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La primera crisis del euro

Brown intercede ante Zapatero para retrasar el debate sobre los fondos especulativos en la UE

El primer ministro británico llamó anoche a la Moncloa para trasladarle su rechazo. - España justifica la retirada de la norma de la agenda del Ecofin en que quiere buscar el "máximo consenso"

La presión de Reino Unido ha evitado que la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE que se celebra hoy en Bruselas analizase la propuesta de reforzar el control de los fondos de alto riesgo especulativos (hedge funds). La medida, que se puso sobre la mesa tras la implicación de algunos instrumentos de inversión y el mercadeo con los seguros por impago en la crisis de la deuda griega y el aumento de la presión sobre los mercados de bonos soberanos, estaba en el orden del día del Ecofin, pero no ha llegado a ser debatida.

Según ha podido confirmar EL PAÍS, ha sido el primer ministro británico, Gordon Brown, quien ha intercedido ante el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que a su vez ocupa la presidencia de turno europea, con el objetivo de retirar el controvertido punto del orden del día. Brown, en cuyo país están asentados la mayor parte de este tipo de fondos, llamó ayer por la noche a Moncloa para trasladar al jefe del Ejecutivo que su país no podía aceptar la norma tal y como está planteada de momento, tal y como ha adelantado el Financial Times.

"Máximo consenso"

"Lo que es bueno siempre es tener el máximo consenso, así que vamos a seguir trabajando por él", ha argumentado la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, desde Bruselas. El objetivo del aplazamiento, según fuentes de la presidencia española de turno de la UE, es reunir el mayor grado de acuerdo sobre esta directiva clave para el sector financiero. De hecho, esta semana se reúnen en Canadá los técnicos de los países del G-20 -conocidos como sherpas- con el objetivo de analizar posibles vías para reforzar la supervisión de los instrumentos que permiten los movimientos especulativos y llegar a un consenso. Todos están de acuerdo en el objetivo final, aunque difieren en lo relativo a las formas.

"No tenemos muchas obsesiones, y no nos ha movido en absoluto la obsesión por la unanimidad, más bien la de tratar de conseguir el mayor consenso posible", ha aclarado la ministra Salgado, que se ha mostrada confiada en que todavía "hay margen" para sumar más apoyos. Tanto dentro como fuera de la Unión Europea. A su lado, el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, el francés Michel Barnier, se ha mostrado circunspecto sobre el aplazamiento del debate y ha puntualizado que la decisión es "responsabilidad de la Presidencia española" europea.

Dentro de la Unión, solo Reino Unido la rechaza de forma abierta, aunque tiene el importante apoyo de EE UU para imponer su postura de fronteras para dentro. La razón, su impacto en la City, el centro financiero de la capital británica donde se concentran entre el 70% y el 80% de los fondos europeos. Asimismo, tanto Londres como Washington advierten de que puede incurrir en prácticas proteccionistas.

Medidas discriminatorias

Según la Casa Blanca, tal y como afirmó su secretario del Tesoro, Tim Geithner, la limitación de los hedge funds "discriminará a las empresas estadounidenses y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora disfrutan". No obstante, la Comisión asegura que la norma se limita a cumplir los acuerdos del G-20 para que ningún instrumento financiero escape a la regulación.

De hecho, uno de los principales puntos de discrepancia que llegaba sin acuerdo a la reunión de este martes es el tratamiento que debe darse a los gestores de fondos de alto riesgo basados fuera de la UE. Reino Unido reclama que, si estos gestores son autorizados por el supervisor de un Estado miembro, se beneficien de un pasaporte europeo que les permita operar en todos los países de la UE. Ello permitiría que los hedge funds radicados en territorios dependientes de Reino Unido como Jersey o las islas Caimán puedan trabajar en toda la UE si los aprueba la autoridad británica.

El resto de Estados miembros se oponen a dar un pasaporte europeo a los gestores de fondos extranjeros porque no estarán sometidos a las mismas exigencias de transparencia que impondrá la UE. Reclaman que se mantenga la situación actual, es decir, que los gestores de fuera de la UE tengan que pedir autorización en cada uno de los países en los que quieran operar.

En función de su cartera de negocio

La norma sólo se aplicará a los gestores de este tipo de fondos con una cartera de más de 100 millones de euros. Para los gestores que no recurran al apalancamiento el límite para escapar a la regulación será más alto, de 500 millones, por considerarse que no plantean un riesgo sistémico. Para operar en la UE, los gestores de fondos de alto riesgo deberán obtener la autorización del supervisor del Estado miembro en el que estén basados y estarán sujetos a supervisión y a controles estrictos, así como a duras exigencias de transparencia. Los supervisores tendrán todos los poderes necesarios para intervenir en caso de que el apalancamiento de los fondos suponga una amenaza para la estabilidad del mercado financiero.

La norma incluye además restricciones a las primas salariales que cobran los gestores. Francia considera insuficientes estos límites porque son menos estrictos que los que la normativa europea prevé para los directivos de bancos. El debate ha quedado aplazado a otra reunión, sin fecha todavía, pero en cualquier caso dentro del semestre de presidencia española, que acaba a finales de junio.

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