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Reportaje:

La rodilla, el eslabón débil de los titanes

Los nuevos materiales han cambiado drásticamente el modelo de deportista, que, a la manera de Tiger Woods y Rafa Nadal, son verdaderos portentos de fuerza, pero cada vez más frágiles

Carlos Arribas

Jack Nicklaus duda incluso que Tiger Woods pueda en algún momento batir su récord de 18 torneos de grand slam pese a que el californiano ya haya ganado 14 y tenga aún 33 años. "Con la cantidad de momento [cantidad de fuerza necesaria para hacer girar un cuerpo] que aplica a su rodilla no sé si su cuerpo aguantará mucho", dice el Oso Dorado. Woods, quizás el mejor jugador de la historia, acaba de regresar al golf después de recuperarse de una operación de ligamentos cruzados en la rodilla izquierda, la cuarta operación en el mismo lugar, el eslabón débil del hombre fuerte.

En un darwinismo acelerado por la propia intervención humana, los nuevos materiales determinan al nuevo deportista, y no a la inversa, como la lógica ergonómica parece reclamar. Ocurre en deportes como el golf -drivers metálicos en los que el punto dulce ocupa toda la cara y con los que cualquier bruto sin una habilidad especial puede mandar la bola a 300 metros- y el tenis -raquetas de fibra de carbono que permiten mayor rigidez y, a la vez, mayor superficie de golpeo-, deportes en los que los deportistas modelo ya no son artistas finos, maestros del toque y el feeling, sino atletas como Woods y Rafa Nadal.

El arquetipo ya no es un artista fino, maestro del 'feeling' y el toque, sino un atleta
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Liftar a 5.000 revoluciones por minuto

El swing del golfista ya no es simplemente colocación y gesto, sino una velocidad brutal que somete al cuerpo a presiones inauditas; el tenista ya no es el maestro de la muñeca y el juego de codo: en el golpe interviene todo el cuerpo, que moviliza de manera armónica y coordinada todos sus grupos musculares, comenzando desde los pies, desde los más grandes, y terminando con el tronco. En ambos deportes, sus practicantes pierden cuello a la misma velocidad que ganan músculo y, paradójicamente, como ha mostrado Woods con los ligamentos, como ha sufrido Nadal con el tendón rotuliano, son más brillantes en cuanto más frágiles. Es el precio de hacer girar la bola más de 80 veces por segundo con el liftado, es el precio de las pistas duras, de los cordajes más tensos.

"No podemos tener todos los músculos que queremos. El cuerpo tiene un límite", explica Mikel Izquierdo, especialista en el entrenamiento de fuerza y profesor del centro del Gobierno navarro de medicina deportiva. "Pero se mantiene la tendencia a construir un modelo de deportista capaz de soportar las cargas exteriores, como el pertiguista con las pértigas más duras, las que le permiten franquear las mayores alturas, del material. En todo caso, el sistema músculo-esquelético está siempre al límite y tiene, como el motor de un coche, un número máximo de horas de funcionamiento: pasadas, se rompe impepinablemente".

"La lesión es, en efecto, inevitable", señala David López Capapé, traumatólogo deportivo y ex atleta. "Todos tienen un kilometraje limitado, todos se lesionan, pero los más fuertes se lesionan menos. Es una cuestión genética. En el camino se quedan grandes talentos juveniles a los que el cuerpo no les aguanta: sus lesiones constantes les han dejado fuera de juego".

El codo de tenista es el nombre común de una lesión que, por el camino que lleva la evolución, puede empezar a considerarse algo del pasado. "Ahora empezamos a hablar de rodilla de tenista", dice Capapé. "No se trata de ligamentos o de sobrecargas o roturas de isquiotibiales, como en otros deportes, sino de tendinopatía del tendón rotuliano. Los mejores trabajan para prevenir. Se trata de trabajo específico en el gimnasio, simulando las situaciones reales. Trabajan el cuádriceps sobre todo con ejercicios excéntricos, de alargamiento".

"El cuerpo es un sistema de palancas y músculos. La rodilla y la espalda son puntos críticos porque son zonas de paso, de transmisión. Es el punto de enlace entre la pantorrilla y el muslo. Antes de girar el segundo se tiene que frenar la primera, y la rodilla recoge todas las tensiones. Y dado que la lesión no se puede evitar, se trata de retrasarla al máximo", dice Izquierdo. "La solución pasa por aprender a escuchar al organismo y por aprender a descansar para que el sistema pueda seguir funcionando".

Rafa Nadal y Tiger Woods.
Rafa Nadal y Tiger Woods.CARLOS MIRA / REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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