa del Atlético.

"Ha sufrido cambios en los patrones motores y la biomecánica del tobillo", sostiene Iribarren. "Miguel ha aprendido a saltar y correr de otra manera. Es como si nos sacamos el carnet de conducir con un coche pequeño y luego no compramos un coche muy grande. Tendríamos que readaptarnos un poquito", añade.

Admirador del brasileño Romario, De las Cuevas, con contrato hasta 2011, afronta la temporada con optimismo: "Parece que todo ha terminado. De todas formas, hay cosas peores. En el fútbol no te puedes obsesionar. De todo se aprende. Lo que no mata, engorda. Antes igual me entrenaba y a las primeras de cambio me quejaba por unas molestias. Ahora ya me puedo romper la otra pierna que voy a ir a saco".

Miguel de las Cuevas, durante el Atlético de Madrid-Granada 74 de la Copa del Rey.
Miguel de las Cuevas, durante el Atlético de Madrid-Granada 74 de la Copa del Rey.DIARIO AS

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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