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El Banco de España pondrá límites al cobro de comisiones por recibir transferencias

Las nóminas, pensiones y devoluciones de impuestos no tendrán coste para el receptor

Íñigo de Barrón

Hace tres meses, los bancos y cajas pidieron al Banco de España autorización para modificar el sistema de cobro de transferencias, según el cual siempre paga el que envía el dinero. El sector financiero quiere adaptarse a la UE y tener la posibilidad de cobrar también a quien recibe el dinero. El Banco de España prepara su respuesta, que recomienda excluir de este sistema las nóminas, pensiones e impuestos. Además, el supervisor ha pedido a la banca que se iguale con Europa y deje de cobrar más por los envíos que salen de un municipio y que aplique tarifas fijas y no en porcentaje.

Pese a la campaña del Santander de "0 comisiones" y la supuesta batalla que puede presentar el sector, en paralelo, la banca ha abierto otra vía para cobrar comisiones: las transferencias. Esta vez, el Banco de España ha intervenido porque las quejas y reclamaciones de los clientes por las comisiones y gastos son las más numerosas que recibe el supervisor. Según la última Memoria de Reclamaciones, correspondiente a 2004, el 15% del total de las protestas corresponde a este capítulo. La razón de este elevado número quejas es "por la aplicación de comisiones más elevadas" y "por el cobro de servicio que antes se prestaban de forma gratuita", según afirma el organismo que dirige Jaime Caruana. Los bancos y cajas han pedido modificar el sistema actual de transferencias y domiciliaciones, según el cuál sólo paga el que da la orden de abono. Hasta ahora, la entidad del cliente que lo recibe no le cobraba nada a éste. Es el sistema denominado our. Ahora quieren cambiar el método a otro que está autorizado en Europa, llamado share (que en inglés significa compartir) por el que la comisión de la transferencia se imputa al que realiza el envío y al que lo recibe.

El origen de esta discusión es que la Comisión Europea exige a las entidades que cobren lo mismo en las transferencias internacionales dentro de la UE que en las nacionales. Así, como la banca española no cobra al que recibe la transferencia en España no podía hacerlo tampoco en las que procedían de Europa. Lo que sucede es que el 99% de las transferencias son nacionales y sólo el 1% son de procedencia europea. Es decir, se toma como excusa el 1% de las transferencias (con doble posibilidad de cobro) para aplicarlas en el 99%, que sólo tienen una comisión.

Para evitar mayores quejas de los clientes, el Banco de España ha limitado los intereses del sector. El supervisor prepara una respuesta, que debe consultar con el Ministerio de Economía y la Dirección General del Tesoro, en la que recuerda que el sistema es europeo pero advierte que no le parece razonable que se cobre al receptor de una nómina, una pensión o el cobro de impuestos. Incluso el Banco de España quiere pedir que en toda Europa queden excluidos estos tres conceptos del sistema share. Estas mismas fuentes comentan que también se vigilará a las entidades para que no dupliquen las comisiones. Es decir, si ahora cobran tres euros al que ordena una transferencia, en el futuro con estos tres euros se debe pagar el servicio del que envía y del que recibe el dinero porque los costes de la operación son muy inferiores a esos tres euros.

La tercera petición del supervisor será que las entidades españolas también se igualen a sus colegas europeas en la comercialización de tarifas planas para las comisiones. Este sistema, que ya lo tienen un buen número de bancos y cajas, supone cobrar una cantidad fija por un número determinado de movimientos y operaciones con la cuenta corrientes, incluidas las transferencias. De esta manera, el Banco de España cree que el cliente puede comparar con más facilidad por lo que habrá más competencia en el sector. De hecho, según un estudio reciente, sólo el 15% de los clientes conoce las comisiones que paga a su banco.

En el otro lado, desde las grandes entidades pertenecientes al Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE) (el gran ordenador que realiza los movimientos entre cuentas) se quita hierro al asunto. En su opinión, sólo se planea cobrar al que reciba la transferencia "cuando haya errores en la numeración, sea necesario un trabajo manual o se aporte un servicio concreto". Por eso, descartan hacerlo en las nóminas o pensiones. El problema, recuerdan estas fuentes, es que la normativa actual del Banco de España obliga a la entidad que recibe la transferencia a realizar una comprobación de titulares "lo que muchas veces es un trabajo manual, hay errores en la transmisión de los 20 dígitos de la cuenta y, además, debemos enviar un extracto al cliente, lo que tiene un coste de impresión y de correo", apuntan desde el SNCE. Los bancos y cajas que reciben el dinero cobran entre cinco y diez céntimos del emisor de la transferencia (que antes ha percibido alrededor de tres euros de su cliente). No obstante, aseguran que este dinero no cubre los gastos que suponen estos trabajos. Por eso, las entidades quieren negociar la modificación de la normativa para evitar los trabajos manuales que generan estos costes, lo que será otro debate con el regulador.

Desde algunas organizaciones de consumidores se pone en cuestión estas declaraciones del sector. Estas dudas se basan en que los bancos y cajas ya tienen solicitadas las comisiones máximas de cobro para el que recibe la transferencia (hasta ahora sólo aplicables para las procedentes del extranjero) y no son pequeñas. El Popular, el BBVA y Caja Madrid han declarado ante el Banco de España que su mínimo es de 15 euros, el de La Caixa lo de 18 euros y el de Santander de 12 euros.

Peaje por envío a otra plaza

La banca española es la más competitiva en la concesión de créditos hipotecarios de Europa porque todos se disputan a los clientes. Sin embargo, en otros aspectos actúa como un bloque sin competencia y con poca variación de precios. Éste es el caso de las transferencias y cheques. Incluso llega más lejos al ser la única de Europa que todavía distingue si el envío de dinero se realiza "sobre la propia plaza" o "sobre otras plazas". Esto significa que por enviar 6.000 euros dentro del municipio de Valencia, por ejemplo, la banca cobra de media 13,80 euros al que envía. Sin embargo, si el envío es desde Valencia a Cullera, la operación vale 18 euros, 4,2 euros más.

¿A qué responde esta diferencia? A nada. La banca mantiene una vieja norma del pasado cuando existían cámaras de compensación y se justificaba cobrar más dinero dependiendo de si la entidad de destino tenía o no oficina en la localidad donde se iba a realizar ese pago. Esta condición quedó superada hace muchos años con la automatización total de los pagos entre entidades y ahora cuesta cinco o diez céntimos de euro (dependiendo de la cantidad que se envía) cualquier transferencia nacional.

El Banco de España colocó hace seis meses una nota dentro del portal del cliente, advirtiendo que "no existen razones técnicas o de coste que avalen diferentes comisiones" entre la plaza y fuera de plaza por lo que "deberían tender a suprimir esta diferencia". Algunas cajas, como La Caixa y Caja Madrid, han hecho caso al supervisor. Otros, como Santander, BBVA y Popular, han preferido seguir cobrando una cantidad adicional por un servicio que no existe.

Pero hay más. También la banca española es la única de Europa que cobra, sin ninguna justificación, un porcentaje sobre el dinero transferido. Es decir, a más cuantía, más comisión. Como reconocen fuentes del Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE), el ordenador donde se realizan los movimientos, "en el futuro habrá que cambiar el sistema de porcentaje y las diferentes comisiones según el destino porque no se corresponden con los sistemas electrónicos que hoy día funcionan".

Teniendo en cuenta que en un año se realizan más de 28 millones de transferencias y el cobro de 9 millones de cheques, el cambio supondrá una merma importante de ingresos para el sector.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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