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La última media hora de Tamudo

El ariete, en la rebotica todo el año, se despide del Espanyol con un triunfo ante Osasuna

Pochettino es duro pero no rencoroso . Ha relegado esta temporada a un ostracismo absoluto a Tamudo, ídolo sin fútbol, ganas, compromiso ni goles desde hace dos años, pero permitió anoche que tuviera sus minutos de gloria, una despedida digna en el nuevo estadio y ante su afición. El partido era idóneo; no había nada en juego, con Osasuna y Espanyol salvados antes del toque de queda. El pulso, sin embargo, se lo cobró el Espanyol, que enseñó cómo mantener el tono competitivo sin aliciente alguno, más allá de la victoria deportiva. Osasuna también peleó, pero se perdió en las patadas y en la ausencia de remate.

Como todo el juego ofensivo blanquiazul pasa por Callejón, el rival, pragmático, cortó por lo sano y le paró con malas artes. Una entrada al tobillo de Massoud, una clavada de tacos en el hombro de Azpilicueta, una zancadilla de Calleja, un manotazo de Monreal... y se acabó Callejón. Pero no languideció el Espanyol, siempre con la réplica a punto.

ESPANYOL 2 - OSASUNA 1

Espanyol: Kameni; Amat, Moisés Hurtado (Roncaglia, m. 46), Víctor Ruiz, David García; Forlín, Verdú; Corominas, Iván Alonso (Tamudo, m. 61), Callejón; y Osvaldo (Marqués, m. 81). No utilizados: Cristian Álvarez; Pillud, Ben Sahar y Dídac.

Osasuna: Roberto; Azpilicueta, Miguel Flaño, Josetxo, Monreal; Massoud (Galán, m. 72), Puñal (Pandiani, m. 83), Rúper, Calleja; Vadócz y Dady (Esparza, m. 72). No utilizados: Ricardo; Juanfran, Oier y Sergio.

Goles: 0-1. M. 5. Vadócz. 1-1. M. 49. Forlín. 2-1. M. 51. Osvaldo

Árbitro: González González. Amonestó a Osvaldo, Calleja, Amat y Marqués.

Cornellà-El Prat: 24.000 espectadores.

Primero fue Forlín, que enganchó un balón en el punto de penalti. Y después Osvaldo, que resolvió una jugada personal en el vértice del área chica. Dos dianas para contrarrestar el tanto infantil e inicial de Osasuna, que de un saque de banda, una peinada de Dady y un remate de Vadócz, acabó por celebrar un gol. Un premio inesperado porque Camacho dejó en el banquillo a piezas tan fundamentales como Ricardo, Juanfran y Pandiani.

Del banquillo salió Tamudo, jaleado y adorado por el público. Tuvo su última media hora como españolista, nada desdeñable a nivel deportivo. Regaló dos pases que bien pudieron ser gol, soltó un latigazo cruzado que Roberto desbarató y otro más suave con igual destino. Incluso disfrutó de un mano a mano, fatal resuelto.

Cinco acciones para despedir al 23, al antiguo capitán, al mejor delantero en la historia periquita (380 partidos; 138 goles). Pero un adiós de lo más gris porque Tamudo, enredado en discusiones públicas con la directiva e internas y malsanas con el vestuario, se marcha del Espanyol con mal sabor de boca, poco arropado por el grupo -aunque le manteó a pie de césped- pero muy querido por el pueblo. Media hora y muchas lágrimas para el recuerdo.

Los jugadores del Espanyol mantean a Tamudo.
Los jugadores del Espanyol mantean a Tamudo.CARLSO MIRA

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