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Brown asegura que la nacionalización del Northern Rock defiende a los contribuyentes

El primer ministro responde a las amenazas de los accionistas de llevar al Ejecutivo ante los tribunales

El primer ministro británico, Gordon Brown, ha salido al paso de las críticas suscitadas por la nacionalización del banco Northern Rock, la primera desde los años setenta, y las amenazas de sus accionistas de llevar al Ejecutivo ante los tribunales defendiendo la actuación de su ministro y asegurando que su prioridad es defender los intereses de los contribuyentes.

"Siempre hemos puesto y pondremos por delante los intereses de los contribuyentes", ha puntualizado el primer ministro, tras insistir en que se trató de la "medida correcta".

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La crisis obliga a la nacionalización temporal del Northern Rock

La estabilidad económica es el objetivo principal del Gobierno, ha puntualizado el premier, en su primera reacción a la medida tomada para reflotar el banco, que en el 2007 solicitó ayuda de emergencia al Banco de Inglaterra a raíz de los problemas crediticios globales y cuya crisis está hundiendo a su vez la popularidad del actual inquilino de Downing Street.

Brown ha mencionado las turbulencias en los mercados mundiales a raíz de los problemas de crédito en Estados Unidos, pero ha insistido en que el Reino Unido, con una economía abierta, está en mejor situación para hacer frente a estas crisis.

Así, ha reconocido que hubiera sido más fácil haber nacionalizado el Northern Rock en cuanto la institución entró en dificultades, pero -ha puntualizado- esa medida "hubiera sido equivocada". Brown ha agregado que también hubiera sido incorrecto no haber analizado las opciones para buscar una solución privada al problema.

"Teniendo en cuenta que las dos ofertas presentadas implicaban un subsidio del Gobierno sin un adecuado nivel de retorno a los contribuyentes, tras una detallada consideración y el asesoramiento independiente, el ministro (de Economía) concluyó que la correcta decisión era colocar al Northern Rock en propiedad pública", ha asegurado.

Previamente, en unas declaraciones a la cadena BBC, el ministro Darling ha insistido a primera hora de hoy en que su Gobierno se ha visto obligado a recurrir a la nacionalización del banco de Newcastle, la primera en el último cuarto de siglo, porque las dos ofertas privadas eran insuficientes.

Darling ha destacado que la mejor opción era asumir el control del banco en forma temporal hasta que la institución bancaria pueda pasar finalmente a manos privadas "porque el Gobierno no puede administrar un banco".

"Contamos con asesores independientes que han estudiado el caso, y ellos han apuntado en una dirección: Lo mejor era asumir el banco por un periodo temporal", ha puntualizado el ministro antes de recordar que la situación actual de los mercados financieros deja poco margen para captar el crédito y la liquidez necesarias para una operación de esta envergadura.

Amenazas de los inversores

Lo cierto es que la decisión del Gobierno ha levantado ampollas entre los inversores, Así, el portavoz del bufete de abogados Edwin Coe, David Greene, que representa a 6.000 accionistas del Northern Rock, ha advertido hoy, en declaraciones a la BBC, que las medidas legales parecen inevitables.

En este sentido, la medida anunciada por el Gobierno prevé que los inversores sean compensados según una evaluación independiente, lo que los analistas interpretan como una potencial reducción de su capital ante la drástica caída de sus acciones, que se han depreciado más de un 88% desde el inicio de su crisis en agosto.

"Parece que habrá acción legal. Está claro que los accionistas están furiosos por esto, al ser tratados con total desdén a lo largo de este proceso", ha afirmado Green.

"Vamos a mirar las propuestas, cuánto van a pagar por el negocio y los activos", ha agregado el portavoz, quien ha admitido, no obstante, que él se muestra a favor de un acuerdo en vez de la acción legal.

En un tono más beligerante, Jon Wood, responsable del fondo de inversiones de alto riesgo SRM -propietario del 11% del banco-, ha destacado que están a la espera de "conocer los detalles de la ley de nacionalización para posteriormente tomar todas lasa medidas legales y no legales a nuestra disposición".

Se espera que SRM Capital una fuerzas con otros importantes accionistas como RAB Capital y Legal & General para hacer frente a la decisión tomada por el ministro de Economía, Alistair Darling.

