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Entrevista:Dinero & inversiones

Los Mr. Marshall del parqué

La chequera de los fondos soberanos es anhelada por empresas y Gobiernos

David Fernández

El dogmatismo encaja mal con el dinero. En lo relativo a las cosas del comer, mejor ser pragmático. Nunca se sabe a qué puerta habrá que llamar en busca de financiación. En 2008, en los albores de la crisis financiera y posterior recesión mundial, muchos Gobiernos occidentales miraban con recelo a los fondos soberanos. Esta desconfianza se basaba en el rápido crecimiento tanto en número como en activos bajo gestión de estos inversores, su carácter estatal, la opacidad de muchos de ellos, así como su gusto por entrar en sectores considerados estratégicos (instituciones financieras, telecomunicaciones o defensa). Ahora, con las lecciones de liquidez aprendidas durante la crisis, esas dudas se han disipado -o por lo menos no se hacen públicas- y empresarios y políticos emprenden road shows por los países con este tipo de fondos para tender una alfombra roja que les lleve a sus mercados.

Los 15 mayores fondos manejan activos por valor de 2,5 billones de euros
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"La crisis cambió la manera en que muchos países industrializados percibían a los fondos soberanos", reflexiona Mohamed A. El-Erian, director ejecutivo de Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, en un reciente artículo. "Concretamente, algunos países que en el pasado recomendaban a estos fondos que no tomaran una participación en las empresas nacionales empezaron a promover activamente sus inversiones para contrarrestar el desapalancamiento de su sector privado y para recapitalizar las empresas en dificultades", añade El-Erian.

Los primeros fondos soberanos existen desde la década de los cincuenta del pasado siglo. Algunos países productores de petróleo crearon estos vehículos de inversión para diversificar y obtener una rentabilidad extra al dinero recaudado con la venta de crudo o con su superávit fiscal. En 1990, los activos bajo gestión de los fondos soberanos alcanzaban apenas 333.000 millones de euros. En la actualidad, el patrimonio de los 15 mayores fondos supera los 2,5 billones. El número de fondos también ha crecido con fuerza y en hoy en día ya hay más de 50 vehículos de inversión. Los mayores fondos soberanos son los de Abu Dabi, Noruega, Arabia Saudí, China, Kuwait, Hong Kong, Singapur, Rusia y Catar.

Con un barril de petróleo por encima de los 100 dólares, la maquinaria de ingresos de los países propietarios de fondos soberanos está perfectamente engrasada. En este contexto, el presidente del Gobierno, José Luis Zapatero, dedicó parte de su gira a principios de marzo por el golfo Pérsico a arrancar compromisos financieros de estos países. Catar prometió a Zapatero invertir 3.000 millones en España (incluyendo 300 millones en la recapitalización de las cajas de ahorros). De momento, el emirato petrolero ya se ha gastado 2.021 millones en la compra del 6,16% de

Iberdrola y ha mostrado su interés por invertir en Telefónica. En esta gira, además, Emiratos Árabes también comprometió 150 millones para las cajas.

Al margen de estos acuerdos, en los últimos años se han producido otras operaciones de fondos soberanos en España. Así, por ejemplo, el fondo IPIC de Abu Dabi se ha hecho con el 100% de

Cepsa (en un primer momento compró la participación del Banco Santander y Unión Fenosa y recientemente se ha hecho con el paquete de

Total). Asimismo, Abu Dabi también es socio del Banco Santander, ya que compró un 5% de la filial brasileña de la entidad en su salida a Bolsa. El dinero de estos inversores también viene como agua de mayo para la deuda pública, especialmente en aquellos casos como el español que se enfrentan últimamente a la presión de los mercados. En este sentido, el fondo soberano noruego triplicó en 2010 su exposición a los bonos españoles, y Rusia ha autorizado esta semana a su fondo soberano para participar en las subastas del Tesoro.

La desconfianza de los países occidentales se ha tornado en cortejo. Sin embargo, los fondos soberanos también han cambiado su mentalidad. La crisis ha supuesto para ellos un duro proceso de aprendizaje. Las pérdidas infligidas en 2008 y 2009 por la caída de los mercados y los problemas de liquidez para deshacerse de determinados activos les han llevado a modificar sus estrategias y a ser más selectivos en sus inversiones.

