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Brown urge al G-20 a un pacto sobre los sueldos de la banca

Sarkozy amaga con abandonar la cumbre si no hay avances

A pocas horas del inicio en Londres de la segunda cumbre mundial contra la crisis, los mandatarios de varios países jugaron ayer sus últimas bazas para delimitar las prioridades del acuerdo que aún discuten las delegaciones. A la espera de las primeras declaraciones del presidente de EE UU, Barack Obama, que aterrizó anoche en Reino Unido, fueron los líderes europeos los más activos en intentar un último golpe de timón a las negociaciones.

El primer ministro británico, Gordon Brown, aprovechó un acto con organizaciones caritativas en la catedral de Saint Paul para reclamar que el acuerdo que se fragua bajo el paraguas del G-20, el grupo que integra a países ricos y emergentes, incluya medidas contra el sistema de compensaciones multimillonarias para los ejecutivos del sector financiero. "La globalización sin control que llevó a la crisis, no sólo cruzó las fronteras, también sobrepasó los límites morales", dijo Brown.

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El líder británico recalcó que la remuneración variable de los directivos debe ligarse a "la generación de valor a largo plazo en las entidades". En el seno del G-20 sigue abierto el debate sobre si los supervisores nacionales deben vigilar que estas nuevas guías al sistema de retribución se cumplan. Las palabras de Brown iban acompañadas de la fuerza de un gesto simbólico: el lunes decidió congelar su sueldo y el de los ministros, además de limitar al 1,5% la subida para los altos cargos públicos.

Pero para intento de condicionar el devenir de la cumbre, el del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que sugirió, primero con una filtración al rotativo The Times y luego a través de su ministra de Finanzas, Christine Lagarde, que abandonará la reunión de mañana si no hay avances en la reforma de la regulación del sistema financiero.

Francia plantea incluso la creación de un regulador internacional, frente al criterio de la mayoría de países que aboga por intensificar la coordinación entre los reguladores nacionales en el Foro de Estabilidad Financiera.

"Hay que obtener resultados, no hay elección", insistió ayer Sarkozy. La intervención del presidente francés se produce sólo unos días después de que Estados Unidos haya anunciado una iniciativa de reforma de su sistema de regulación y supervisión que cumple con buena parte de las exigencias europeas. La iniciativa de Obama abre la posibilidad de un avance en esta materia al tiempo que arrebata una de las principales banderas que enarbolaban los países de la UE.

Sarkozy quiso ayer recuperar esa bandera y mandar también el mensaje de que su empeño en acabar con los paraísos fiscales va en serio. Una posición que el Gobierno francés reforzó también con los hechos: ayer trascendió el inicio de una investigación judicial sobre el supuesto desvío de dinero de grandes compañías (Elf, Michelin, Adidas) a fundaciones de Liechtenstein, un año después del inicio del proceso a instancias del Ejecutivo francés.

Más comedida estuvo la canciller alemana, Angela Merkel, quien también usó a sus asesores para fijar los límites de la partida. Según la delegación alemana, en el acuerdo que se anunciará el jueves no se incluirá ni la exigencia de un plan de estímulo fiscal para los países avanzados ni se abrirá el debate sobre el uso de una única divisa internacional.

El aumento del gasto público sí es una alternativa para el primer ministro japonés, Taro Aso, que ayer anunció que su Gobierno estudia un tercer plan de estímulo contra la crisis. Y la ampliación de recursos del Fondo Monetario Internacional parece ya una certeza. El presidente de México, Felipe Calderón, dijo a su llegada a Londres que negocia con el Fondo una línea de crédito de 25.000 millones de euros.

Lo que está encima de la mesa

- ECONOMÍA. Se discutirá si los bancos centrales deben seguir con una política monetaria expansiva con medidas extraordinarias que incluyen el aumento de la masa monetaria. Los países intentarán a su vez coordinar los estímulos fiscales para reactivar las economías. Se abordará la gestión de una economía sostenible para evitar el impacto del cambio climático. Los gobiernos debatirán cómo corregir los desequilibrios globales.

- SECTOR BANCARIO. La cumbre busca consensuar medidas sobre cómo controlar las entidades financieras y ampliar las competencias de los reguladores. Los gobiernos desarrollarán un sistema de alarma del riesgo, mejorarán las normas de valoración y favorecerán la transparencia. Se discutirán los requerimientos de capital de las entidades así como las provisiones para mitigar el exceso de crédito. Están también sobre la mesa las polémicas retribuciones a los directivos.

- ARQUITECTURA FINANCIERA. La cumbre abordará varios aspectos del Fondo Monetario Internacional (FMI), como una posible reforma, aumentar su capacidad de crédito o su misión supervisora. Se revisarán los objetivos del Banco Mundial y el papel de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

- COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL. Se abordará cómo evitar las medidas proteccionistas en la industria y el comercio. Se discutirá si ha habido competencia desleal en las intervenciones bancarias.

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