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Tres policías y un trabajador de Astilleros, heridos tras una batalla campal en Cádiz

La protesta de los trabajadores del sector naval contra el plan de reconversión propuesto por el Ministerio de Industria experimentó ayer una nueva escalada de intensa conflictividad en las zonas afectadas por el plan. Los enfrentamientos más violentos se produjeron en Andalucía. El puente León de Carranza (Cádiz) volvió a ser escenario de una batalla campal entre los trabajadores de Astílleros Españoles de Puerto Real y Cádiz y la policía. El resultado, tres agentes heridos con diversas contusiones y un trabajador ingresado en el hospital Clínico de Puerto Real, tras recibir el impacto de una pelota de goma en un ojo. Fuentes del hospital confirmaron que el herido es Ángel Domínguez Sánchez, de 47 años, obrero de Puerto Real.

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La Policía efectuó varias cargas contra los trabajadores, que habían cortado el tráfico por el puente desde primeras horas de la mañana. Los policías soportaron entonces una intensa lluvia de objetos lanzados por los trabajadores con tirachinas y otros artilugios de fabricación casera. Tornillos de grandes dimensiones y bolas de acero se cruzaban en el aire con las pelotas de goma y botes de humo lanzados por la policía.La Unidad de Intervención de la Policía, desplazada desde Sevilla tras estallar el conflicto, logró despejar el puente en apenas 15 minutos. Pero no se logró restablecer el tráfico de forma inmediata y los cortes se prolongaron durante toda la jornada. Las retenciones de vehículos alcanzaron los siete kilómetros.

Los trabajadores de Astilleros de Cádiz capital y Sevilla optaron por unas protestas más pacíficas. Los primeros recorrieron varios barrios de la ciudad para agradecer la solidaridad demostrada por los gaditanos y los segundos repartieron propaganda por las calles de la capital hispalense pidiendo a los sevillanos que acudan a la manifestación de mañana.

Antes, los empleados sevillanos se concentraron en una céntrica plaza sevillana y allí quemaron las actas del expediente de regulación' de empleo. "Eguiagaray, eso es lo que hay", fue el grito unánime de los trabajadores.

Los trabajadores de la Naval, la factoría de Astilleros Españoles ubicada en la localidad vizcaína de Sestao, volvieron ayer a manifestarse por las carreteras de la Margen Izquierda. La marcha terminó en el centro de Barakaldo, la plaza donde se concentran las sucursales de las principales entidades bancarias. Pacíficamente, los empleados formaron grupos a las puertas de los bancos y cajas de ahorro bloqueando la entrada durante un cuarto de hora, aunque sin oponer resistencia a. la salida de los clientes que se encontraban en el interior. "No queremos actitudes negativas; no nos interesa que le pueblo se ponga en contra nuestra sino que nos apoye", señaló uno de los manifestantes. La protesta provocó cortes de tráfico, pero no originó incidentes, informa Eva Larrauri desde Bilbao.

Los obispos opinan

Sobre los conflictos en el sector naval, Carlos Amigo, arzobispo de Sevilla, dijo ayer en Madrid, al terminar la reunión de la mañana de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, que aunque no justifica la violencia, tiene su explicación, porque "los trabajadores se sienten engañados". Y añadió: Es un tema muy preocupante. La negociación deben agotar todos sus recursos. Ante todo, hay que dar una respuesta a estas familias y a estos trabajadores" informa Juan Ruiz desde Madrid.

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, indicó que no le extraña que los trabajadores, que han sufrido reconversiones desde hace tiempo, pierdan a veces la paciencia. Sobre la violencia de los trabajadores, el arzobispo de Valladolid, José Delicado Baeza, señaló: "Los objetivos que buscan pertenecen al campo de la justicia y necesitan ser cumplidos para la satisfacción de esos derechos fundamentales, como son'e1 trabajo, el poder sustentar una familia y unas garantías de porvenir".

El arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, manifestó: "Antes se decía 'el que no llora no mama', y ahora hay que decir al que no hace una barrabasada no le escuchan'. Eso no es bueno y va a deshacer la misma sociedad democrática. Las autoridades de ben atender esos mecanismos ordinarios y no dejar que las cosas se pudran y tengan que recurrir después a actos violentos". Por último, Ricardo Blázquez, obispo electo de Bilbao, dijo: "Corno obispo quiero apoyar las causas justas de la distribución del trabajo y los ingresos".

En Santander, los trabajadores de Astander se manifestaron al mediodía por el centro de la capital desde la estación del ferrocarril en el que si habían desplazado hasta la sede de la diputación regional. Los concentrados, unas 400 personas, se detuvieron breves instantes ante el edificio de la delegación del Gobierno, donde se profirieron insultos contra el ministro de Industria, informa Jesús Delgado.

Durante los minutos que duró la reunión, el tráfico quedó cortado por los obreros que esperaban en la vía pública. No se produjeron incidentes. El expediente de regulación de empleo afecta en Astilleros de Santander aproximadamente a la mitad de la plantilla.

En Gijón (Asturias) los trabajadores de la empresa pública Juliana Constructora Gijonesa, secundaron el paro de cuatro horas convocado en los astilleros públicos y también protagonizaron cortes de tráfico en la ciudad a lo largo de la mañana informa Javier Cuartas desde Oviedo.

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