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Entrevista:Alberto Contador | Vencedor del Tour de Francia | TOUR 2007 | El quinto ganador español

"Me preocupa lo que me espera"

Pregunta. ¿Qué tal ha dormido?

Respuesta. Mal. Es curioso, el viernes, el día antes de la contrarreloj en la que me jugaba el Tour, dormí de fábula, como un niño. Benjamín [Noval] puso la película y a los diez minutos ya dormía. Pero ayer no, ayer le di muchas vueltas a la cabeza.

P. ¿Se metió con el maillot en la cama?

R. Lo dejé en la maleta, pero es cierto que le di muchas vueltas a lo que me está pasando.

P. ¿A lo que le está pasando o a lo que le espera?

R. A todo un poco, pero especialmente, a lo que me espera. Ayer [por el sábado] me cambió la vida. En lo que más pienso es en lo que me viene encima.

P. ¿Le asusta más que subir el Aubisque?

R. No me asusta, pero sé que la libertad que tenía igual ahora va ser más limitada y debo prepararme. Igual no, igual me equivoco. Claro, que bienvenido sea.

"La gente va a cambiar la manera de mirarme, pero no tengo la intención de dejar de mirar la vida como la miraba"
"He disfrutado porque he atacado en las montañas y tengo la sensación de haber dado espectáculo"
"Espero que mi victoria traiga aire fresco al ciclismo y sea el inicio de una nueva etapa"
"He aguantado mucho. No tuve ningún sentimiento de alegría por cómo me puse de amarillo. Eso me hizo sufrir"
"Armstrong y yo somos del mismo equipo, pasamos una operación grave, pero, ¡cómo voy a ser su heredero!"
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P. Usted iba por Pinto excusándose de haber quedado sexto en la Dauphiné ante los cuatro que sabían quién era en el pueblo. De eso hace sólo un mes...

R. En Pinto el ciclismo no era muy seguido y yo podía llevar una vida absolutamente normal, no me conocía nadie. Van a cambiar las cosas, soy consciente. Tendré que hablar con la familia y con la novia para que se mentalicen hasta que se ponga todo en orden. Nunca me ha dado problemas la presión y espero que ahora tampoco.

P. Usted ha ganado un Tour en el que le cayó encima el liderato a las once de la noche de un miércoles, a cuatro días de llegar a París, con una contrarreloj por medio en la que se jugaba ganarlo contra dos tipos de 30 años. ¿Eso no es presión?

R. Pues sí. Pero la he llevado bien porque es ciclismo. También he aguantado mucho en las ruedas de prensa. Sabes que el ciclismo está bajo sospecha y te quieren meter el dedo para ver si saltas, y lo tienes que aguantar como aguantas la lluvia, el calor y el frío. El Tour lo he llevado bien porque soy ciclista, pero lo que viene no sé cómo será.

P. ¿Se han hecho más largos estos cuatro días de amarillo que el resto del Tour?

R. Tengo la sensación de haberlo llevado bien. He disfrutado en el Tour porque he atacado en las montañas y... no sé, tengo la sensación de haber dado espectáculo. Pero ahora piensas en Londres y parece que fue el año pasado.

P. ¿Ha hablado ya con Lance Armstrong?

R. No, no le vi ayer después de la etapa [por el sábado]. Durante el crono le escuché por el pinganillo darme ánimos y gritarme '¡ataca, ataca!', y '¡dadme diferencias!'. Conmigo siempre ha sido muy atento. Estuve con él en California, en la concentración, me llamó para felicitarme por la París-Niza y en el Tour me ha llamado dos o tres veces. Le estoy muy agradecido. Para mí fue muy importante saber que iba detrás en el coche.

P. Durante su primer Tour, en 2005, aseguró que le había impresionado estar a su lado.

R. Sí, es verdad. Hay dos ciclistas que me ha impresionado verles a mi lado: Armstrong y Ullrich.

P. Ahora el que va a impresionar será usted.

R. Ése es el problema, que la gente va a cambiar la manera de mirarme y eso me preocupa, porque yo no tengo ninguna intención de dejar de hacer lo mismo que hacía y mirar la vida como la miraba. El problema es que no puedes controlar a los que van a decir, 'uy, mira qué tonto se ha vuelto éste'. Yo no me noto diferente.

P. Le señalan como el heredero de Armstrong.

R. Etiquetas. Somos del mismo equipo, hemos pasado por una operación grave... Pero, ¡cómo voy a ser heredero de un tío que ha ganado siete Tours! Yo voy a disfrutar de este Tour y ya veremos.

P. Sí es usted heredero de la tradición de escaladores españoles.

R. De eso sí. Soy un escalador. Mi modo de correr es diferente del de Lance. Él era más completo que yo. Estoy contento, además de por haber ganado el Tour, por el sentimiento que me transmite la afición. Cuando atacaba, en las subidas, lo notaba. Eso les ha encantado. Y estuvo muy bien la emoción de la última contrarreloj. Si le meto un minuto a Evans, la etapa no hubiera lucido nada.

P. Y eso de disparar en el pódium tras tocarse el pecho, ¿no es un gesto de pistolero tejano, de Armstrong?

R. Pues no. Es que lo hice cuando gané la París-Niza como un gesto para mi familia. Casi un mes fuera de casa... Les echo de menos. Y a la novia.

