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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | Brasil - Corea del Norte

La soledad de Kaká

Brasil echó en falta la magia del madridista, que sigue sin desbordar

Ramon Besa

Dani Alves, el hombre de los títulos en el Sevilla y el Barcelona, uno de los jugadores más completos de la Liga española en los últimos años, apenas se lo cree. Un ganador como él no tiene sitio en este Brasil que Dunga maneja como un cirujano de hierro, que se desenvuelve además como un barco de madera en medio de la tempestad mediática.

Alves, el futbolista capaz de crear el juego de todo un equipo desde la posición de lateral derecho, como hacía en el Sevilla de las cinco Copas (dos de la UEFA, una del Rey y una Supercopa de Europa y otra de España), es condenado al banquillo por la presencia de un jugador mayúsculo, digno sucesor de una estirpe de grandiosos laterales, como Carlos Alberto, Junior, Roberto Carlos o Cafú. El poderío de Maicon, es incontestable y solo observando su explosiva capacidad para subir la banda una y otra vez se puede entender que un coloso como Alves esté sentado en el banquillo.

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Brasil es Maicon

Por esa banda derecha encontró Brasil consuelo a un fútbol plomizo, incapaz de superar a un rival ordenado y con una impresionante disciplina en el terreno de juego, seguramente inspirada por el líder supremo de su pueblo. Maicon, tan incansable como sus rivales, encontró una autopista para acabar con el partido con una internada y un disparo que fulminó a Corea. No importa que el guardameta coreano echara un cable (la pelota pasó entre él y el palo). Lo más difícil estaba hecho. Maicon, un futbolista a veces criticado por determinadas conductas en su vida personal, acaba de realizar una temporada portentosa con el Inter, con el que ha ganado Liga, Copa y Copa de Europa, disputando 52 partidos y haciendo 7 goles.

A esas galopadas de Maicon se asió Brasil para desatascar su juego y encontrar la creatividad y frescura necesarias con las que desarbolar a un rival tenaz e incansable. Dunga debe revisar el trivote del centro del campo. Nadie como él puede entender que con Kaká fuera de forma y Robinho interviniendo lo justo, Brasil no puede carburar. Las adversas circunstancias con las que Kaká ha tenido que convivir a lo largo de la temporada en el Madrid (entre ellas una pubalgia que le ha mantenido de baja casi tres meses) han provocado que llegue a la máxima cita mundialista con evidentes problemas. Ni desborda ni tiene capacidad, al menos por ahora, de echarse al equipo a sus espaldas. Sin la aportación de Kaká, pedirle cuentas al trivote formado por Gilberto Silva, Melo y Elano suena a broma.

Dunga, que ganó un Mundial como jugador junto a Mazinho y Mauro Silva, confía en la fórmula y en los hombres, pero no podrá evitar cierto resquicio a la nostalgia cuando le dé por comparar a unos y otros. Melo cumple, pero nunca enamora y su temporada en el Juventus ha sido más que discreta; Gilberto Silva rumia en Grecia sus últimos años de profesional y Elano, que marcó, ya no es una bala. De jogo bonito, nada de nada.

Kaká se escapa de Ji Yun-nam y Ri Jun-il.
Kaká se escapa de Ji Yun-nam y Ri Jun-il.GETTY IMAGES

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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