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La reestructuración financiera

El Banco Popular absorbe al Pastor

El banco madrileño pagará 1.362 millones en acciones, con una prima del 35%, y tendrá 174.000 millones en activos - El alto riesgo inmobiliario preocupa al mercado

Íñigo de Barrón

El sector financiero sigue convulso y cada viernes parece marcar una etapa más en una carrera sin final a corto plazo. La semana pasada fueron las cajas de ahorros ahogadas por el ladrillo las que vieron nacionalizadas y rescatadas por el Estado. Ayer la concentración llegó a los bancos, aunque sin ayudas públicas. Mientras en Europa discuten de qué manera van a recapitalizar a las entidades por los enormes problemas de deuda pública, el Banco Popular anunció que compraba el Pastor por 1.362 millones de euros en acciones.

La entidad presidida por Ángel Ron ofrece a los accionistas gallegos una prima del 35% sobre el cierre de la cotización del jueves y del 31% sobre el de ayer. El banco madrileño es casi seis veces más grande que el gallego.

Tras la compra, el Popular no tendrá que rescatar cajas, si fuera necesario
Duplicidades en Galicia, ladrillo y riesgo de liquidez, críticas del mercado
Las acciones se suspendieron en Bolsa porque se filtró la noticia
El Pastor necesitaba un socio debido a su delicada situación

A las 14,45 horas de ayer la CNMV suspendió la cotización de las dos entidades. El Pastor subía un 5,19% y el Popular un 1,34% y se había negociado 10z veces más volumen que un día normal. Alguien se había enterado de la operación y estaba ganando dinero en Bolsa con el chivatazo. Comisiones Obreras pidió ayer una investigación por "el escándalo que supone este comportamiento".

Ron estaba reunido con su consejo de administración explicando la compra cuando admitió ante la CNMV que se ultimaba un acuerdo con el Pastor. Horas después, los dos bancos emitieron un comunicado con el canje y la advertencia de que la operación estaba supeditada a que el 51% de los accionistas del Pastor admitieran el precio del Popular, algo que se da por hecho en función de las conversaciones entre las entidades.

Los últimos días han sido intensos en negociaciones. Morgan Stanley, asesor del Pastor, había contactado con el Sabadell, incluso con La Caixa y el BBVA, según algunas fuentes. La entidad presidida por Josep Oliu -dijeron ayer fuentes del mercado- ofreció un precio muy alto, lo que encareció la compra del Popular. La entidad catalana lo negó, aunque sí admitió un interes por la entidad coruñesa desde hacía tiempo.

José María Arias, presidente y representante del 42,1% de las acciones del Pastor a través de la Fundación Barrié de la Maza, se inclinó por el Popular. Si se culmina la operación, Arias será el segundo accionista más importante de la entidad madrileña, con casi el 8%, y ocupará una vicepresidencia. Solo estará por detrás de la Sindicatura de Empleados. Como gesto de acercamiento, el Popular dijo que el Pastor mantendría su marca en su ámbito geográfico tradicional.

El Banco de España siguió de cerca toda la operación, consciente de que el tamaño del Pastor (es el banco 19º del sistema) y los problemas inmobiliarios de la entidad gallega no garantizan su futuro. Tiene créditos a promotores y constructores por 4.813,3 millones, es decir, cerca del 20% del crédito total a la clientela, más que muchas cajas. Además, el suspenso obtenido en los test de solvencia de julio le cerraban casi por completo, la posibilidad de financiarse en el futuro inmediato. De hecho, tras el suspenso, el supervisor encaminó al Pastor a buscar una solución a su complicado futuro.

Con este movimiento, el Popular ayuda al supervisor en la consolidación del sistema financiero. Se supone que la absorción del Pastor le excluirá de posibles adjudicaciones de cajas, si algunas de ellas son inviables en el futuro. Además, factor muy importante, existe gran sintonía entre los accionistas de las dos entidades, "con un mismo perfil cultural y empresarial, y en un proyecto de crecimiento que consolidaría la posición del Grupo Banco Popular en el ranking bancario español", dijo la entidad. Las dos se dedican al negocio minorista y tienen una importante cuota en pequeñas y medianas empresas.

