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Reportaje:Fútbol | Liga de Campeones

Más talento, mismo espíritu

Jugadores españoles con experiencia en la Premier atribuyen a la llegada de técnicos extranjeros como Mourinho, Benítez y Wenger, que han mejorado la organización, el éxito de los clubes ingleses en la Liga de Campeones, con tres semifinalistas

Alex Ferguson nació en Govan, cerca de Glasgow, en 1941; en 1986 llegó a Manchester para hacerse cargo del United, penúltimo de la fila en la Liga inglesa. En el teatro de los sueños ha ganado tantos títulos (24, incluida una Copa de Europa) que hoy es el técnico más laureado del fútbol británico. Al tiempo, ha asistido en tribuna privilegiada -lleva más de mil partidos dirigidos al frente del United- a la mayor transformación del fútbol inglés desde que C.W. Alcock saliera en 1863 de la londinense taberna de Freemason con las primeras reglas del football bajo el brazo.

Mendieta: "Hace 10 años comían alubias la mañana del partido y se bebía en el autobús de vuelta"
Hierro: "Están muy bien organizados y todo lo que hacen es para hacer mejor el fútbol"

El pasado martes el United aplastó a la Roma (7-1), en la mayor goleada de los reds en Europa desde 1968 (también 7-1 al Waterford irlandés). A la misma hora, el Chelsea eliminó al Valencia de idéntica manera, como el Liverpool se deshizo del Barcelona en cuartos de final. Ayer, los de Benitez se deshicieron del PSV. Tres de cuatro, un éxito sin precedentes para los clubes de la Premier. "La calidad y la competitividad del fútbol inglés han ido mejorando cada año. Hace seis o siete temporadas la Liga era la mejor competición de Europa". "Probablemente", añadió Ferguson, "el hecho de que tres equipos ingleses hayan alcanzado las semifinales venga a demostrar que, actualmente, la inglesa es la mejor Liga del continente".

"Tiene razón", sostiene Vicente del Bosque, que al frente del Real Madrid ganó la Liga de Campeones de 2000 y 2002. "La Liga inglesa ha mejorado muchísimo en los últimos años; no es casualidad lo que está pasando. Los equipos ingleses dan espectáculo, ya lo creo. No creo que haya un equipo en Europa que juegue un fútbol más espectacular que el Manchester. Y no creo que el Chelsea sea un equipo defensivo; eliminó al Valencia atacando", explicó la noche del pasado martes, analizando el partido de Mestalla.

Albert Ferrer, jugador revelación de la Premier League en la temporada 99-2000 -jugó en el Chelsea de 1998, cuando dejó el Barcelona, hasta junio de 2003, al retirarse- tiene una teoría que explica por qué los equipos ingleses han alcanzado tal grado de competitividad. "En Inglaterra dejan trabajar", simplifica el que fuera lateral derecho del dream team. "Esa es la diferencia, tienen paciencia", insiste Ferrer. "Wenger llegó a la final de la Copa de Europa el año pasado después de muchos años intentándolo. Esta vez se ha caído pronto y ¿qué ha pasado? Nada. Le dejarán seguir trabajando hasta que se canse", asegura. "A Benítez nadie le ha exigido resultados el primer año, sólo que implantara una idea, un sistema de trabajo". Ferrer ahonda en su análisis: "El fútbol inglés se han europeizado. Han mantenido el espíritu pero han cambiado la filosofía de trabajo".

Gaizka Mendieta, centrocampista bilbaíno que lleva cuatro años en el Middlesbrough suele explicarlo con un ejemplo ilustrativo: "Hace menos de diez años, los equipos ingleses comían alubias y salchichas la mañana de los partidos y en los autobuses de vuelta a casa se bebía. Hablo de hace diez años", insiste. "Eso lo cambiaron entrenadores llegados del continente, como Wenger y Houllier

[ex técnico del Liverpool]".

"La llegada de futbolistas extranjeros mejoró la calidad y, además, les cambió la manera de jugar", dice Piqué, jugador formado en la cantera del Barcelona, cedido esta temporada por el Manchester al Zaragoza. "Antes, los jugadores ingleses tenían problemas con los arbitrajes en el continente", asegura.

"Es cierto, hubo una evolución. Era un fútbol cerrado y eso se notaba incluso en su manera de jugar. Yo no lo he vivido, pero los veteranos lo cuentan. Se les hacía difícil asumir los arbitrajes fuera del continente, donde se pitan faltas que aquí no se pitarían nunca", dice Cesc, del Arsenal. Y subraya: "También hay un punto de suerte en lo que ha pasado este año"."Por supuesto", reconoce Arteta, que descarta la inyección de millones -"sería demasiado fácil"- y habla de la voluntad federativa por organizar el mejor campeonato del mundo: "Es lo que quieren y caminan juntos: la tele, los equipos, los futbolistas, los aficionados", dice el donostiarra que juega en el Everton. "Es verdad", corrobora Fernando Hierro, que colgó las botas en el Bolton. "Organizativamente son los mejores y por encima de todo respetan el juego. Todo lo que hacen es para hacer el fútbol mejor. Y eso se nota".

"El fútbol inglés abrió las ventanas y se notó en toda la casa", dice Roberto Martínez, futbolista que emigró al Wigan a principio de los años 90. Empezó en la Tercera División y llegó a la Premier, antes de convertirse en comentarista de la Liga para Sky TV, donde lleva diez años. Martínez afirma que la llegada de entrenadores extranjeros permitió a los equipos ingleses evolucionar tácticamente: "Han aprendido a empatar", dice. Y se explica: "Antes, no entendían otra manera de jugar que no fuera ir a por más, a por otro gol. Ahora manejan los resultados, marcan los tiempos de los partidos". Destaca en especial la irrupción de Mourinho, "que maneja incluso el entorno, pero fundamentalmente, han hecho cambiar hasta a Ferguson, que ya usa el 4-2-3-1; ¡ha descubierto el mundo más allá del 4-4-2!" dice.

Parco, para Javier Clemente, seleccionador de Serbia, enamorado confeso del viejo futbol inglés desde que acudió a Ipswich a aprender de Boby Robson en los años 70, la evolución era necesaria: "Ya no obtenían resultados, necesitaban algo más". Para Clemente, han sumado a la fuerza el talento: "Han unido calidad y orden a su capacidad de trabajo".

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