El 'quarterback' arrepentido

Todo marchaba sobre ruedas para Michael Vick, ex jugador de los Atlanta Falcons, a principios de 2007. Críticos y entrenadores le consideraban el mejor jugador de la liga de fútbol americano (NFL), un quarterback con aptitudes para marcar una época. Su firma todavía yacía fresca sobre un contrato de 10 años a cambio de 130 millones de dólares cuando la policía descubrió su oscuro secreto: Vick financiaba una red ilegal de peleas de perros que operaba desde una de sus casas. La flamante estrella fue condenada a 19 meses de prisión y la NFL le suspendió indefinidamente.

Su cuenta con la ley se saldó el pasado 20 de julio. Este lunes Vick rememoró en un comunicado los "terribles fallos" que le llevaron a la cárcel y truncaron su prometedora carrera. Ahora, en libertad condicional, el jugador podría disfrutar de una segunda oportunidad en los terrenos de juego. El comisionado de la NFL, Roger Goodell, ha decidido readmitir a Vick, pero con condiciones. El jugador podrá fichar por un equipo, entrenar y jugar en los últimos dos partidos de pretemporada. Cuando empiece la liga, tendrá que esperar hasta la sexta semana, a mediados de octubre, para debutar, siempre y cuando su conducta sea la adecuada. "Nuestra decisión de restablecerte" escribió Goodell en una carta abierta a Vick, "se basará en los informes de tu agente de la condicional, tus actividades fuera del campo y la ausencia de cualquier altercado con la ley".

Ejecutaban a los perros no aptos para la pelea, aquellos sin 'mordida'. A veces colgaban, ahogaban e incluso batían contra el suelo -hasta matarlos- a los perros más dóciles

Vick sabe que camina sobre un alambre, pero es hoy un hombre que reconoce su suerte. "Me gustaría expresar mi sincera gratitud y apreciación al comisionado [Goodell] por recibirme de nuevo en la liga. Jugar al fútbol americano en la NFL es un privilegio, no un derecho, y realmente estoy agradecido por esta oportunidad", ha asegurado el todavía ex jugador. Ex, porque aún le queda un pequeño escollo: encontrar un equipo. Muchos dudan que Vick, tras permanecer inactivo durante casi dos años, pueda jugar al mismo ritmo de antes. Muchos equipos, entre ellos los Dallas Cowboys y los Giants de Nueva York, ya han desechado la posibilidad de ficharle. Y cuando vuelva, si vuelve, el quarterback se enfrentará a la lupa de aficionados, medios de comunicación y compañeros. Al escrutinio de un país harto de ver a sus ídolos deportivos envueltos en temas turbios.

Y no es para menos. El informe de 18 páginas de la acusación contra Vick y sus secuaces pone los pelos de punta incluso a los menos sensibles. Ejecutaban a los perros no aptos para la pelea, aquellos sin 'mordida'. A veces colgaban, ahogaban e incluso batían contra el suelo -hasta matarlos- a los perros más dóciles. "En los dos últimos años he tenido mucho tiempo para reflexionar y madurar", asegura Vick, "ahora sé que tipo de vida quiero llevar".