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Tribuna:EL ENFRENTAMIENTO ENTRE JOAN LAPORTA Y SANDRO ROSELL | FÚTBOL | Las guerras internas en el Camp Nou
Tribuna
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La verdad en marcha

Les aseguro que no me gusta tener que romper de nuevo mi silencio en cuestiones que afectan a mi condición de expresidente del FC Barcelona, pero vistos y leídos algunos comentarios que han circulado sobre un aspecto que tiene que ver con el despacho de abogados Laporta & Arbós, del cual soy socio fundador, quiero dejar claras algunas consideraciones.

En primer lugar, mi despacho de abogados no ganó 10 millones de euros con un cliente de Uzbekistán. No es así. Ojalá fuera cierto, pero no lo es.

Respecto a la tan comentada relación mercantil que Laporta & Arbós mantuvo con un cliente de Uzbekistán, se ha dicho, con mala fe y grandes dosis de ignorancia, que me aproveché de la presidencia del FC Barcelona para hacer negocios y enriquecerme personalmente. Eso no es cierto. Como expliqué el pasado lunes 10 de octubre ante la juez a raíz de la demanda de un individuo contra mi persona, vuelvo a recordar que Laporta & Arbós estableció relaciones profesionales, durante tres años, con un cliente de Uzbekistán propietario de pozos de gas, fábricas de algodón y otras actividades de negocio, para efectuar tareas de asesoramiento en cuestiones que nada tenían que ver con el FC Barcelona. Y precisamente gracias a esta relación profesional consideré que era bueno para el FC Barcelona que el club de fútbol Bundyodkor, propiedad del mismo cliente uzbeko, firmase, sin la intercesión de Laporta & Arbós, un acuerdo puntual con el Barça a cambio de cinco millones de euros. Dinero que, dado que en aquellos momentos había tensiones de tesorería, fue muy importante para poder realizar el fichaje de un jugador del Arsenal que nos pedía el cuerpo técnico. Por tanto, quiero dejar bien claro que mi despacho profesional inició relaciones con un cliente uzbeko mucho antes del acuerdo del mismo cliente con el Barça, acuerdo que establecía que el Bundyodkor realizaría un stage de cinco días en las instalaciones de la Ciudad Deportiva Joan Gamper y un partido de entrenamiento, a puerta cerrada, con el primer equipo del Barça. Además, se contemplaba la posibilidad de realizar un match amistoso en Uzbekistán, hecho que no se produjo por problemas de agenda. Por esta operación el FC Barcelona cobró tres millones de euros (habrían sido cinco si hubiésemos disputado el partido en Uzbekistán). De los clínics realizados por algunos jugadores del FC Barcelona en este país, ni el FC Barcelona ni Laporta & Arbós intermediaron en absoluto, sino que se produjeron mediante contratos firmados entre representantes de los jugadores y un profesional independiente.

"Nunca incumplí ningún código ético ni utilicé al FC Barcelona para negocios particulares"

Nunca incumplí ningún código ético ni utilicé al FC Barcelona para negocios particulares. Durante los siete años en que tuve el honor y la responsabilidad de presidir el Barça, mi despacho de abogados trabajó con diversas empresas como fruto de acuerdos que en su mayoría se iniciaron incluso antes de 2003, año en que comienza mi primer mandato al frente del Barça. Algunos de esos clientes, empresas bien conocidas, también tendrían relaciones, como proveedores o sponsors, con el FC Barcelona, sin que Laporta & Arbós intercediese nunca bajo ningún concepto.

Hay que recordar que la presidencia del FC Barcelona es honorífica y que no se contempla ningún tipo de remuneración económica. Por tanto, el presidente y los directivos de la junta directiva del Barça tienen todo el derecho a trabajar al margen de las muchas horas invertidas en la gestión y en la representación del club, siempre que no haya conflicto de intereses. Yo, lo dejé claro desde el primer día, nunca dejé de trabajar como abogado en el bufete del que soy socio fundador. Pero en ningún momento hubo conflicto de intereses ni interferencias entre las relaciones mercantiles mantenidas por mi bufete y las relaciones profesionales entre el FC Barcelona y terceros. Nunca. Ojalá, en todo caso, cualquier presidente del Barça aportase y aporte al club clientes con capacidad de ofrecer tres millones de euros para atender gastos de la entidad.