Asimismo, y según el diario The Daily Telegraph, el Tesoro había advertido a los accionistas que, en caso de nacionalización, el acuerdo con los accionistas sería "de mínimos".

El contribuyente tiene prioridad

"Una vez tomado el banco, si la gente tiene propuestas, las vamos a escuchar, pero hay que pasar una prueba simple, ¿Cuál es el mejor valor para el contribuyente británico?", ha afirmado.

Desde la oposición, el portavoz de Economía del opositor Partido Conservador, George Osborne, ha denunciado hoy que la nacionalización fue la peor opción para el Gobierno.

"El problema de la nacionalización, como vamos a descubrir, es que meterse en la nacionalización es mucho más fácil que salir", ha subrayado Osborne.

En esta línea, la oposición se ha apresurado a recordar que el propio Brown fue uno de los responsables del actual marco regulador ya que se puso en marcha hace una década cuando el actual primer ministro era ministro de Finanzas bajo el mandato de Tony Blair.

Las acciones del banco Northern Rock han sido suspendidas hoy de cotización antes de la apertura de la Bolsa de Valores de Londres tras cerrar el viernes a 90 peniques. Asimismo, la medida permite al Gobierno hacerse con los títulos de la entidad antes de introducir la legislación correspondiente ante el Parlamento para concretar el proceso de nacionalización.

Ninguna de las dos ofertas -la del Grupo Virgin y la de la actual dirección del banco- reunían las condiciones para el rescate.

El Northern Rock, primera víctima británica de la crisis provocada por la caída de las hipotecas de alto riesgo en EEUU, adeuda al Banco de Inglaterra unos 24.000 millones de libras (más de 32.000 millones de euros) prestados el año pasado para evitar su quiebra a raíz de la crisis crediticia. El pasado 21 de enero, el Gobierno anunció un plan financiero, elaborado por Goldman Sachs, consistente en convertir el préstamo del Banco de Inglaterra en bonos garantizados por la Administración británica para estimular la venta del banco y el pago de la deuda.

El contribuyente británico está subsidiando actualmente al banco con créditos y garantías que totalizan en torno a los 55.000 millones de libras (73.700 millones de euros).

Con la nacionalización, dado el elevado pasivo actual del banco, la factura para el erario público puede ascender a 110.000 millones de libras (147.400 millones de euros).

Críticas generalizadas de la prensa

En cuanto a la repercusión en los medios, la mayoría de diarios del país, desde el Financial Times hasta The Guardian, pasando por The Times, critican esta mañana las vacilaciones del Gobierno laborista y la tardanza en nacionalizar el banco.

Para el conocido comentarista del Financial Times Martin Wolf, la nacionalización del banco es la decisión correcta, pero "debió de tomarse hace meses".

"Tan pronto como se hizo evidente que el banco sólo podría sobrevivir con generosas garantías del sector público, toda solución del sector privado no podía ser sino simple espejismo", explica Wolf.

Para The Times, desde el principio casi todo el mundo, salvo el primer ministro, Gordon Brown, y su ministro de Economía, tenían claro que "la única salida sensible y moralmente justificada", una vez que Northen Rock tuvo que recurrir a las ayudas del Tesoro, era la nacionalización.

Esta debía haber sido sólo la primera de las difíciles decisiones del Gobierno, escribe el periódico, según el cual "el objetivo de la nacionalización debería haber sido, y al final tendrá que ser, recuperar cuanto antes los 100.000 millones de libras de los contribuyentes e impedir mayores daños al sistema financiero cerrando el banco y despidiendo a la mayor parte de la plantilla".

The Guardian señala por su parte que la admisión de que no había más remedio que nacionalizar el banco fue "un momento de vergüenza para un Gobierno que ha intentado durante seis meses evitar lo inevitable" y afirma que "un gobierno más valiente" habría llegado antes a esa conclusión.

"El Gobierno asumió los riesgos de Northern Rock al garantizar sus deudas el pasado verano, y a partir de ese momento (el banco) dejo de ser viable como empresa privada", comenta el periódico.

"Cualquier solución mixta entre el sector público y el privado -agrega The Guardian- habría dejado todos los riesgos al contribuyente mientras que todo el beneficio habría sido para la City".

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