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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

La segunda vida de Kimiko

La japonesa Date, que en septiembre cumplirá 40 años y estuvo 12 retirada, elimina a la rusa Safina, la 'número nueve' del mundo

La respuesta puede ser el embarazo que no llega, el niño que no nace. La contestación, el marido que presiona, que empuja y empuja de vuelta a las pistas. La razón, simplemente, la añoranza de la competición, de la adrenalina del reto diario, de la atención de ser una estrella. La pregunta, sin embargo, es siempre la misma: ¿Por qué? ¿Por qué la japonesa Kimiko Date, que cumplirá 40 años en septiembre, eliminó ayer por 3-6, 6-4 y 7-5 a la rusa Dinara Safina, la número nueve del mundo? ¿Por qué decidió Date romper 12 años de inactividad (1996-2008) para tumbar a la subcampeona de 2009? ¿Y por qué resistió, gesto compungido, agotadas ya las ayudas del fisioterapeuta, el dolor punzante que cubría el vendaje de su pierna derecha tras más de dos horas de partido?

"La razón es mi marido", contesta Date, dueña del rostro dolorido al que, tras el encuentro, cubre de besos Michael Krumm, su esposo y piloto de carreras. "Él ama el deporte. Ama el tenis. Y siempre me preguntaba: '¿Por qué no vuelves a jugar?", prosigue la tenista, que entonces corría maratones por debajo de las 3h 30m, que no sabía parar de hacer deporte, que intentaba ser madre y no lo conseguía. "Él quería verme jugar. Me empujó. Disputé una exhibición en Japón con Martina Navratilova y Steffi Graf. Después de eso, lo debatimos. Me empujó con mucha insistencia. Y volví", explica.

Cuando habla de esas viejas estrellas, Date está hablando de sus rivales. Fue como ver a una jugadora salida del túnel del tiempo. En 1995 jugó en este mismo torneo las semifinales contra Arantxa Sánchez Vicario. En 1996 alcanzó esa misma ronda en Wimbledon y llegó a ser la número cuatro. De ese año databa hasta ayer su última victoria contra una de las diez mejores, Monica Seles, que lleva siglos retirada. Siempre fue una estrella en Asia, donde firmó jugosos contratos publicitarios. Desde ayer vuelve a sonar su nombre en América y Europa. "No me gusta mucho la tierra roja", recordó la actual número 72 tras superar un break de desventaja en el segunda set y dos en el tercero; "pero ganar a Safina será uno de mis grandes recuerdos".

Tras tantos por qué como escuchó Safina en la rueda de prensa -¿por qué ha perdido?, ¿por qué ha roto con su entrenador?, ¿por qué falló tanto con el saque?, le preguntaron; ¿por qué gritaba en español?, ¿por qué los tacos eran en castellano?, le podrían haber planteado los que no supieran que se formó en Valencia-, la rusa, recién salida de una grave lesión de espalda, miró hacia otro lado: "Tras la lluvia, siempre sale el sol".

Kimiko Date festeja un golpe ganador contra Dinara Safina.
Kimiko Date festeja un golpe ganador contra Dinara Safina.REUTERS

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