China anula las ayudas a la inversión extranjera en el automóvil
El objetivo es impulsar una industria propia frente a las multinacionales
Las compañías automovilísticas chinas fabrican cada vez mejores coches, que comienzan a abrirse un hueco en el mundo, y Pekín considera que ha llegado el momento de dar un fuerte impulso a su propia industria, frente a las multinacionales extranjeras, especialmente en el delicado contexto creado por la crisis mundial. Con este fin, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD) -órgano responsable de la planificación económica del país- y el Ministerio de Comercio ha anunciado que China "dejará de apoyar" la inversión extranjera en el sector automovilístico para permitir "un desarrollo sano de la fabricación local de coches".
El cambio -que entrará en vigor el 30 de enero- se produce en medio de la seria ralentización de las ventas de automóviles experimentada este año por el país asiático, y de los esfuerzos de las autoridades para respaldar la economía doméstica frente a la menor demanda. China superó a EE UU en 2009 como mayor mercado automovilístico del mundo. Pekín no ha detallado en qué consistirá la retirada del apoyo a la inversión extranjera, pero algunos analistas afirman que supondrá el fin de beneficios como los aranceles reducidos a la importación de maquinaria.
Los coches chinos empiezan a abrirse un hueco en los mercados mundiales
La CNRD ha asegurado, sin embargo, que continuarán los incentivos a la inversión en vehículos de combustible más eficiente; una forma de atraer tecnología que a China le interesa desarrollar. El organismo defiende que el país debe cultivar nuevas industrias estratégicas para hacer su fabricación más sofisticada y competitiva globalmente.
La decisión se produce pocos días después de que Pekín decidiera imponer aranceles, durante un periodo de dos años, a la importación de turismos y SUV (sports utility vehicles) estadounidenses con motor igual o superior a 2,5 litros. La tasa oscilará entre el 2% y el 21,5%. Las ventas de vehículos han crecido un 2,6% en China en los 11 primeros meses, respecto a hace un año, cuando en el conjunto de 2010 subieron la cifra récord del 32%. La decisión de apoyar la inversión extranjera en vehículos verdes responde a los planes del Gobierno de impulsar este tipo de energía. Wan Gang, ministro de Ciencia y Tecnología, ha dicho esta semana que China necesita mejorar su capacidad de investigación y diseño de coches eléctricos, y debería establecer normas para baterías cuanto antes. Pekín se ha fijado como objetivo que haya un millón de coches eléctricos en las carreteras para 2015.
La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo y el Ministerio de Comercio también han asegurado que suavizará las restricciones a la inversión en algunos sectores y eliminarán los topes al porcentaje de capital foráneo en otros. China afirma que ha atraído 103.770 millones de dólares (80.200 millones de euros) en inversión directa hasta noviembre, un 13,25% más que un año antes.