El rugido de La Leona

Dos centésimas pueden cambiar una vida. También valer una clasificación que horas después se convierta en una medalla de oro. Eso es lo que le pasó ayer a Mireia Belmonte, que en los últimos retazos de este 2010 no solo está salvando los muebles de un año malo, sino que se está consolidando en la élite de la natación mundial. Ayer por la mañana se clasificó por tan solo dos centésimas de diferencia con la novena, la inglesa Hannah Miley, para la final de los 200 metros estilos. Por la tarde, se llevó el oro (2m 05,73s); la tercera de sus cuatro medallas (tres oros y una plata) en el Mundial de piscina corta de Dubái.

Belmonte, que nunca ha nadado una final en unos Juegos ni en un campeonato del Mundo en piscina larga, quiere dejar atrás los fantasmas que le atormentaban en los grandes torneos. "Mireia ha sufrido mucho para lo joven que es. Ha vivido muchas decepciones y siempre ha sabido levantarse con fuerza", dice Luis Villanueva, el director técnico de la Federación, una de las personas que más tiempo pasa con la revelación de Dubái.

"Ver que voy entre las más lentas no me da miedo. Me motiva para adelantarlas"

El año de Belmonte fue como a ella le gusta nadar las carreras: de menos a más. Tras no poder defender su título europeo en los 200 estilos este verano en el Europeo, de donde se fue sin medallas, hoy se enfrenta al último día en Dubái como triple campeona mundial (400 y 200 estilos y 200 mariposa), plata en su debut internacional en los 800 y con opción de medalla en los 200 braza.

En el agua, ayer volvió a ser la tercera competidora más lenta en reaccionar y era penúltima tras nadar los dos primeros estilos; mariposa y espalda. "Me di cuenta de que podía ganar tras el viraje de braza, cuando encaré los últimos 50 metros", recuerda la nadadora de Badalona. Llegar desde atrás ya no le preocupa como antes, no le atenaza, no le presiona. "El ver que estoy entre las más lentas al principio no me da miedo, al revés, me motiva todavía más para adelantarlas". Belmonte a sus 20 años lleva en la sangre la competición, por eso lo que más disfruta de las concentraciones es poder entrenar con sus compañeros de selección y picarse con ellos. Por algo su técnico durante dos años, Carles Subirana, le llamaba La Leona de Badalona.

Extremadamente autoexigente, sus entrenadores coinciden en resaltar su mentalidad que, en las grandes competiciones siempre se ha vuelto contra ella. Tras la inyección de moral de los dos primeros días, Belmonte, 17ª en el ranking del año de los 200 estilos en piscina larga, batió ayer el récord de España y bajó el de los campeonatos en 40 centésimas. La campeona del Mundo en Roma 2009 y poseedora del récord mundial en piscina larga, la estadounidense Ariana Kukors, fue tercera, a 36 centésimas.

Las razones del cambio están claras para Villanueva: "Ha madurado mucho personalmente, pero también le ha ayudado el cambio de entrenador". Desde el mes de septiembre, Belmonte se entrena con el francés Fréderic Vergnoux. "Ahora nado más metros y hago más gimnasio", dice la nadadora del CN Sabadell, que, desde septiembre, compagina la piscina con los libros de Administración y Dirección de Empresas.

A las cuatro medallas de Belmonte la delegación española suma el oro de Villaécija, y los dos podios de Wildeboer: un bronce y una plata. Esta última la consiguió ayer tras empatar en la segunda posición de los 50 espalda con el chino Xiaolei Sun en 23,13s.

Hoy, último día de la competición, quedan cuatro opciones españolas de medalla, que podrían sumarse a las siete que lleva ya la delegación, segunda en el medallero tras EE UU.