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Política monetaria ante la crisis

El BCE baja los tipos a un insólito 1,5%

Trichet no descarta nuevos recortes del precio del dinero si la crisis se agrava, pero ve inconvenientes en dejarlo a cero - La deflación "es un riesgo posible"

El Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer en el 1,5% los tipos de interés para la eurozona, su cota más baja desde que entró en vigor la Unión Monetaria hace diez años. Tras anunciar la rebaja de medio punto decidida por el Consejo de Gobierno del BCE, su presidente Jean Claude Trichet sugirió en su rueda de prensa la posibilidad de nuevos recortes, pero insistió en "los muchos inconvenientes" que supondría dejarlos en el 0%.

Preguntado por la posibilidad de que el BCE emule al Banco de Inglaterra con "medidas extraordinarias" Trichet aseguró que "las actuales medidas ya lo son" y que tampoco descarta ninguna otra. Incluiría esto, entre otras posibilidades, la de poner en marcha la imprenta de billetes para aumentar la masa monetaria y evitar así la caída de los precios y el anquilosamiento crediticio. Trichet prevé que la economía no se recupere -y despacio- antes de 2010.

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Serían medidas excepcionales para una crisis económica que nadie se cansa de comparar con las más graves del siglo pasado. Trichet desgranó ayer las expectativas económicas calculadas por los expertos del BCE. Todo son correcciones a la baja. Así, los economistas del eurobanco esperan que el producto interior bruto (PIB) de la eurozona se reduzca hasta un 3,2% este año. En la Torre del Euro, sede del BCE en Francfort, calculan para 2010 una horquilla de crecimiento económico de entre el -0,7% y el 0,7%. Tras la tempestad vendrá, pues, una calma chicha.

Además, en 2009 acecha la deflación. Los precios en la zona euro aumentarán este año entre el 0,1 y el 0,7%. Para 2010, se espera una inflación de entre el 0,6 y el 1,4%. No llegan a las tasas de alrededor del 2% que el BCE considera idóneas. Para Trichet, por tanto, la inflación "no es algo que se pueda dar por sentado eternamente" y la deflación es "un riesgo posible". Aunque "las expectativas a medio plazo están muy bien ancladas", Trichet reconoce que "tenemos que vigilarlo; toco madera".

Todavía en verano, el aumento de los precios en Europa batía récords y Trichet no dejaba pasar una oportunidad sin reconvenir por eso a los agentes económicos y sociales. El fantasma de la inflación, protagonista estelar y recurrente de las conferencias de prensa concedidas por Trichet hasta el pasado otoño, cede ahora el puesto a la deflación en el rango de preocupaciones.

Ayer, llamó la atención de los augures y encargados de interpretar la política monetaria del BCE que la decisión sobre los tipos se tomó por "consenso". Por regla general, Trichet habla de "unanimidad" al referirse a las reuniones del Consejo de Gobierno. Caben así especulaciones sobre disensiones entre los 16 países del euro, animadas por las infracciones del Pacto de Estabilidad. Ayer, sin embargo, el notorio enemigo de los tipos de interés bajos y presidente del Banco Federal (Bundesbank) alemán, Axel Weber, apoyó en la televisión pública ARD la política de tipos del Banco Central Europeo. También Weber ve un margen para futuras rebajas, si bien abogó por "subirlos de nuevo con relativa rapidez" en cuanto se detecte una reactivación económica.

Entre los comentaristas cundía la opinión de que el BCE volverá a recortar los tipos en los próximos meses, siguiendo la estela de la Reserva Federal (Fed) de EE UU, que los tiene a poco más del 0%, y del Banco de Inglaterra. Los británicos recortaron ayer sus tipos en medio punto, dejándolos en el 0,5%. Una vez alcanzadas estas cotas, los bancos centrales tienen que recurrir a las medidas "poco convencionales", llamadas quantitative easing en la jerga económica. Sobre estas medidas versaron buena parte de las preguntas planteadas a Trichet por los periodistas. El Banco de Inglaterra ha sacado al mercado financiero 84.000 millones de euros (75.000 millones de libras esterlinas) de sus propias reservas. En la práctica, esto supone la impresión de dinero nuevo.

Los expertos ven diversos riesgos en la continua rebaja de tipos. En primer lugar, es una medida limitada, porque obviamente no pueden reducirse más del 0% y, alcanzado éste (como es el caso en Estados Unidos), el Banco Central habrá agotado una herramienta clave. Por otra parte, algunos economistas temen que el dinero barato lleve a nuevos desmanes por parte de la banca y las sociedades de inversión. No en vano, los créditos fáciles y baratos estimularon las burbujas inmobiliarias que, como la española, han acabado arrastrando a toda la economía. Según la oficina europea de estadística Eurostat, la tasa de paro en la Eurozona alcanza ya el 8,2%.

Respecto al estado de algunas economías del Este europeo y la conveniencia de apuntalarlas, Trichet pidió que "no se cambie ningún marco", en referencia al Pacto de Estabilidad.

Jean Claude Trichet, presidente del BCE, durante la rueda de prensa de ayer en Francfort.
Jean Claude Trichet, presidente del BCE, durante la rueda de prensa de ayer en Francfort.AFP

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