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Alemania prepara redadas contra el fraude fiscal

Alemania espera con ansiedad los resultados de las redadas que anuncian los medios para los próximos días contra la red de fraude fiscal recién destapada. Políticos y analistas alemanes han dedicado el fin de semana al comentario estupefacto del que promete ser el mayor escándalo fiscal de la historia alemana. De ser ciertas las sospechas de la Fiscalía, parte de la elite financiera del país sepultó miles de millones de euros en una ciénaga de fundaciones en Liechtenstein, lejos del control fiscal alemán. El Gobierno alemán espera recuperar cientos de millones defraudados a Hacienda con la recién iniciada operación

La detención, el pasado jueves, jueves del entonces presidente del consorcio Deutsche Post, Klaus Zumwinkel, fue el primer acto de un drama que protagonizan unos mil acaudalados sospechosos, los servicios secretos alemanes y un confidente anónimo que pudo cobrar cinco millones de euros por un DVD con las prolijas informaciones que permiten la investigación.

Felices se las promete el ministerio de Hacienda, cuyo portavoz, Torsten Albig, se congratulaba ayer por lo "muy bien invertido" que quedó el dinero dado al informante anónimo. El Gobierno, dijo, espera recaudar cientos de millones como resultado de las investigaciones en marcha.

Peces muy gordos

"No hay duda de que el Estado debe defenderse de toda actuación criminal", señaló Albig, quien advirtió de que "nadie que crea poder eludir sus responsabilidades en Alemania mediante el fraude fiscal puede estar seguro de tener éxito".

Un funcionario de Hacienda declaró al dominical Welt am Sonntag que tienen "peces verdaderamente gordos en el anzuelo". El editorial del mismo periódico describía el caso como "el fracaso de las elites": la dimensión del proceso, su eco social y sus repercusiones le otorgan una calidad nueva en la la lucha contra el fraude.

Fuentes del ministerio de Hacienda comprueban desde hace meses que los ricos del país están sacando dinero a espuertas para escapar del impuesto que, a partir de 2009, gravará dividendos y otros rendimientos de inversiones. Aunque la tasa del 25% decidida por el Gobierno de Angela Merkel es bastante moderada, la televisión pública ayer de "un ejército de agentes comerciales" que ofrece a los alemanes acomodados los discretos servicios de bancos de la reputada banca alpina.

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