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Entrevista:HRISTO STOICHKOV | Entrenador del Celta

"Yo soy el mejor psicólogo del mundo"

Hay un larguero en el campo de A Madroa, donde se entrena el Celta, que aún tiembla como un diapasón. Hace un par de horas que el nuevo entrenador, el búlgaro Hristo Stoichkov (Plovdiv, 1966) ha enviado un chupinazo tremendo a la portería de Esteban durante la tanda de penaltis que cerraron la sesión de la plantilla. Ha llegado con ideas claras: el Celta es un gran club y el sistema lo hacen los jugadores.

Pregunta. Cuenta maravillas de su nuevo plantel, que llega a puerta, pero tiene un grave problema de definición final.

Respuesta. Primero, es muy difícil meter goles. Yo sé lo que es ese bloqueo cuando tienes una mala racha. En este caso, se trata de relajarse, ya que podría dar nombres de muchos jugadores célticos que saben meter goles. Es cuestión de relajarse, insisto.

"Recibo mucho cariño. Pero es por mi pasado. Hay que ganar. La fama no sirve para eso"
"Es muy importante relajarse, hacer un fútbol alegre. Si no, se puede hundir a un jugador"

P. La afición está como loca con usted. ¿Qué le ha dado?

R. Estoy recibiendo mucho cariño. Pero, por ahora, esto es por mi pasado. Esas cosas sólo me sirven para el museo. Ahora tenemos que demostrarlo ganando partidos. La fama no sirve para eso.

P. ¿Va a renunciar, de momento, a los grandes cambios tácticos en favor de la motivación?

R. Hay que decir que Fernando Vázquez [anterior técnico céltico] es un gran entrenador y, si tengo necesidad, le consultaré como a cualquier otro. Lo que digo es que, a estas alturas de la temporada, debemos potenciar lo que tenemos, no hacer grandes cambios. Ya he dicho que el sistema lo definen las características de los jugadores.

P. Pese a la fama cosechada en su época de jugador, hoy se lleva muy bien con los árbitros. ¿No precisan ayuda tecnológica?

R. Los árbitros tienen fallos igual que yo tuve fallos cuando no metía goles. Somos todos humanos. Lo que me fastidia es que se falte el respeto a la gente que no se conoce personalmente. Además, ya propuse hace años que exista un quinto árbitro que apoye al principal y pueda ver la jugada polémica en un monitor.

P. Esas cosas y otras más, porque en el fútbol de hoy se ven equipos que juegan muy bien y pierden y al revés. Esto no sucede en el balonmano o el baloncesto.

R. Bueno, hay que entenderlo. Es que el fútbol también consiste en tener menos fallos que el rival. Lo digo aunque a mí me guste meter goles y crear el mayor número posible de jugadas de ataque.

P. ¿Esta Liga es para el Barça?

R. Conozco muy bien al Barça. Aun trabajando de seleccionador de Bulgaria, seguía viviendo en Barcelona. Y hablo mucho con Txiki [Begiristain, el director técnico del club]. Ellos dependen de sí mismos. Es lo único en lo que tienen que pensar.

P. ¿Qué ha cambiado en este deporte desde su época de jugador hasta hoy?

R. Dos cosas que están relacionadas. Hay una saturación de fútbol. Está a todas horas en las televisiones. A la vez, se está haciendo mucha actividad extradeportiva, que es lo que está haciendo daño a los jugadores.

P. Es que todo aquello que se tiñe de galáctico, en un sentido amplio, termina por disiparse.

R. Hay, desde el punto de vista deportivo, un exceso de publicidad. El futbolista debe descansar y estar con su familia, con los suyos. Pero si tiene que dedicar cuatro horas al día a estar de pie, a hacerse fotos... Para la empresa va muy bien, pero no para el jugador. No se pueden hacer dos cosas a la vez. Yo pasé por lo mismo y tuve que pararlo.

P. ¿Alguien ha heredado su juego en Bulgaria? La selección renquea.

R. Hay dos chicos importantes, que son Petrov [Atlético de Madrid] y Berbatov [Tottenham]. En la selección, si quieren salir del pozo, tienen que trabajar y luchar mucho.

P. Le parece un disparate emplear psicólogos con los jugadores, pero sí sostiene que la mentalización es clave para ganar. ¿Qué se puede hacer cuando no hay una actitud positiva, cuando no hay rabia?

R. Esa actitud, de entrada, se tiene de nacimiento y sólo se trabaja en parte. Para mí, yo soy el mejor psicólogo del mundo. Pero hay que tener mucho cuidado al estimular a algunos jugadores. Pueden salir al campo con tanta tensión, con tantas buenas intenciones, que se bloquean. Por eso es tan importante relajarse en este deporte, hacer un fútbol alegre. Es que se puede hundir a un jugador.

P. ¿Y si le sale un ego malcriado en el vestuario?

R. A mí no me pasará. Tiene que haber mucha comunicación en el grupo. Yo no soy un sargento ni me voy a meter en la vida privada de nadie. No tengo derecho. Somos adultos. Pero, aquí y ahora, lo importante es el Celta. Yo doy, pero también pido.

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