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China inyecta 35.500 millones en dos de sus mayores bancos

El Gobierno chino ha inyectado 45.000 millones de dólares (35.500 millones de euros) en dos de los mayores bancos del país -el Banco de China y el Banco de la Construcción-, en un movimiento destinado a reducir el alto porcentaje de créditos impagados antes de sus colocaciones en Bolsa. La medida, esperada desde hace tiempo, forma parte del plan de reestructuración puesto en marcha para modernizar el sector bancario, uno de los grandes puntos débiles de la sexta economía del mundo, de cara a la entrada de competidores extranjeros en 2006.

China ha utilizado alrededor del 10% de sus cuantiosas reservas en divisas extranjeras -las segundas del mundo después de Japón- para insuflar capital fresco, a partes iguales, en dos de los integrantes del núcleo duro de la banca nacional. Los denominados cuatro grandes, que incluyen además el Banco Industrial y Comercial y el Banco Agrícola, acumulaban a finales de septiembre pasado unos créditos impagados de 240.000 millones de dólares, según el Gobierno. Los expertos extranjeros sitúan el porcentaje entre el 40% y el 50% del total de los préstamos, frente al 20% oficial.

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Estos altos ratios son producto de la mala gestión y de cinco décadas financiando empresas públicas no rentables bajo el dictado de las autoridades. El balón de oxígeno debe permitir al Banco de la Construcción y al Banco de China salir a Bolsa este año y el que viene, respectivamente.

No es la primera vez que Pekín recurre a las arcas públicas para dar aire al sector. En 1998 empleó 270.000 millones de yuanes (25.700 millones de euros) para incrementar el capital de los cuatro, y al año siguiente creó otras tantas compañías de gestión de activos para comprar más de 1,4 billones de yuanes en activos a los bancos.

La reforma del sistema financiero es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta China para mantener su fuerte ritmo de crecimiento: 8% en 2002 y un 8,5% previsto el año pasado. Además, es una de las condiciones necesarias, según los expertos, para la libre flotación de su moneda, el yuan o renminbi, que está ligada al dólar.

Créditos impagados

La inyección de fondos realizada en las dos entidades seleccionadas por el Consejo de Estado para pilotar la reforma ha dejado las reservas en divisas extranjeras en 403.250 millones de dólares a finales del año pasado.

El Banco de China ha dicho que quiere situar su ratio de malos créditos por debajo del 10%, para ser más atractivo a los potenciales inversores y poder competir con las compañías extranjeras, que podrán operar sin restricciones en el país en 2006, según los compromisos adquiridos con la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sin embargo, el saneamiento no bastará para convertirlos en verdaderos bancos comerciales. Una de las mayores dificultades, según los analistas, será la modernización de sus sistemas de dirección, de gestión y tecnológicos.

El Gobierno ha advertido que pretende mantener el control de las principales compañías financieras y otras "industrias estratégicas", aunque sean convertidas en verdaderas corporaciones que funcionen según las leyes del mercado.

El pasado 1 de diciembre, la Comisión Reguladora Bancaria elevó del 15% al 20% la participación que puede tomar un único accionista extranjero en un banco local. En conjunto, la inversión foránea podrá llegar al 25%.

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