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Reportaje:

La paz de Casillas

Gracias al orden defensivo, el meta interviene menos y recibe menos goles que nunca en el Madrid

Diego Torres

A Casillas no le obsesionan los aspectos tácticos del fútbol, ni los equipos rivales ni los delanteros que se encontrará. Tampoco le preocupa en exceso el ejercicio del poder, inherente a la figura del capitán. Lo que de verdad enferma a Casillas, lo que le quita el sueño, lo que le llena de rabia, lo que le ha convertido en un competidor único, es el miedo a que le metan goles. No lo puede soportar. No han sido fácil para él los últimos diez años bajo los palos de un Madrid más aventurero que ordenado. No ha sido sencillo para el portero experimentar algo parecido a un bombardeo en cada jornada de trabajo. Tal vez por eso en esta temporada se siente tan feliz, tan tranquilo. Porque en los últimos diez años nunca ha recibido menos goles que ahora. Nunca le han rematado menos. Nunca le han obligado a parar tan poco. Los periódicos apenas hablan de él y él lo prefiere así. Con tal de que no le metan goles.

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El Madrid ha recibido 15 goles en 21 partidos de Liga: una media de 0,7. En total, los rivales le han rematado 82 veces. Menos que nunca (al menos, en los últimos 20 años) a estas alturas. Ante la escasez de actividad en las inmediaciones de su portería, Casillas se ha visto obligado a intervenir poco. De promedio, sólo ha parado el balón cada media hora de juego. Algo insólito en el historial de un jugador que, por lo común, debía volar cada 20 minutos para evitar que le batieran. A los 28 años, se ha ganado un poco más de paz.

Miguel Pardeza, director deportivo del Madrid, atribuye las estadísticas a dos factores. "En primer lugar", dice, "en la Liga hay una fractura muy grande entre los clubes grandes y los pequeños. Las diferencias son cada vez más notables y eso se traduce en menos trabajo para nuestra defensa. En segundo, Pellegrini ha hecho un gran trabajo coordinando los movimientos de la defensa. Además de que atrás tenemos buenos jugadores, se han aprovechado de un orden que antes no existía. Respecto a los primeros partidos ha habido una evolución. Ahora el equipo se defiende más arriba, hace la presión de manera más acompasada, los esfuerzos se administran mejor. Tácticamente, concede muy pocas ventajas. Apenas nos crean ocasiones".

Casillas empezó la temporada pidiendo más atención en las jugadas a balón parado en contra. Frente al Deportivo, el Sevilla o el Zúrich, en la Champions, el Madrid se dejó ganar los duelos aéreos. "Eso también lo hemos mejorado", dice Casillas; "con el tiempo, nos dejaron de meter ese tipo de goles".

A la espera del Mundial, el portero atraviesa la temporada más apacible de su larga trayectoria. La línea de cuatro que le protege ha cambiado demasiadas veces como para no perder la calma. Por el lateral derecho han pasado Ramos, Albiol y Arbeloa; por el centro, han desfilado Pepe, Albiol, Metzelder, Ramos y Garay, y el lateral izquierdo se ha repartido entre Marcelo y Arbeloa. El trasiego ha sido considerable.

En diciembre, la lesión de Pepe, el líder de la zaga, sembró de inquietud los alrededores del área. Con el tiempo, se ha verificado que aquella desgracia no tuvo consecuencias. Bajo la tutela de Pellegrini, el Madrid se ha organizado como nunca. Al punto de que Casillas vive mejor ahora que durante la temporada 2006-07, con Capello en el banquillo exigiendo intensidad y acumulando gente en la retaguardia.

La seguridad defensiva está contagiando a todas las líneas y los efectos se sienten en el juego. "Estamos jugando bien", afirmó ayer Kaká; "creamos muchas ocasiones de gol y sufrimos poco en la defensa. Lo más importante es que tengamos una identidad de juego que debe mantenerse con unos u otros jugadores. Estamos creando esa identidad. Ahora las posibilidades de que el Madrid haga un buen partido son siempre muy altas. Hemos mejorado táctica y técnicamente. Las cosas que trabajamos durante la semana se ven luego en los partidos".

Las cosas que ve Kaká desde el área contraria se ven sobre todo desde la perspectiva retrasada de Casillas. A este paso, el portero deberá dejar de jugar con mangas cortas o cogerá un resfriado.

Casillas, durante un partido de la Liga de Campeones contra el Milan.
Casillas, durante un partido de la Liga de Campeones contra el Milan.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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