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EL CÓRNER INGLÉS | Internacional
Columna
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La mejor Liga del mundo

- "Acabaremos en el cuarto lugar, no os preocupéis".

-Rafa Benítez, entrenador del Liverpool, que acabó séptimo en la Premier League.

Menos mal que tenemos el Mundial para hacernos más leve la travesía del desierto veraniego. Nos entretendrá un rato y a partir del 11 de julio podremos ponernos de nuevo con cuestiones de máxima seriedad, como los fichajes de la temporada que viene. Pero antes reflexionemos un poco sobre el curso que acaba de terminar.

En el fútbol, la memoria es corta. Acaba un partido y a los cinco minutos ya estamos pensando en el siguiente. Hagamos un esfuerzo y miremos atrás. Más allá de quién ganó qué Liga o qué Copa, recordemos otros importantes episodios antes de que los devore la amnesia.

27 puntos separan en España al segundo del tercero; en Escocia, 18 El Barça regaló a Eto'o y 45 millones por Ibrahimovic, el suplente de Bojan
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En un mundo tan ferozmente competitivo, con tanta pasión tribal y tanto dinero en juego, es notable el altruismo de Rafa Benítez, que, sin parpadear, vendió al Madrid a Xabi Alonso, cuya ausencia fue la principal causa de la catastrófica campaña que ha hecho el equipo que entrena, el Liverpool. Magnífico, pero nada que ver con la generosidad del Barcelona, que regaló a Eto'o -sí, gratis, más otro regalo de 45 millones de euros por el suplente de Bojan, Ibrahimovic- al Inter, el equipo que acabaría eliminándolo de la Liga de Campeones. La madre Teresa de Calcuta lo habría celebrado.

No olvidemos tampoco lo que los comentaristas de La Sexta se pasaron toda la temporada recordándonos, que la española es "la mejor Liga del mundo". Sería interesante saber si los de la televisión escocesa dicen lo mismo de la suya, ya que su campeonato también se lo reparten siempre los dos mismos equipos.

Aunque, para ser justos, hay que reconocer que la Liga española tiene una ventaja sobre la escocesa: 18 puntos separan al segundo clasificado del tercero en Escocia; en España nos podemos vanagloriar de que la distancia es de 27 puntos. Eso es lo importante en una gran Liga: que, incluso antes del comienzo de la temporada, el suspense sea una cuestión de dos, como en el tenis.

El premio a la decepción más grande se lo podríamos haber dado al Atlético, que acabó la temporada con menos de la mitad de puntos que el Madrid o el Barça, si no fuera por el glorioso hecho de haber ganado la Copa Intertoto -perdón, la Liga Europa- contra el Fulham, que sólo perdió 16 de sus partidos en la Premier.

Por eso el Atleti no puede competir con Robinho, que llegó a España en 2005 coronado de antemano como el mejor jugador del mundo, el heredero -por fin- de Pelé, y acabó fracasando cinco años más tarde en el Manchester City, club que se lo cedió, feliz, al Santos, en el que había empezado el sueño. Igual, claro, Robinho nos sorprende en el Mundial y, junto a otro cuyo pésimo juego también nos llamó la atención esta temporada, Kaká, gana el trofeo para Brasil.

La ilusión nunca muere en el fútbol y una prueba de ello nos la ha dado el Portsmouth, último clasificado de la Liga inglesa, con 24 derrotas en 38 partidos, que, increíblemente, llegó ayer a la final de la Copa, el torneo de fútbol más antiguo, contra el todopoderoso todoterreno Chelsea. Perdió, pero, si no hubiera fallado un penalti en el segundo tiempo que le habría colocado 1-0, podría haber pasado cualquier cosa. Una pena.

Como también es una pena que varios jugadores a los que nos habría gustado ver en el Mundial no van a estar por los caprichos de sus seleccionadores. El Daily Mail de Londres se inventó ayer un equipo de descartados que podría haber dado guerra a cualquiera de los favoritos para alzar la Copa del Mundo. Una defensa con Zanetti y Gaby Milito (la sorpresa es que Maradona no haya excluido a Messi), un centro del campo con Cambiasso, Marcelo y Totti; un ataque con Benzema, Pato y Ronaldinho. Pues no lo habrían hecho nada mal. Otra pena.

Pero basta de nostalgia. Miremos al futuro, a los fichajes que vienen. Kaká e Ibrahimovic, al Portsmouth -o, si tienen suerte, al Atleti o el Fulham-; Rooney y Ribéry, al Madrid, y Villa y Cesc, al Barça, para que el modelo escocés -eso sí, con una pizca más de salero- se siga imponiendo en la mejor Liga del mundo.

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