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La crisis financiera

Trichet saca el bazuca y compra deuda de España e Italia

Los operadores del mercado confirman que el BCE está adquiriendo bonos de los dos países bajo sospecha para evitar la extensión de la crisis. -Según Reuters, ya ha desembolsado 2.000 millones

El Banco Central Europeo (BCE) adoptó la noche del domingo una decisión clave para aliviar las tensiones que sacuden a España e Italia en los mercados. Apremiado por el temor a un hundimiento en las Bolsas, el organismo decidió la compra de deuda pública española e italiana en un intento por aliviar los elevados intereses que exigen los inversores a los bonos de ambos países. Hoy, según informa Bloomberg, ya estaría manos a la obra. Cinco operadores del mercado secundario de deuda, donde cotizan los títulos una vez emitidos, han confirmado a esta agencia de referencia en el mundo financiero que el instituto emisor ya estaría adquiriendo títulos españoles e italianos para atajar el acoso de los especuladores y garantizar estabilidad de la eurozona. Hoy, sí, Jean-Claude Trichet ha sacado el bazuca.

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Según otras fuentes consultadas por Reuters, el BCE ha comprado esta mañana cerca de 2.000 millones de euros, principalmente en deuda a cinco años. El interés de los títulos a este plazo de España e Italia han bajado esta mañana en torno a 0,8 puntos porcentuales hasta el 4,5% y el 4,6%, respectivamente. Estos bonos tocaron el pasado jueves máximos en el 5,6% y el 5,5% el pasado jueves. "Están llevando a cabo operaciones de entre 20 a 25 millones de euros cada una pero esperamos que alcance cifras de más de nueve dígitos (miles de millones) a lo largo del día", ha explicado a esta agencia un operador de renta fija.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, convocó por la tarde una videoconferencia urgente con los consejeros de la autoridad monetaria de la que salió la decisión de "aplicar activamente" el programa de compra de deuda de países con problemas, según el comunicado hecho público sobre las 11 de la noche. Aunque no detalla expresamente qué tipo de deuda se adquirirá, el comunicado arranca con un reconocimiento de las reformas en Italia y España y con la convicción de que es "esencial" aplicarlas para reducir los desequilibrios, lo que equivale a decir que estos serán los países beneficiados por la compra de bonos.

La decisión supone un salto cualitativo en las hasta ahora tímidas actuaciones de la autoridad monetaria respecto a la compra de deuda de países en apuros. El programa se activó en marzo, en principio para adquirir bonos griegos, y el pasado jueves Trichet habló de reactivarlo, aunque solo se detectaron movimientos que tenían como objetivo la deuda irlandesa y portuguesa. Pasar de auxiliar a esos países, de reducida dimensión, a intervenir en Italia y España representa un importante paso en la estrategia de la autoridad monetaria.

El efecto en el mercado de esta operación es que el BCE obliga a deshacer posiciones a los especuladores que estén apostando en contra de la deuda de España o Italia en previsión de que sus títulos continuarán bajando de precio -que se mueve al contrario que su rentabilidad y por tanto, a mayor interés, más baratos están-. El paso atrás en estas apuestas, que en el argot se conocen como estar en corto, frena la presión vendedora del resto de inversores.

Ayer, el BCE culminó casi tres horas de encuentro con la determinación de "responder decisivamente" a los embates de los mercados, según fuentes del organismo citadas por la agencia Reuters. El organismo analizó "cuidadosamente" la situación de España e Italia, y valoró "los anuncios de los Gobiernos" de ambos países en el sentido de acelerar las reformas. "El eurosistema intervendrá de forma muy significativa en los mercados y responderá de un modo cohesionado", aseguró la misma fuente a Reuters.

Sobre la mesa, una medida espinosa reclamada pese a los recelos alemanes: la conveniencia de que el BCE compre bonos italianos para evitar que Italia y España sigan la estela de Grecia y dejen de poder afrontar los intereses que les piden por su deuda. Durante todo el fin de semana se daba por plausible la compra de bonos italianos por parte del BCE. Sobre todo desde que el Gobierno italiano anunciara el viernes el endurecimiento de sus medidas de austeridad, interpretado como un mensaje para facilitar esa compra de bonos. La mayoría de analistas y fuentes que exigían anonimato apostaban también por la compra de bonos españoles para relajar su interés.

En frente se esperaba la oposición del presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, y de otros representantes centroeuropeos. Sus economistas consideran que la compra de bonos supone una violación de los tratados de la Unión Monetaria. Según sus críticos, el BCE está saliéndose de los límites de su mandato y favoreciendo, a costa de sus socios más competitivos, a los países que han gestionado mal sus cuentas.

El único comunicado emitido ayer fue uno conjunto de la canciller federal, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el que se dicen "confiados en que el análisis del BCE ponga las bases adecuadas para intervenir en los mercados secundarios". Una referencia que parece aludir más a la capacidad que tendrá el fondo de rescate europeo para intervenir comprando bonos de países con problemas que a las actuaciones del banco central. En ese sentido, piden la "aplicación completa" de los acuerdos adoptados en Bruselas el 21 de julio para potenciar el fondo de rescate. Pero también en el Gobierno alemán hay reticencias contra el programa de compra de bonos. Como Weidmann, muchos consideran que estas ayudas entorpecerán las reformas estructurales que consideran necesarias para que sus socios salgan del agujero. Es decir, que la compra de bonos aliviará los síntomas de la crisis sin arreglar sus causas.

