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Caixa Catalunya y sus socias pedirán 1.315 millones al FROB

Las asambleas prevén dar luz verde a la fusión este enero

La futura segunda gran caja catalana y cuarta de toda España, que surgirá de la fusión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, necesitará 1.315 millones de euros de ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para costear la integración de las tres. Los deberá devolver, con intereses, en cinco años. Así consta en el plan de integración que las tres entidades aprobaron anoche en sendos Consejos de Administración convocados con carácter extraordinario.

Las cajas subrayaron que son las primeras en España en haber dado luz verde a un plan concreto de fusión, que ahora se elevará al Banco de España. "Hemos cerrado este documento en poco menos que dos meses", señaló Manel Rosell, presidente de Caixa Manresa, la más pequeña y saneada de las tres. Narcís Serra, presidente de Caixa Catalunya, lo atribuyó a la "visión compartida" de las tres, que han tomado la delantera a las otras cajas catalanas que anunciaron antes su fusión (Girona, Manlleu, Terrassa y Sabadell).

Manresa, Tarragona y Catalunya son las primeras en aprobar la integración

El plan prevé que las asambleas generales de las tres cajas se reúnan ya el próximo 21 de enero para aprobar el proceso, ya con el compromiso del supervisor de que podrán contar con el dinero. Si todo va como quieren las entidades, la nueva caja, con su nueva marca comercial aún por desvelar, empezará a operar como una sola en el segundo trimestre de 2010. El tamaño de su estructura contempla 7.600 empleados y 1.215 oficinas.

El plan de integración de la futura caja, que dirigirá Adolf Todó, incorpora el pacto sellado con los representantes sindicales de las tres entidades, cuyo desacuerdo inicial había provocado días de tensión y amenazas de intentar torpedear la fusión. Ese pacto finalmente dibuja una entidad con 1.300 trabajadores menos de los que sumarán las tres plantillas. En un principio, las cajas plantearon prescindir de 1.800 personas (20% de la plantilla). Los sindicatos han arrancado garantías de que la salida de los empleados, mediante prejubilaciones y bajas incentivadas, será "voluntaria".

Por lo que respecta a la red de oficinas, que en especial Caixa Catalunya se había expandido fuera de la comunidad catalana, la escabechina afectará, de entrada, a 395 sucursales y no a 500 (30% del total y 43% de la red no catalana), como se preveía en principio. Las que estén en pérdidas tendrán dos años para entrar en beneficios y librarse del cierre.

La nueva entidad tiene 81.606 millones en activos, unos créditos a clientes de 62.886 millones y unos recursos de clientes gestionados de 67.896 millones.

En un comunicado conjunto, Catalunya, Manresa y Tarragona señalaron su "vocación de liderazgo en el sector financiero español" y que operarán "con elevados niveles de solvencia, eficiencia y productividad". También apunta que mantendrá la proximidad y la calidad de servicio al cliente como sus "rasgos de identidad".

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