Otra ventaja del banco gallego frente a las cajas es que en su accionariado no hay políticos, aunque sí está Novacaixagalicia con el 5,25%. Esto provocará que Estado tenga aproximadamente el 1% del Popular, la misma participación que Amancio Ortega, dueño de Inditex y accionista del Pastor. Curiosamente, Novacaixagalicia es el mayor competidor del Pastor. En la operación, el banco gallego se valora en 0,75 veces su valor en libros, frente a las 0,12 de Novacaixagalicia, lo que es motivo de satisfacción para la entidad.

En el mercado no son pocas las dudas que han surgido pese a los parabienes oficiales. La patronal bancaria alabó la compra y dijo que "constituiría una excelente noticia para el sistema bancario español". "Dará lugar a la creación de una entidad aún más fuerte y solvente, con gran potencial de generación de valor y capaz de hacer frente por sí misma a las circunstancias más adversas, tanto económicas como financieras".

Los analistas recuerdan las palabras del presidente del Popular, Angel Ron, que anunció a finales de 2010 que la meta de la entidad era aprovechar las oportunidades para crecer en España. "Pueden estar seguros de que creceremos sin mermar las fortalezas y la rentabilidad que tradicionalmente han caracterizado al Popular", dijo entonces.

Sin embargo, los expertos destacan importantes problemas. El primero es que "el Popular tiene su propia filial, el Banco de Galicia, con más oficinas que el propio Pastor. Esto obligará a fuertes reducciones de sucursales y plantilla", comenta un analista. UGT alertó de este problema para la plantilla de las dos entidades. El grupo resultante tendrá un 17% de cuota de mercado en Galicia.

Además, la entidad gallega incrementará el ya elevado saldo de promotores y adjudicados del Popular. "Si no hay recuperación económica en 2012, les costará vender estos activos sin pérdidas", dice un experto inmobiliario. El Pastor también le suma problemas de liquidez porque tiene vencimientos futuros, aunque no en cantidades muy elevadas.

Para digerir estos problemas el Popular tendrá que realizar fuertes saneamientos del balance, pero, gracias a la fusión, será contra recursos propios, y no contra la cuenta de resultados, como en las uniones de cajas. "Es una operación que gusta mucho a los banqueros porque no provoca entrar en pérdidas ni obliga a recortar dividendo. En puridad la diferencia es solo estética, porque la pérdida económica cargando el saneamiento contra reservas o contra resultados es la misma", dice un ejecutivo que pide el anonimato. Tras este ajuste de balance, se reducirá el capital del nuevo grupo. Aunque ahora es elevado, los expertos creen que tendrá que recurrir al mercado para ampliar capital. Sobre todo porque las nuevas exigencias internacionales van a insistir en que los bancos tengan altos ratios de capital.

Pero hay otras dudas por la situación internacional. "Se está discutiendo la inyección de capital en toda Europa. Todo está revuelto y lleno de incógnitas. Me parece una operación arriesgada", dice otro competidor.

Lo que nadie duda es que la adquisición le refuerza al Popular en el quinto puesto del ranking bancario con un volumen total de activos de 174.000 millones. El Popular ya ocupa este puesto con sus activos de 143.136 millones, pero la integración aumentaría la distancia que mantiene con Sabadell (95.049 millones) y le acercaría a Caixabank (273.387 millones).

El Popular ganó 305 millones en el primer semestre, un 13,9% menos que el mismo periodo del año pasado, mientras que Pastor ganó un 38% menos, hasta a 38,17 millones. Las previsiones de los analistas eran que el Popular cerrara el año con 590 millones y la entidad coruñesa con solo 23 millones por las grandes provisiones pendientes. Unas cifras que no invitan a seguir solo con un mercado tan complicado como este.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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