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Chrysler y Fiat suman fuerzas contra la crisis

La alianza se forjó rápido. Chrysler, que atraviesa por serios apuros financieros que amenazan su supervivencia, va a ceder un 35% de su capital al grupo Fiat. No habrá dinero por medio en la operación. El gigante de Detroit recibirá a cambio acceso a la tecnología de la casa italiana para desarrollar vehículos más pequeños y eficientes, así como a su red de distribución fuera de Norteamérica.

John Elkann, vicepresidente de Fiat, fue el primero en saltar a escena al decir que no era ningún misterio que había negociaciones entre las dos orillas del Atlántico, y que el canal llevaba tiempo abierto. Y es que el fabricante italiano también necesita a un socio para sortear la crisis. Además, desde hace meses intenta volver a EE UU, donde su negocio está limitado a Ferrari y Maserati.

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Chrysler es el eslabón débil. Para sobrevivir necesita incluir en su gama coches que respondan a la demanda de los clientes estadounidenses, cada vez más reacios a comprar vehículos grandes y sobrados de potencia. Fiat le aporta la plataforma técnica para avanzar en esa línea, y además le ofrece su red de distribución para adentrase en nuevos mercados.

La alianza global forjada ayer le permitiría, por su parte, al grupo italiano utilizar la estructura de Chrysler para relanzar las marcas Fiat y Alfa Romeo en EE UU, tras 15 años de ausencia. La alianza producirá además unas sinergias que ayudarán a las dos casas automovilísticas a reducir costes, que algunos analistas estiman en ahorros de en torno a 3.500 millones de dólares (2.717 millones de euros).

El pacto no es vinculante, lo que deja la puerta abierta a otras alternativas. Además, debe ser examinado y respaldo por el Tesoro de EE UU para que pueda ser llevado a la práctica. Chrysler acaba de recibir un crédito de 4.000 millones para financiar su proceso de reestructuración, que espera ampliar con otros 3.000 millones. A esa cantidad se suman 1.500 millones para la filial financiera.

La compañía estadounidense, controlada por el fondo Cerberus, considera que los términos de la alianza respetan las condiciones fijadas por Washington para acceder a las ayudas. El Tesoro tiene poder para controlar cualquier partida superior a los 100 millones y exigir la devolución de los fondos si se desvían del objetivo.

Chrysler y Fiat van a presentar un plan de viabilidad, para demostrar que sumando fuerzas no sólo podrán sobrevivir a la crisis sino que competirán a escala global frente al consorcio Renault-Nissan, el grupo alemán Volkswagen, la asiática Toyota Motor o las estadounidenses General Motors y Ford Motor.

Falta por saber qué hará Daimler con su parte en Chrysler. El grupo alemán conserva una quinta parte del capital de la estadounidense. De momento se limita a reiterar que busca a algún interesado por su porción y se muestra positivo ante cualquier iniciativa que contribuya a estabilizar la difícil situación por la que atraviesa Detroit.

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