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Reportaje:BALONCESTO | ACB

El tiro desluce a Ricky Rubio

Los técnicos consideran que el bache de la joven estrella del Barça se debe tanto a la presión como a su autoexigencia

Robert Álvarez

¿Qué le pasa a Ricky Rubio? Su anotación y sus porcentajes en el tiro han empeorado. Su explosión mediática tras su precoz éxito en 2005 con solo 16 años, su exitosa experiencia con España en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y en el Campeonato de Europa de Polonia de 2009, su elección en el quinto puesto del draft de la NBA por Minnesota y su fichaje por el Barcelona magnifican cuanto hace o deja de hacer en la cancha para lo bueno y para lo malo. La cuestión es si será capaz de superar el bache que afecta esencialmente a su puntería. Sus cuatro triples en el tercer partido de la Euroliga contra el Panathinaikos fueron una magnífica noticia en una competición en la que totalizó 11 aciertos en 49 lanzamientos.

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"Otro jugador, en su lugar, podría haber dicho: 'Aquí estoy yo, soy campeón de Europa con mi equipo y con la selección, me quieren en la NBA...'. Pero él es inteligente y ambicioso. Sabe que la mayoría de sus cualidades en el juego son sobresalientes, pero que en el tiro exterior no lo son tanto. Por eso se ha sometido a un aprendizaje para mejorar a pesar de que lo normal es que se haga en la adolescencia", explica el director deportivo de la federación, Ángel Palmi; "se autoexige ser de los mejores de Europa, todavía más estrella, y eso requiere tranquilidad y tiempo. Necesitas un año para cambiar un movimiento y un mínimo de otro para automatizarlo. Se trata de llegar a ejecutarlo sin pensar. Es como cuando conduces un coche: hay que actuar por acto reflejo, sin pensar 'si me pasa esto, haré aquello".

Entre otras mejoras, además del trabajo que realiza con los entrenadores del Regal Barcelona, Ricky recibió hace un año y medio la ayuda de un especialista, Jarinn Akana, que ha colaborado con varios equipos y figuras de la NBA, como Dirk Nowitzki. La realidad es que, de los 10 puntos por partido que promedió en sus dos últimas campañas en el DKV Joventut, ha pasado a 6,6 en su primera campaña en el Barça y a 5,2 en esta, en la que sus porcentajes rondan el 30% y solo el 23% en triples en la ACB y el 14% en la Euroliga, aunque subieron al 22% tras sus triples frente al Panathinaikos.

"Es difícil no pensar cuando tienes una mala racha, pero has de intentar no pensar y ser tú mismo", afirma Ricky; "si en los entrenamientos haces lo que haces, quiere decir que no está yendo nada mal. En los partidos, a veces, te pones un poco nervioso. Cuando empiezas a ir mal, se produce una bola que va haciéndose grande, pero llega un momento en que todo vuelve a la normalidad. Es muy importante sentirte cómodo en los entrenamientos porque los errores no se magnifican tanto y los aciertos te dan confianza".

Xavi Pascual, el entrenador de Ricky en el Barcelona, considera excesiva la presión mediática a la que está sometido su jugador: "Tiene 20 años y va por el buen camino. Es impensable que siempre juegue bien. Lo importante es que nunca ha dejado de tener los pies en el suelo. Lo único que tenemos que hacer es ayudarle entre todos para que traslade a los partidos su acierto extraordinario en los entrenamientos".

"Rigor, mecánica y alguien que te controle y te corrija". Esa es la receta de uno de los mejores entrenadores específicos de tiro en España y que ha trabajado con muchas figuras, desde Pau Gasol hasta el propio Ricky. Es Josep María Margall, antiguo jugador del Joventut y uno de los mejores tiradores del baloncesto español: "El tiro hay que trabajarlo siempre. A mí, cuando no me entraba, me corregía mi hermano Narcís: 'Vigila, que la coges muy plana, que abres el codo, que flexionas poco, que no coordinas bien...'. Además, al lado tenía a Buscató, un líder que lo veía todo muy claro y me ayudaba. Eso te sirve de gran ayuda. Porque, si nadie te dice nada, vas cogiendo vicios. A media temporada, lo peligroso es que, con la presión, puedes empezar a ver el aro más pequeño cuando antes lo veías como una piscina. Pero si tienes el tiro mecanizado, a base de repasar, de insistir, acabas saliendo del problema. Eso sí, aquellos a los que les cuesta más tienen que repetir ejercicios media hora antes de cada entrenamiento y de cada partido para ir cogiendo el toque".

Otro aspecto en el que insiste Margall es el psicológico: "Resistir la presión es esencial. Todos los jugadores la hemos sentido. No es lo mismo cuando estás obligado a meterla que cuando, por tu papel en el equipo o tu juventud, se te permite fallar".

Ricky, lanzando a canasta.
Ricky, lanzando a canasta.VÍCTOR SALGADO (CORDON PRESS)

"Le haría jugar de 'dos", dice Corbalán

Juan Antonio Corbalán, como Ricky Rubio, fue un base precoz y continúa siendo el jugador más joven en debutar en la selección española: a los 17 años y ocho meses. "Yo fui aprendiendo a tirar con el tiempo. Hasta los 21 o los 22 años no empecé a tener un tiro fiable. Prefería penetrar a canasta, doblar balones...", cuenta el antiguo jugador del Madrid, ganador de tres Copas de Europa y 12 Ligas; "cualquiera tiene rachas. En los jugadores como Ricky, que no es un tirador habitual, esas rachas adquieren mayor trascendencia porque, si tiras solo dos o tres veces y fallas, da la sensación de que es un desastre. Pero las rachas de otros que tiran seis, siete o más veces son más decisivas".

Asumir la responsabilidad de lanzar cuando la jugada lo requiere es esencial en el juego de un base: "Te afecta si no anotas porque tú eres el base, el que tiene que manejar las jugadas, el que tiene que decidir. No puedes permitirte el lujo de evadirte de tu responsabilidad. Tienes que asumirla. Si te toca tirar, tienes que tirar. El jugador, y en especial el base, tiene que actuar desde un ejercicio de libertad, ser dueño de sus decisiones, tener esa chispa, sin apenas tiempo, sin tener que estar pendiente siempre de una pizarra, de un entrenador".

Corbalán analiza la situación por la que atraviesa Ricky: "Su problema viene heredado de una sobrevaloración. La gente no puede pretender que siga una progresión como la explosión que experimentó siendo tan joven. Tiene que afrontar con madurez ese proceso. Que se olvide de comerse el mundo. Debe mandar el trabajo del día a día. Es un jugador impresionante, pero necesita tener un base estilo Calderón a su lado. Sada no es espectacular, pero es fiable, seguro. Lo puede aprovechar Ricky. Le puede ir bien para aprender en ese trabajo diario. Le puede marcar el camino".

El que fuera internacional del Madrid expresa convencido su consejo para que Ricky recupere sus mejores sensaciones: "Debe aprender a recuperar la confianza. Yo, personalmente, le pondría a jugar descaradamente de dos, de escolta. Eso le obligaría a cambiar de papel, a tirar más. La única manera de salvar la crisis es olvidar las dudas y erigirse en un base anotador".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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