P. ¿Y su hermano?

R. ¿El pequeño? No tiene conciencia de lo que hace su hermano [sufre parálisis cerebral], de si gana o pierde o sale por la televisión. Pero supongo que cuando bajó a la plaza disfrutaría, porque hubo tracas, cohetes... Se armó una buena. La gente está revolucionada y se bañó en la fuente como cuando gana el Real Madrid.

P. Para una familia como la suya, de currantes, esto supone poco menos que arreglarles la vida, ¿no?

R. ¡Espera que firme el nuevo contrato y verás! Espero darle a mi familia lo mejor, se lo merece. Mi padre tuvo que dejar de trabajar para cuidar a mi hermano. Hicimos cuentas y nos salía más rentable, porque así también me ayuda a entrenarme. Coge el R-5 y me acompaña.

P. En las cunetas le animaba gentes de todas partes. La afición al ciclismo no entiende de países...

R. Impresionante. El sábado no pude disfrutar tanto, pero en el Aubisque fue impresionante. No eran sólo los de mi cuadrilla de Pinto, mis amigos. Es que hay gente que no me conoce de nada y se ha pegado la paliza de venir a ver el Tour y pintar mi nombre en la carretera. Les estoy muy agradecido. No sé hasta qué punto son conscientes de lo que me han ayudado. Todos, incluso la gente con la camiseta de Euskaltel o del Athletic, que había muchos, me han animado y me han ayudado a sufrir en la bici.

P. ¿Este Tour lo ha ganado sufriendo?

R. Sí, por supuesto. He sufrido para conservar el amarillo. La verdad es que ni las circunstancias que provocaron que me pusiera de amarillo fueron agradables. También me hizo sufrir eso. No tuve ni el más mínimo sentimiento de felicidad, de alegría. No fue nada agradable enterarme de lo que había pasado y verme con un maillot que no pude conseguir atacando en la montaña. Pero luego te metes en carrera.Alberto Contador (Pinto, 1982) se convirtió ayer en París en el quinto español en ganar el Tour. Su nombre entra en la leyenda escrita por Federico Bahamontes (1959), Luis Ocaña (1973), Pedro Delgado (1988) y Miguel Indurain (de 1991

a 1995). Llueve a las afueras de Angoulême, poco antes de la salida de la etapa de ayer, la que le coronaría en París. El ciclista del Discovery Channel es consciente de que su vida deportiva ha cambiado para siempre.P. ¿Qué le decían?

R. Algo evidente: para ponerme primero tenía que ir segundo. Pero empezó otro Tour y después de la crono sí tengo la sensación de habérmelo ganado. Llegó un momento en la carrera en que las referencias eran malas, me dolían las piernas... y quedaba mucho. Ahí pensé que se me escapaba. Eso demuestra que el maillot no estaba ganado. Sentía que era como prestado. Después de la crono ya no. Peleé por ganar siempre, incluso cuando era segundo. Sin esfuerzo no consigues nada.

P. ¿Ya ha pensado en las horas que se ha pasado entrenándose con Pepe Martí?

R. Claro. No sé si estará en París, porque como hasta ayer no supimos que podíamos celebrarlo... Sin duda las horas de entrenamiento a su lado han sido determinantes. Una parte muy grande de la victoria se la debo a París.

P. El pinchazo en Tignes, el ataque en el Galibier... Eso para la táctica no es muy beneficioso.

R. Las buenas sensaciones hay que aprovecharlas. En el Galibier supe en todo momento que si atacaba haría daño, que podría seleccionar el grupo, y así fue. Pero aunque no hubiera ganado, salí muy satisfecho, a la gente le gustó mucho la etapa, disfrutó. Y de eso se trata. Una etapa como ésa puede ser muy aburrida, tienen que pasar cosas. El mejor día fue el de Galibier. En el Aubisque lo pasé mal. No sé si es que el puerto es muy duro o que no estaba bien, o que Rasmussen iba muy fuerte, pero lo pasé mal. Iba Popovich tirando y tenía que aguantar porque sabía que si quería ganar el Tour no podía decirle: 'Popo, para'. Llegué tercero y reventé.

P. Pese a sus demarres en cuesta y la contrarreloj de Angoulême, en la rueda de prensa le preguntaron mucho por la Operación Puerto.

R. Sí, puedo entenderlo hasta cierto punto, pero es injusto.

P. ¿Cree que está pagando por los errores del pasado?

R. Puede ser. Espero que mi victoria sea un punto de inflexión y esto empiece a cambiar. Yo me quedo con la victoria, la del equipo y mi maillot amarillo. Hemos trabajado mucho y aquí estamos, con eso me quedo. El equipo se lo ha currado mucho. La esperanza que tengo es que mi victoria traiga aire fresco al ciclismo y sea el principio de una nueva etapa.

P. Según Bruyneel, está capacitado para ganar más.

R. ¡Si él lo dice! Tiene mucha experiencia.

P. Bruyneel ha estado en 11 Tours y ha ganado ocho. ¿Se le nota, le ha dado muchos consejos durante la carrera, es muy pesado?

R. Me ha dejado muy tranquilo durante el Tour. Al final se le nota que tiene experiencia. Pero tampoco ha estado muy encima de mí. Le he visto tranquilo y eso se contagia. El viernes, en carrera, le pregunté algo, no sé qué. No me contestó... ¡Se había quedado dormido!

Alberto Contador brinda ayer con champaña por su victoria en el Tour.
Alberto Contador brinda ayer con champaña por su victoria en el Tour.REUTERS

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