El Barça representa un valor muy importante de mi vida, como también lo es la defensa de los derechos y las libertades de Cataluña, y solo por debajo de la estima y la educación de mis hijos, pero ni el Barça ni la paz social del barcelonismo están por encima de mi dignidad, de la dignidad del apellido que llevan mis hijos. No acepto que se ensucie mi honor con maniobras indecentes articuladas contra mi persona, con difamaciones orquestadas por el grupo de comunicación de La Vanguardia y Mundo Deportivo -además de la inefable caverna mediática españolista- propagando mentiras promovidas desde la actual junta directiva. La estrategia del difamar, que algo queda, por haberla sufrido, ya la conozco, desgraciadamente. Pero no se saldrán con la suya. Pienso llegar hasta el final para explicar la verdad. Nuestra gestión al frente del FC Barcelona fue muy buena. Colaboramos en construir el mejor club del mundo, el mejor equipo de la historia, y dejamos una entidad solvente económicamente, con los mejores ingresos de que nunca ha disfrutado el club, con la mejor imagen social y solidaria. Y no permitiré, insisto, que ensucien una gestión eficiente y honesta. Trabajamos para hacer del Barça un club de referencia en el mundo del deporte. No necesitábamos un código ético ni un consejo de séniors que nos dijese lo que está bien y lo que no, ya que la ética comienza por uno mismo. Por eso, como ya anuncié, emprenderé las acciones legales correspondientes contra quien atente contra mi honor.

Que se dediquen a trabajar por el presente y el futuro del Barça y que sean respetuosos y agradecidos con el pasado, con la herencia que les dejamos, la mejor herencia deportiva, económica y social de la historia del FC Barcelona. Se equivocan si algunos piensan que atacando a mi honestidad conseguirán hacer olvidar que el expresidente Núñez ha sido condenado a seis años de cárcel por una trama de delitos económicos o que el presidente Rosell está siendo investigado por casos de corrupción, fraude fiscal, soborno y blanqueo de dinero en Brasil (casos de los que se han hecho eco las revistas económicas más importantes del mundo, como The Economist, pero que han sido ocultados por la prensa amiga). Yerran en la estrategia de repetir una mentira para cambiar la verdad. Les aseguro que, a pesar de los reiterados intentos, cada vez más desesperados y ridículos, no me pondrán en el mismo saco que a aquellos que han convivido o presuntamente conviven con la corrupción.

¿En qué país vivimos, donde se permite la impunidad contra los que hemos trabajado con honestidad y rigor mientras se tapan sentencias condenatorias e investigaciones oficiales por acciones fraudulentas? No podemos permitir que volvamos a épocas pretéritas que creíamos superadas, aquellas épocas de oscuridad en que quienes queríamos cambiar las cosas en el Barça éramos acusados de malos barcelonistas. Aquellos propagadores de la intoxicación que han vuelto, con los medios habituales y también en forma de blogs y webs incendiarios, nunca han digerido que quienes hace años fuimos acusados de antibarcelonistas hayamos construido el mejor Barça de la historia. ¿Se imaginan que el artículo de The Economist sobre la corrupción en el fútbol brasileño no hubiese mencionado a Sandro Rosell, sino a Joan Laporta? ¿Se imaginan qué hubiesen dicho de mí? Pues si se lo imaginan, pregúntense ustedes por qué la prensa catalana, mayoritariamente, calla mientras la prensa internacional ensucia el nombre del Barça asociándolo a la corrupción en Brasil a través de Sandro Rosell.

Afortunadamente, poco a poco las mentiras van siendo corregidas, y los mentirosos, desenmascarados. La gente ya empieza a saber (y la opinión publicada ya empieza a decirlo) que no es cierto que dejásemos el club sin un euro en la caja, que las supuestas facturas de fiestas no eran tales, que los viajes en jets privados tenían todos una justificación y no tenían nada que ver con viajes privados, que las habitaciones de 5.000 euros no las pagaba el Barça o que los gastos de catering en el palco presidencial no eran de 570.000 euros como se dijo en la asamblea. Pero a pesar de que poco a poco la verdad vaya saliendo a la luz, persistiré en trabajar para que se sepa toda la verdad. No flaquearé ni claudicaré ante la mentira. Mantendrá viva la lucha por la honestidad inspirada en el espíritu Carabén, que nos llevó a cambiar la dinámica histórica del Barça.

Joan Laporta fue presidente del FC Barcelona entre 2003 y 201o.

Sandro Rosell y Joan Laporta, durante la toma de posesión del primero como presidente del Barcelona, en julio de 2010.
Sandro Rosell y Joan Laporta, durante la toma de posesión del primero como presidente del Barcelona, en julio de 2010.VICENS GIMÉNEZ

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