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Paro total en la minería asturiana en señal de luto por el accidente que ocasionó cinco muertos

En la mañana de ayer fueron rescatados los cadáveres de los otros dos mineros sepultados por el brusco desprendimiento de una bolsa de natas semifuidas en la Sociedad Minera de Foncaravia. Tres cadáveres habían sido hallados en la tarde de anteayer, dos horas después de producirse el accidente. En total se registraron cinco muertos, tal como apuntaban todas las previsiones instantes después de producirse el derrabe.

Ayer se registró un paro total en el minería asturiana en señal de luto, como es habitual al día siguiente de tragedias de gran magnitud. Los cuerpos de los mineros muertos recibieron sepultura, en medio de impresionantes manifestaciones de duelo protagonizadas por compañeros suyos procedentes de toda la región en Ribadesella, Colunga y Caravia. Asistió al sepelio, entre otras autoridades, el ministro de Trabajo, Santiago Rodríguez Miranda.No se conoce aún con certeza la causa que provocó el derrabe de agua enlodada, pero, en principio, se considera un accidente imprevisible del que no son responsables los trabajadores ni la empresa, según las primeras impresiones procedentes de fuentes sindicales y del director provincial de Industria de Oviedo, Amando Sáez Sagredo.

En la Sociedad Minera de Foncaravia, situada en Caravia alta, entre Colunga y Ribadesella, no se habían producido hasta ahora accidentes de importancia. Según el testimonio de uno de los supervivientes, ocho mineros se encontraban trabajando en la primera sobrevía, a ocho metros por encima de la planta cincuenta, cuando inesperada mente sobrevino la irrupción violenta de las natas semifluidas, que se habían embolsado en los huecos superiores de las galerías como consecuencia de las lluvias, a través de las grietas con suficiente presión para romper la envaralada o plancha de madera que protegía la techumbre.

Curiosamente el primero en percatarse de la avalancha de agua que arrastraba el lodo que encontraba a su paso, fue Humberto Martínez Somoano, quien gritó desesperadamente a sus compañeros: "¡Vámonos, que ésto se viene abajo!", pero Humberto, junto con Generoso del Valle Llera y Cesar Pérez fueron los primeros cadáveres rescatados. Sólo tres trabajadores que estaban más próximos al rampón de acceso a la galería superior, la treinta, pudieron salvarse. Estos tres mineros que trabajaban en la tarde de anteayer en la sobreguía comentaban el suceso a los periodistas con aire ausente, como sin haber reaccionado aún ante el tamaño de la tragedia de la que acababan de librarse por segundos. Ellos pudieron comtemplar, atemorizados, como sus cinco compañeros luchaban, impotentes, en medio del torrente de natas que acabó sepultándoles. Cuando ya estaban completamente cubiertos, uno de ellos sacó una mano en un último intento desesperado de huir de aquella especie de arenas movedizas. Instantes después la galería quedaba totalmente invadida por el liquido semifluido que dificultó enormemente las tareas de rescate, a las que se sumaron el equipos de salvamento de las demás empresas de espato-flúor de la zona y también el de Hunosa.

Las natas tuvieron que ser retiradas con grandes calderos porque ni las palas ni las bombas resultaban adecuadas para limpiar la zona inundada en la búsqueda de los cuerpos de los mineros. Los dos últimos cadáveres fueron encontrados en la sobreguía, a las siete y las ocho de la mañana de ayer, confirmándose las previsiones iniciales de que no habían sido arrastrados por la corriente lo que hubiera dificultado aún más los trabajos de rescate.

Las autoridades asturianas y los dirigentes sindicales se trasladaron a Caravia alta donde siguieron de cerca las labores de búsqueda de los mineros atrapados, a quienes se dio por muertos, con toda probabilidad, desde el primer momento.

Los cinco mineros muertos

Los trabajadores muertos en el accidente de esta mina de espato-flúor han sido Cesar Pérez, minero de primera, de 45 años de edad, que deja cuatro hijos; Humberto Martínez Somoano, de 45 años, también minero de primera, con dos hijos; Generoso del Valle Llera, de 28 años, ayudante minero y soltero; Ignacio Crespo, de 29 años; ayudante de minero, y soltero y, José Manuel Martínez Llera, de 38 años, picador que deja un hijo.Estos dos últimos fueron rescatados en la mañana de ayer.

Asturias tiene importantes yacimientos de espato-flúor en Caravia y Llanera. Las dificultades económicas de las empresas asturianas durante los últimos años contribuyeron a la pérdida de mercado internacional por parte de España, que pasó de ser el segundo país exportador del mundo al tercero, después de México y Suráfrica. La guerra de precios existente actualmente entre las empresas vuelve a dificultar la recuperación del sector iniciada recientemente.

La Federación Estatal de la Minería de CC OO elaboró recientemente un plan, en el que trata de invitar a la Administración, los empresarios y las centrales sindicales, para conseguir la creación de una empresa nacional del espato, que sea suficientemente competitiva en el mercado y que asegure tanto el futuro del sector como la racionalidad en la explotación de los yacimientos. Según dicho sindicato, con la creación de la citada empresa nacional se producirían del orden de 180.000 toneladas anuales de fluorita.

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