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Reportaje:

De una profunda crisis a la gloria en París

Joan Creus, director deportivo, explica cómo se ha forjado en dos años un Barça capaz de encadenar Liga, Supercopa, Copa y Euroliga

Robert Álvarez

El trayecto del Barcelona consagrado en París ha sido supersónico. En dos años ha pasado de su más profunda crisis de los últimos 30 a una fantástica tacada de títulos: Liga, Supercopa, Copa y Euroliga. Nada de lo que sucedió en Bercy se podía siquiera soñar hace 24 meses, cuando el club recibió el "no" de Ettore Messina a entrenar en el Palau Blaugrana, donde ayer por la tarde se festejó apoteósicamente el triunfo europeo sobre el Olympiacos. Fue entonces cuando el máximo responsable directivo, Josep Cubells, y el primer ejecutivo del baloncesto, Francesc Solanellas, sentaron las bases del proyecto actual.

Una vez apartado Zoran Savic, se contrató como nuevo secretario técnico a Joan Creus, el ex jugador retirado en 1999 que había estado integrado en el organigrama técnico de la federación española y ejercido como ayudante del seleccionador, Pepu Hernández, en el Eurobasket de 2007. Todo eso sucedía mientras el equipo se jugaba la vida en las semifinales de la ACB, en las que, con el factor cancha en contra, necesitaba superar al DKV Joventut si quería clasificarse para la Euroliga. El 24 de mayo de 2008, el Barça remató a un Joventut al que había ganado dos días antes en Badalona y Xavi Pascual, que había relevado a Dusko Ivanovic el 14 de febrero, lo celebró ensalzando a sus jugadores. "Ellos nos levantaron en los momentos difíciles", afirmó el entonces novato entrenador antes de echar en cara el catastrofismo que había detectado en torno al juego del equipo y las dudas sobre su calidad.

"Nunca pensé que corriéramos riesgo alguno con Pascual como entrenador"

Creus no tuvo la menor duda. Apostó por Pascual, que aún no había cumplido los 36 años y carecía de experiencia en la ACB, como piedra angular. "En ningún caso pensé que corríamos riesgo alguno", cuenta Creus; "se trataba de una elección segura por el tipo de baloncesto que hizo el conjunto durante los meses en los que lo dirigió. Es un técnico joven, capaz de adaptarse a todas las situaciones del juego. Yo me retiré con 43 años y, cuando veo entrenadores así, me doy cuenta de que se me ha pasado el arroz. Me falta su recorrido. A la vez, es un hombre de la casa, socio del Barça de toda la vida. Por tanto, encajaba también con otra de las características que buscábamos: implicación y compromiso. Los preparadores jóvenes están más capacitados para analizar y adaptarse a los constantes cambios que exige el baloncesto y creímos en él. Si sólo pensáramos en los consagrados, nunca habría oportunidades para gente como él, que no deja de lado ninguna de las facetas: trabaja a fondo el ataque, la defensa, la preparación de los partidos, los análisis de los rivales... No deja suelto ningún cabo".

La situación no era fácil. El aficionado estaba harto del baloncesto que había practicado el Barça con Ivanovic y sólo se había ganado una Copa en los últimos cuatro años. Creus era consciente de que su propuesta se debía basar en un tipo de juego sólido, pero a la vez atractivo para recuperar la complicidad de una afición harta de fracasos y de encuentros aburridos. "Siempre hablamos de formar un equipo competitivo, acorde con la importancia de un club grande y ganador. No podíamos ofrecer ganarlo todo, pero sí estar en la élite de todas las competiciones a pesar de que había y sigue habiendo cuatro o cinco clubes con presupuestos superiores, como el Panathinaikos, el Olympiacos, el Madrid, el CSKA o el Maccabi. La ventaja es que, por nuestra trayectoria e importancia, muchos jugadores desean fichar por el Barça. Eso nos deja tranquilos", afirma Creus. "Junto al baloncesto que queríamos, moderno, atractivo, competitivo..., necesitábamos una serie de referentes y por eso el primer objetivo fue recuperar a Navarro. Buscamos jugadores con calidad, actitud, carácter y compromiso".

El Barça ha ganado la Euroliga a pesar de que tuvo que realizar cinco cambios en la plantilla con la que en 2009 se adjudicó la Liga y llegó a la final a cuatro de Berlín. "Es importante subrayar eso porque demuestra que Pascual ha formado una plantilla muy compacta pese a los cambios y que está compitiendo con los mejores y ha estado en tres de las últimas cuatro finales a cuatro", dice Creus, que no tuvo dudas aun con la amarga derrota de un año atrás ante el CSKA: "Llegamos bien a Berlín, como este año a París. Las críticas me parecieron exageradas, como si nadie supiera lo que significa una final four. Dominamos y sólo perdimos en los últimos minutos". En contraste con el Madrid, el Barça ha optado por no hacer cambios y varios de los hechos fueron forzados porque Andersen e Ilyasova decidieron recalar en la NBA.

Creus cuenta el fichaje de Ricky Rubio: "Fuimos los últimos en entrar en la puja. No lo hicimos hasta que descartó irse a la NBA. Entonces lo intentamos con la máxima convicción porque era la ocasión de fichar a un jugador que reunía las condiciones que deseábamos. Porque, en definitiva, dependes de las características de los jugadores. Eso se refleja en el baloncesto que vemos, completo en todos los sentidos, con capacidad de adaptarse al ritmo de nuestros rivales. Aunque, si siempre jugáramos al nuestro, sería dinámico, alegre, con la creatividad del jugador muy en cuenta".

Los jugadores del Barça celebran el título europeo ayer en el Palau Blaugrana.
Los jugadores del Barça celebran el título europeo ayer en el Palau Blaugrana.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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