De otro lado, los alemanes temen que la medida dispare la inflación en los países que mejor superaron la crisis económica. Los políticos desconfían de que la subida de precios pueda provocar un descontento que se refleje en las urnas. Además, muchos analistas destacan la aversión "histórica" de Alemania contra la subida de precios. Recuerdan como la hiperinflación de los años 20 desembocó en una profunda crisis social que dio alas al nazismo. Es el trauma alemán por antonomasia.

La compra de bonos es un sapo duro de tragar para el Gobierno de centro-derecha de Merkel que, tras rescatar a la banca durante la crisis financiera, aceptó a regañadientes otra ristra de medidas muy impopulares en el país. Empezando por los multimillonarios rescates de Grecia, Irlanda y Portugal.

Además, los mercados podrían no quedar convencidos de que tanto Bruselas como el BCE tengan la energía política y la capacidad de disparo financiero necesarias para proteger del peligro a Italia de manera duradera a no ser que consiga una improbable conversión a la disciplina fiscal y el crecimiento económico. En este sentido, los críticos recuerdan que las pasadas compras de bonos del BCE sólo tuvieron un efecto calmante temporal y que no evitaron los ulteriores rescates de Grecia, Irlanda o Portugal.

"A la larga creemos que la actual presión vendedora forzarán al BCE y el FEEF a tener cerca de la mitad de los bonos que se negocian de Italia y España, unos 850.000 millones de euros", han valorado los economistas del Royal Bank of Scotland en una nota de análisis recogida por Reuters. Uno de los antiguos economistas del BCE, Tobias Blattner, que actualmente trabaja en el sector privado, ha estimado en que el organismo deberá desembolsar a la larga unos 260.000 millones de euros (60.000 millones de deuda española y el resto italiana) para que su intervención tenga un verdadero impacto.

Esta enorme cantidad de deuda de países del sur de Europa en manos del BCE podría suponer una mutualización "de facto" del riesgo de deuda de la zona euro y podría causar un contragolpe político en el norte de Europa. Por este motivo, tal y como advierte Paul Taylor desde esta agencia de noticias, "aunque el fuego remita por el momento, prepárense para más incendios". De hecho, tras la intervención, aumentan las advertencias por parte de algunos expertos de que la compra de bonos reducirá el margen de maniobra del instituto emisor para llevar a cabo las operaciones de drenaje de liquidez con la que trata de mantener la inflación bajo control. Esto es, que dispondrá de menos fondos para el que es su objetivo principal.

En la misma línea añaden que el formidable desembolso que necesita realizar el BCE para que su apoyo a la deuda española e italiana tenga éxito equivaldrá a un rescate encubierto, algo que está prohibido en los estatutos del instituto emisor. "Está en riesgo su credibilidad e independencia política", ha advertido Blattner.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, durante la rueda de prensa del pasado jueves.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, durante la rueda de prensa del pasado jueves.MARIO VEDDER (AP)

Merkel y Sarkozy elogian las medidas tomadas por España e Italia

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, han mostrado hoy en un comunicado oficial su satisfacción por las medidas adoptadas por Italia y España en el ámbito de las finanzas públicas y en el de la competitividad.

Merkel y Sarkozy "acogen favorablemente las decisiones tomadas en Italia y España para acelerar la consolidación de las finanzas públicas y mejorar la competitividad", explica el comunicado, difundido por el palacio del Elíseo.

"En particular, el objetivo de las autoridades italianas de lograr el equilibrio presupuestario con un año de antelación es de una importancia fundamental. Una aplicación rápida y completa de las medidas anunciadas es esencial para restablecer la confianza de los mercados", continúa el texto.

En el comunicado Merkel y Sarkozy reiteran además su voluntad de aplicar "plenamente" el segundo rescate para Grecia pactado el pasado 21 de julio y que incluye préstamos por 109.000 millones de euros, parte de ellos financiados por la banca privada.

En particular, Francia y Alemania destacan la importancia de que las autoridades legislativas ratifiquen "rápidamente" estas medidas, "antes de que termine el mes de septiembre".

"Tal como se decidió el 21 de julio, la eficacia del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) será mejorada con una mayor flexibilidad conforme a las condiciones adecuadas", continúa el texto.

En concreto, se refiere a una serie de instrumentos: "Programa de previsión, financiación de la recapitalización de las instituciones financieras e intervención en el mercado secundario en base a un análisis del BCE de la existencia de una situación excepcional en los mercados financieros que suponga un riesgo para la estabilidad financiera y sobre la base de una decisión tomada de común acuerdo por los Estados participantes a fin de evitar el contagio".

'En línea con las decisiones del 21 de julio, Francia y Alemania confían en que el análisis del BCE será la base apropiada de las intervenciones en el mercado secundario en la medida que contribuirá a determinar si existe un riesgo para la estabilidad financiera en la eurozona en su conjunto', concluye el comunicado.

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