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Argelia y Rusia afianzan su alianza energética

Argelia y Rusia se disponen a afianzar este fin de semana su alianza energética que tanto preocupa a Europa, porque teme que surja una OPEP del gas que fuerce un aumento de su precio.

El ministro de Energía de Rusia, Víktor Khristenko, inició ayer su primera visita a Argelia acompañado por altos cargos de la empresa pública gasística Gazprom y de las petroleras Loukoil y Rosneft, según la agencia de prensa rusa Novosti.

Durante sus tres días de estancia, Khristenko firmará con su homólogo argelino, Chakib Khelil, un memorándum de entendimiento en materia energética. Hace ya cinco meses, Gazprom y la argelina Sonatrach suscribieron un acuerdo para la "exploración, extracción, transporte de hidrocarburos (...)" que inquietó a varios gobiernos europeos empezando por el italiano.

Al riesgo de que Argelia y Rusia formen una pinza se añade ahora la desconfianza que inspira el presidente Vladímir Putin tras sus conflictos energéticos con tres vecinos (Ucrania, Georgia y Bielorrusia). En Bruselas se temía que, por culpa de ellos, varios países europeos quedasen desabastecidos.

Rusia es el primer proveedor de gas de la Unión Europea (160.000 millones de metros cúbicos al año), seguida por Noruega y Argelia (60.000 millones cada uno). Este último país se propone exportar 80.000 millones en 2010 gracias, entre otros, al gasoducto Medgaz, que a finales de esta década unirá Beni Saf, cerca de Orán, con Almería.

Gazprom posee hoy día una cuota de 25% del mercado gasístico en Europa y Sonatrach del 10%, aunque es más elevada en el sur del continente. El 45% del gas consumido en España es, por ejemplo, argelino.

Las autoridades argelinas desmienten proyectar la creación de un cartel gasístico. "No habrá ni acuerdo sobre los precios, ni creación de una OPEP del gas", recalcaba Mohamed Mezian, presidente de Sonatrach, en vísperas de la llegada de Khristenko a Argel.

Aunque no vaya a nacer una nueva OPEP, Argel y Moscú sí desean colaborar y no competir en exceso ahora que varios países de Europa del Este buscan diversificar su abastecimiento. Anteayer, Polonia inició, por ejemplo, negociaciones con Sonatrach para tratar de recortar su dependencia del gas ruso (42% de cuota).

El acercamiento Moscú-Argel ha sido también propiciado por la modificación de la ley argelina de hidrocarburos -prevé ahora que Sonatrach se quede con el 51% de los nuevos yacimientos- y que ha sido muy mal acogida por las petroleras de EE UU. Argelia intenta demostrar que puede contar con otros socios y Rusia que está dispuesta a ocupar el hueco.

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