_
_
_
_
_
Reportaje:TOUR 2007 | Jornada de descanso

El 'secreto Contador'

El Discovery esquiva hablar de las opciones del ciclista de Pinto

Carlos Arribas

Nueve españoles figuran entre los 20 primeros del Tour 2007, lo que no es ni excepcional ni excesivo, es la norma de los últimos años, aunque en éste, como en el pasado, el valor de la presencia hispana es más importante que en ediciones anteriores de la grande boucle aunque sólo sea porque la ausencia de un tirano a lo Armstrong o de un archifavorito convierte automáticamente la presencia en posibilidad de victoria absoluta. Así, si consideramos al alemán Andréas Klöden el faro de este Tour -pese a su fisura cóxica, es un nada desdeñable escalador, un gran contrarrelojista-, cuatro españoles marchan por delante en la general -Mayo, Valverde, Contador y Sastre, en un abanico de 44s-, lo que les concede, de oficio, la condición de candidatos a la victoria final. Pero si a estos cuatro les aplicamos el filtro de la novedad, sólo nos quedaríamos con uno, el madrileño de Pinto Alberto Contador, 24 años, segundo Tour, primero en el comienzo de la madurez.

Mientras Mayo, que ya bordeó el podio en 2003, Valverde, que se encuentra en la misma situación, aunque un puesto antes que cuando debió abandonar en 2005 después de ganarle a Armstrong en Courchevel, y Sastre, un prodigio de regularidad en el top five los últimos años son viejos conocidos, la frescura, la osadía y el inconformismo de Contador, su rechazo a rendirse después de haber pinchado en la ascensión a Tignes han maravillado, sorprendido y esperanzado no sólo a los aficionados españoles -por fin el espíritu de Perico de vuelta en el Tour- sino europeos, que ayer por la mañana, en la gran explanada del circo de Tignes, no hacían más que interrogar, interrogarse.

Una sola imagen, un rostro, un brillo de ojos, una emoción, les valdría como respuesta. Son la expresión de los ojos de Johan Bruyneel, su director en el Discovery, el director de los siete Tours de Armstrong también, pocos minutos después de la etapa de Tignes. "Me ha gustado mucho Alberto, muchísimo", dijo el técnico belga, un brillo húmedo en su mirada. "Ha tenido gestos, acciones increíbles. Sobre todo cuando, después de pinchar a falta de cinco kilómetros, fue capaz de ponerse otra vez de pie sobre los pedales y abandonar el grupo de Klöden para ir a buscar a Moreau y compañía, con los que había estado hasta entonces". Pero dicho esto, Bruyneel hace un gesto con un dedo en los labios. "Pero chitón", advierte el técnico belga afincado en Madrid, "que no se entere nadie. Que se siga sabiendo que oficialmente Leipheimer es el líder del equipo en el Tour, que se sepa que Contador es joven, que el Tour es muy duro, que la tercera semana, los terribles Pirineos, son una incógnita, que...". Y no añade que le tuvo que parar un par de veces, porque quería seguir atacando, hasta a las moscas que revoloteaban a su alrededor, hasta morir.

Y como muestra de que la discreción es fundamental para el éxito de la empresa, ayer, día de descanso, el Discovery organizó una rueda de prensa, como los demás equipos importantes, pero con un solo orador: Leipheimer. Y Contador, que es muy serio, muy inteligente, que ha sufrido una madurez acelerada en su cuerpo y en su espíritu, colabora de todo corazón. "No sé, no sé la tercera semana", repite, sin darse cuenta de que sus ojos le traicionan, de que se sigue leyendo en ellos ilusión. Y ambición.

Alberto Contador.
Alberto Contador.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_