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Reportaje:

La huelga de Crimidesa cumple 200 días

Hoy se cumplen doscientos días de huelga en la mina de sulfato sódico Crimidesa, de Cerezo de Río Tirón, al norte de la provincia de Burgos. Con esta cifra, Crimidesa se convierte en la huelga más larga del período posfranquista y una de las más largas de la historia del movimiento obrero español.

Crimidesa produce el 60% de la producción nacional de sulfato sódico; el otro 40% lo da la Unión Salinera de Toledo, que tiene 223 trabajadores, frentre a los 119 de Cerezo de Río Tirón. Se calcula que Crimidesa, en el año 1979, facturó más de ochocientos millones, de pesetas. No es, pues, una empresa en crisis. La mina lleva treinta años funcionando y siempre ha pertenecido a las familias Contreras y Plantalamos. España, junto con la Unión Soviética, México y, Brasil, es uno de los principales productores mundiales de este sulfato.El origen de la huelga está en la ruptura de los acuerdos verbales sobre el convenio colectivo por parte de la empresa. Los acuerdos a los que se había llegado eran negociar un convenio para cuatro años en base a revisiones salariales semestrales, escala móvil, aumente del poder adquisitivo, igualación de jornada, reconocimiento de los derechos sindicales y mantenimiento de los puestos de trabajo. Todo esto lo concedía la empresa a cambio de la seguridad que le daba el período de cuatro años para poder realizar una serie de inversiones.

Al no aceptar posteriormente la empresa la escala móvil, y al querer reducir los acuerdos, pero manteniendo el tiempo de cuatro años, el 90% de los trabajadores votó ir a la huelga el 10 de abril pasado. A partir de este momento, la empresa adoptó la postura de no negociar en huelga y obligar a un mantenimiento con producción que representa el 33% de la producción normal.

Surgió aquí el problema que iba a agravar la huelga: dieciocho trabajadores fueron despedidos al no ponerse de acuerdo las partes en cómo se debía realizar este mantenimiento. Se pronunció la delegación de Industria, puesto que la mina es del Estado y se explota por concesión, obligando al mantenimiento, que se hizo hasta el mes de junio, en el que se pretendió aumentarlo al 66% de la producción normal.

Con fecha 7 de junio, la empresa notificó al Gobierno civil de Burgos que todos los trabajadores estaban despedidos, por lo queya fue imposible continuar el mantenimiento. La Delegación de Trabajo autorizó a los trabajadores no en huelga (administrativos) a realizar el mantenimiento, que no se llegó a efectuar por existir mucho producto almacenado.

Así se llegó a septiembre, en que hubo un principio de acuerdo para sentarse a negociar, a cambio de que los trabajadores dejaran salir de la mina 1.117 toneladas, que era el almacenamiento anterior a la huelga. Esto se cumplió y empezaron las negociaciones el día 22, que se rompieron al mantenerse la empresa en treinta despidos y convenio igual al de 1979, con una subida de masa salarial del 8 %.

Por otro lado, está el tema de los explosivos encontrados por los obreros, en presencia del notarin, ocultos en un lugar de la mina que hacía cinco años que no se usaba. Allí, cubiertos con plásticos, tierra y piedras se hallaron mil kilos de Goma 2, estando el polvorín vacío. Cuando se iban a tapar de nuevo, se presentó un facultativo de la mina avisando que la incursión se habían visto cómo se bajaban sacos y que allí existía peligro de desprendimiento.

El 28 de abril, los trabajadores habían visto cómo se bajaban sacos de nagorita (dinamita) al río, disolviéndolos allí a presión. En un posterior registro que efectuó la Guardia Civil de Belorado por una denuncia de los trabajadores, se encontraron veintidós cartuchos de Goma 2.

El Gobierno Civil ha abierto expediente sobre estos hechos y en una reunión en la que estaban presentes las dos partes dijo a la empresa que esto le iba a costar una multa de quince millones.

Según Comisiones Obreras, única central con implantación en la mina, la salida actual al conflicto está en negociar sin despido alguno y que intervenga la Administración central.

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