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Argelia avisa de que las exigencias españolas ponen en peligro el gasoducto Medgaz

El ministro argelino de Energía, Chakib Khelil, tensó el pasado fin de semana un poco más la cuerda con España. Varios contenciosos sobre hidrocarburos enfrentan a Sonatrach, la empresa pública argelina, con las autoridades españolas, Repsol y Gas Natural.

En un acto sobre la lucha contra la contaminación marina celebrado el sábado en presencia del embajador de España en Argelia, Juan Leña, Khelil advirtió de que las exigencias españolas "corren el riesgo de comprometer" el proyecto de Medgaz, el segundo gran gasoducto que, a partir del 2009, transportará de las costas de Oran hasta las de Almería 8.000 millones de metros cúbicos.

Khelil esgrimió esta amenaza en respuesta a las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que, a principios de este mes, autorizó a Sonatrach a aumentar, del 20% al 36% -adquirió las acciones de Total y BP- su participación en Medgaz.

A cambio, la CNE fijó en 1.000 millones de metros cúbicos la cantidad de gas que Sonatrach podrá comercializar en España en lugar de los 3.000 millones que solicitó la empresa. "Han puesto condiciones que estamos analizando pero que, a priori, consideramos excesivas", subrayó el ministro.

Éste anticipó también que la compra de Endesa -que posee un 12% de Medgaz- por Enel y Acciona puede "crear problemas". Sonatrach, recordó, tiene derecho por contrato a no vender gas al nuevo propietario. Las amenazas de Khelil son, por ahora, consideradas por sus interlocutores españoles como una baza negociadora. Éstos no creen ni por un momento que Sonatrach renuncie a Medgaz, uno de sus proyectos estratégicos.

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