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China es ya el primer consumidor mundial en alimentación y energía

La economía del país asiático crece una media del 9% desde 1980

Desde que Deng Xiaoping lanzó hace un cuarto de siglo el proceso de apertura y reforma, la economía china ha crecido a una media anual de más del 9%. Durante este tiempo, el país ha sufrido una profunda transformación, que lo ha convertido en el primer consumidor del mundo de cuatro de los cinco productos alimentarios y energéticos básicos. En demanda de grano, carne, acero y carbón ha superado a EE UU.

La economía de Estados Unidos, sin embargo, continúa siendo la mayor consumidora de petróleo, debido al tamaño de su parque automovilístico. Esta situación pone de manifiesto, según dijo ayer Lester Brown, presidente del Earth Policy Institute, con sede en Washington, que China se ha erigido en "un líder económico mundial".

El informe hecho público por el centro de pensamiento estadounidense señala que la demanda de acero en el llamado imperio del centro se ha disparado hasta más que duplicar la de Estados Unidos: 258 millones de toneladas, frente a 104 millones, en 2003. La construcción de cientos de miles de edificios y obras de infraestructura ha provocado un consumo del metal jamás visto en otro lugar. Gigantescas estructuras salpican el paisaje de ciudades como Pekín o Shanghai, en este país embebido en un acelerado proceso de urbanización.

En productos alimentarios, la balanza se ha inclinado también claramente hacia el lado asiático. El consumo chino de grano ascendió el año pasado a 382 millones de toneladas, frente a 278 millones en Estados Unidos. El gigante asiático le supera tanto en demanda de arroz como de trigo, aunque no en maíz.

Además, los 1.300 millones de ciudadanos chinos engulleron 63 millones de toneladas de carne, en su mayor parte cerdo, frente a 37 millones de toneladas los 297 millones de estadounidenses, quienes reparten sus preferencias, casi a partes iguales, entre la ternera, el cerdo y las aves.

Sin embargo, el consumo per cápita estadounidense, con 127 kilos, es 2,6 veces superior, lo que refleja la fuerte diferencia existente entre las rentas per cápita de los dos países: 38.000 dólares (29.070 euros), respecto a 5.300 dólares (4.054 euros).

En el campo energético, existen diferencias, ligadas a su muy distinto grado de desarrollo. La nación más poblada del mundo obtiene dos tercios de sus necesidades del carbón, del cual quema 800 millones de toneladas al año, frente a 574 Estados Unidos, que, sin embargo, sigue siendo, con diferencia, el mayor usuario de petróleo: 20,4 millones de barriles al día en 2004, frente a 6,5 millones China. Pero si el consumo en el país norteamericano creció un 15%, en el nuevo gigante industrial más que se duplicó.

Líder en aluminio y cobre

Además del acero, China también ocupa el primer lugar en la utilización de otros metales, como aluminio y cobre. Y, según advirtió Brown en un comunicado, "la diferencia entre los dos países se está incrementando".

El estudio de Earth Policy Institute señala que el gigante asiático superó a su en muchos aspectos modelo en la compra de televisores hace años. Si en 1996 los chinos tenían siete millones de móviles y los estadounidenses, 44 millones, las cifras fueron de 269 y 159 millones, respectivamente, en 2003. China se ha saltado etapas y muchas zonas rurales no disponen de línea fija, aunque sí de antenas de telefonía móvil. Entre los principales productos de consumo, Estados Unidos sólo le supera en vehículos de motor: 226 millones, frente a 24 millones. Pero la flota china, que se ha duplicado en los dos últimos años, aumenta a gran velocidad.

Pekín importa ingentes cantidades de grano, soja, mineral de hierro, aluminio, platino, fosfatos, potasa, petróleo, gas natural o algodón con que surtir a su potente industria textil. El acceso a estos productos se ha convertido en uno de los ejes de la política exterior y de seguridad de China, que está multiplicando alianzas desde Asia a Latinoamérica. Unas alianzas que, según Brown, son bienvenidas en países como Brasil, como una forma de compensar la influencia estadounidense. "Su voraz apetito de materiales no sólo está incrementando los precios de las materias primas, sino también de los fletes de transporte", dijo Brown. China mantiene su balanza comercial estable en parte gracias al gran superávit con Estados Unidos: 162.000 millones de dólares (123.929 millones de euros) en 2004.

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