El misterio del platino

En el juego de la confusión, los metales preciosos y las palabras, la mediofondista Marta Domínguez y su técnico César Pérez juegan presuntamente al equívoco en una conversación telefónica el lunes 12 de julio de 2010. Al parecer, la atleta palentina ya tiene los pendientes de oro, pero necesita los de platino, y le pide a su entrenador que se los lleve a Palencia el día siguiente.

Cuando le detienen camino de la capital castellana el martes 13, a Pérez le encuentran diversas sustancias en un bolso de mano, entre ellas dos ampollas de AMTH-2 (dipropionato de andrometostil o metilandrostenediol o metandriol, justo la sustancia que supuestamente contaminó el Animal Pak de Aitor González). Para los investigadores de la Guardia Civil esas ampollas eran los verdaderos pendientes de platino.

El valor de tal platino, o supuesto AMTH-2, en el mercado negro debe de ser tan elevado económicamente que cuando el ciclista austriaco Bernard Kohl (desposeído de su tercer puesto y del reinado de la montaña en el Tour de 2008 tras dar positivo por CERA) confesó que sí, que se había dopado durante toda su carrera, la parte estrella de su discurso versó sobre cómo había intercambiado tres ampollas de AMTH-2 ("una especie de testosterona", lo describió su abogado) por una dosis de CERA, la EPO de tercera generación.