_
_
_
_
_
Reportaje:Copa de África

La presión política se impone al balón

El Gobierno de Togo obliga a retirarse a su selección, cuyos futbolistas pretendían jugar para "homenajear" a los fallecidos en el atentado

Después de quince horas de incertidumbre y dudas, la selección de Togo confirmó al mediodía de ayer su retirada definitiva de la Copa de África. Los jugadores, encabezados por su capitán, el delantero Adebayor (Manchester City), habían mantenido una reunión en la concentración de Cabinda durante la madrugada y decidieron dar una vuelta atrás a su adiós al torneo "casi por unanimidad". De repente, y contrariamente a la decisión tomada al principio de retirarse del torneo, afirmaron estar dispuestos a jugar. Romao, futbolista del Grenoble, aseguró: "Han muerto algunos de los nuestros y otros están heridos, por lo que no podemos decepcionarles e irnos como cobardes". El jefe de la delegación de Togo contactó inmediatamente con la CAF (Confederación Africana de Fútbol) para establecer el sistema de traslados y entrenamientos para ayer, de cara a preparar el choque de mañana contra Ghana. Sin embargo, desde el gobierno togolés llegó la orden contraria: el equipo debía retirarse inmediatamente de la competición.

"No podemos decepcionarles e irnos como cobardes", explicó Adebayor
Pero el primer ministro togolés dijo que era "impensable" jugar en días oficiales de luto
Hasta que Togo se ausente hoy ante Ghana, la organización no tomará medidas
Los jugadores de varias selecciones tienen prohibido salir solos de los hoteles
Más información
"Hay que tomar medidas antes de que ocurra una catástrofe"

Cuando los jugadores de Togo hablaron con las autoridades políticas del país para comunicarles el cambio de postura, el Ministro de Deportes les explicó que el gobierno no era partidario de participar en la competición. Entonces, convocaron una reunión urgente. La intervención del primer ministro, Gilbert Houngbo, fue decisiva al llamar personalmente desde Lome al presidente de la federación, al seleccionador y al capitán Enmanuel Adebayor.

En un mensaje oficial, el primer ministro indicó "que en esas condiciones de luto (tres días oficiales de luto decretados en el país), era impensable jugar al fútbol y estar pendientes del balón". "La decisión del gobierno no ha cambiado, es una decisión meditada y firme desde el viernes. Entendemos el punto de vista de los jugadores, que quieren honrar a sus compañeros caídos, pero sería irresponsable por parte de las autoridades permitir que continúen. Si algún equipo o alguien se presenta bajo la bandera togolesa eso será una representación falsa...", explicó. Esto acabó por convencer a los jugadores, que celebraron una última reunión tras la cual Adebayor compareció en Cabinda en una improvisada rueda de prensa: "Nosotros habíamos querido homenajear a los que murieron, pero desgraciadamente la máxima autoridad de nuestro país ha adoptado una decisión diferente. Por eso hemos hecho las maletas y nos vamos para casa...".

El Gobierno de Togo había preparado un avión especial para hacer el trayecto Cabinda-Lomé y se estimaba que a primera hora de la noche de ayer llegaría a Togo con los jugadores repatriados.

Oficialmente, pese a todo, la confederación africana no ha reaccionado a la marcha de Togo. "Hasta que no se produzca la ausencia de los jugadores en el partido del lunes [hoy], ante Ghana, no podemos hablar de forfait [retirada]. Entonces ya abordaremos del modo que sea la situación", explicó un portavoz del comité organizador. Pese a que el sábado se llegó a hablar de fuertes sanciones económicas a Togo, así como no jugar las dos próximas ediciones, estas amenazas parecen mitigarse con el paso de las horas al considerarse "como caso de fuerza mayor" lo ocurrido en la tarde del viernes, cuando el autobús de Togo fue ametrallado por un grupo separatista.

En Togo, mientras, se ha critica duramente a la organización de la competición. "En caso de haberse visto afectadas otras grandes selecciones como Camerún, Ghana o Costa de Marfil, la Copa de África se hubiera suspendido sin dudas", comentaban varios medios de comunición. La opción de cambiar de sede a Togo (de Cabinda a Luanda) y aplazar los partidos fue descartada por el comité organizador "por serios problemas de logística y falta de tiempo".

El torneo echó a andar ayer con el partido inaugural entre la anfitriona, Angola, y Malí (4-4). En las calles de Luanda se respiró el habitual caos circulatorio, mientras que la policía y el ejército reforzaron su presencia. En Cabinda se han redoblado las medidas de seguridad en torno a las concentraciones de Ghana, Burkina Faso y Costa de Marfil, cuyos jugadores tiene prohibido terminantemente salir en solitario de los complejos hoteleros. El mismo presidente de Ghana, John Atta-Mills, ha llamado a las autoridades de Angola para "obtener la garantía de seguridad máxima para los jugadores". Y el seleccionador de Costa de Marfil, Vahid Halihozdciz, ha confirmado que la opción de retirada se barajó en la concentración. En palabras a la emisora francesa RCM Info, dijo: "Algunos jugadores temían por sus vidas, pero al final hemos optado por jugar". El capitán de los Elefantes, Didier Drogba, habló con Emmanuel Adebayor por teléfono, así como otros jugadores africanos del Chelsea. Todos barajaron varias medidas de presión, pero al final se descartaron. Paso al fútbol.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_