"Los fondos soberanos fueron golpeados severamente por la crisis financiera global. Las fuertes pérdidas en las que incurrieron muchos de ellos en este periodo han incrementado el escrutinio público sobre sus operaciones y muchos fondos han revisado sus estrategias de inversión", explican varios economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un documento de trabajo publicado el pasado mes de enero.

En 2008, por ejemplo, muchos fondos soberanos tuvieron caídas en el valor de su cartera de hasta el 30%, alimentando el debate interno acerca de su gestión. En algunos casos, la crítica se centró en haber elegido un mal momento para elevar la exposición a la renta variable, en otros casos se cuestionó el haber entrado en el sector financiero en las primeras etapas de la crisis, y en otros, el reproche se centró en haber invertido mucho dinero en el exterior cuando la situación financiera interna necesitaba ese capital.

El aprendizaje que conllevan siempre las minusvalías y la presión interna han llevado a algunos fondos, según relatan los expertos del FMI, a adoptar estrategias más conservadoras, otros han incrementado el peso de los activos alternativos en su cartera (inversiones inmobiliarias, capital riesgo...), hay quienes han diversificado la asignación geográfica de sus activos primando los mercados emergentes, e incluso algunos gestores se han tenido que acostumbrar a un nuevo mandato Estatal que les obliga a primar la liquidez, acortar el horizonte temporal de sus inversiones y realizar una mejor gestión del riesgo.

"De cara al futuro, el papel de los fondos soberanos en la estabilización del mercado financiero mundial seguirá siendo sustancial", concluyen desde el FMI. Esta opinión es compartida por El-Erian: "Aunque no pudieron evitar la crisis, los fondos soberanos se han recuperado bien y están preparados para operar en el nuevo entorno. De hecho, su capital paciente y la orientación a largo plazo de sus objetivos de inversión son características que deberían tener prácticamente todos los inversores del mundo".

La consultora Monitor Group publicó en octubre pasado un estudio que constata un aumento en la actividad de los fondos soberanos. En el primer semestre de 2010, estos inversores realizaron 92 operaciones por valor de 22.200 millones de dólares, el doble que en el mismo periodo de 2009. "Una de las tendencias que observamos en los movimientos de los fondos soberanos es que ahora realizan más operaciones que antes de la crisis, pero estas son menos voluminosas y, generalmente, suponen adquirir porcentajes accionariales más pequeños", argumentan estos expertos.

En 2009, los fondos soberanos redujeron su actividad en el sector financiero y en 2010 volvieron a apostar por él. "Sin embargo, la estrategia ahora es diferente de la de 2008, cuando adquirieron importantes paquetes accionariales en grandes bancos. En 2010, en cambio, se observó que su preferencia no era entrar directamente en valores bancarios, sino tener una exposición más diversificada en el sector invirtiendo, por ejemplo, en capital riesgo orientados a los mercados emergentes y al desarrollo de infraestructuras", destaca Monitor Group.

Aparte del sector financiero, las otras dos áreas que más inversiones atraen por parte de los fondos soberanos son las materias primas, principalmente por la necesidad de China de recursos naturales con los que alimentar su crecimiento, y el negocio eléctrico, tanto en su vertiente de hidrocarburos como de renovables.

Monitor Group advierte de otra tendencia que podría transformar el perfil de los fondos soberanos: un número creciente de ellos han empezado a buscar vías alternativas de financiación a los flujos de capital estatales con la emisión de bonos o con la salida a Bolsa de alguna de sus divisiones. Entre los fondos que han acudido al mercado, haciendo la competencia a las empresas cotizadas y a los Gobiernos occidentales, se encuentran los de Singapur, Abu Dabi, Barhein, Kazajistán, Catar y China.

La chequera de los fondos soberanos es anhelada por muchos. Ahora toca atraer su atención y que no pase como al final de la berlanguiana película Bienvenido Mr. Marshall, que después de preparar todo para su recibimiento terminen pasando de largo.

José Luis Rodríguez Zapatero, tras aterrizar en Doha (Catar) el pasado 27 de febrero.
José Luis Rodríguez Zapatero, tras aterrizar en Doha (Catar) el pasado 27 de febrero.JAVIER LIZÓN (EFE)

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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