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Draghi asegura que el BCE ha evitado el colapso del crédito con su liquidez

El banco central considera que el dinero está llegando a la economía real

Mario Draghi defendió los créditos a la banca privada aprobados en diciembre por el Banco Central europeo. El italiano, que preside el banco emisor desde noviembre, explicó en su rueda de prensa mensual que los 489.000 millones que los bancos europeos tomaron prestados del BCE preservaron el sistema bancario europeo del colapso. Draghi aseguró que estos créditos por tres años al 1% de interés "están llegando a la economía real". Sus críticos señalan el enorme crecimiento de los depósitos a corto plazo en el propio BCE, donde los bancos europeos tenían ayer aparcada la friolera de 471.000 millones de euros. En defensa de su programa de crédito sin precedentes, Draghi dijo ayer que los depósitos en el BCE "no son de los mismos bancos que tomaron dinero prestado" en diciembre. Draghi interrumpió ayer la serie de rebajas en los tipos de interés que comenzó en noviembre. Permanecen en el 1%.

El BCE elogia los esfuerzos de varios países del euro en los últimos meses
El italiano evita pronunciarse sobre las medidas del Gobierno de Rajoy

En su defensa de la barra libre de liquidez del BCE, Draghi dijo que no hay "elementos suficientes" para evaluar si la medida está siendo la clave para los éxitos en las recientes subastas de deuda de España e Italia.

Preguntado explícitamente sobre las medidas de austeridad del nuevo Gobierno español, Draghi recordó que él evita "hacer comentarios sobre países concretos", pero añadió que en los últimos "cuatro o cinco meses se han emprendido esfuerzos de consolidación fiscal y de reformas estructurales notables en diversos países de la Eurozona, con progresos extraordinarios". Previamente, sí que había hecho una referencia a un país en concreto: "Uno puede ver que los mercados aprecian lo que está ocurriendo en Italia", dijo sobre su propio país. El presidente del BCE pidió a los gobernantes europeos que apliquen los planes de estabilidad fiscal pactados a finales del año pasado, que "deberían firmarse este mes".

Siguiendo la costumbre de los presidentes del BCE, Draghi evitó comentar la posibilidad de rebajar los tipos de interés en los próximos meses. El eurobanco nunca ha dejado el precio del dinero por debajo del 1%, a diferencia de otras entidades emisoras como la Reserva Federal de Estados Unidos. Sin embargo, la crisis europea y la amenaza de que Alemania caiga también en la recesión durante el primer trimestre alientan las especulaciones sobre otra posible rebaja en 2012. Draghi calificó la situación económica de "incierta" y aseguró que el BCE está "listo para actuar". Confirmando estos los malos augurios, el Gobierno alemán rebajará por su parte las previsiones de crecimiento para 2012, hasta ahora fija en el 1%.

Una de las claves para los meses es la difícil situación de Grecia. Draghi se refirió a la quita del 50% de la deuda pactada el año pasado con los tenedores privados, que tuvo "consecuencias inesperadas que sobrepasaron las previsiones". Según afirmó, "todos estamos de acuerdo en que no queremos aplicar nuevas quitas" a los acreedores privados de Grecia. Diversos analistas han señalado desde finales de año que Grecia podría ser incapaz de salir adelante con los planes de reestructuración de deuda pactados hasta ahora. Para Draghi, se hace demasiado énfasis en aliviar la deuda, en lugar de "fijar la atención en las medidas de consolidación y en las reformas estructurales".

Los economistas del BCE perciben una "actividad económica debilitada" en la eurozona. Detectan "riesgos" de que siga contrayéndose, pero también cuentan con "algunos indicios de estabilización" en un nivel bajo. Estas señales "de baja intensidad" han desaconsejado seguir recortando los tipos por tercer mes consecutivo, toda vez que la inflación continúa por encima del techo del 2% que el BCE considera ideal, pero cree que bajará en unos meses.

El Consejo de Gobierno del BCE, en cuya presidencia se estrenó Draghi hace dos meses, ha atravesado cambios sustanciales en las últimas semanas. Por la parte alemana, el exsecretario de Estado Jörg Asmussen, de 45 años, ha sustituido a Jürgen Stark en el directorio. Stark es un viejo campeón de la disciplina fiscal alemana. Su puesto de economista jefe del BCE queda en manos del belga Peter Praet, con lo que Alemania pierde el monopolio que conservaba sobre dicho cargo. Algunos analistas, especialmente en la propia Alemania, consideran que estas novedades podrían desviar al BCE de la ortodoxia antiinflacionista que tradicionalmente abandera el Bundesbank.

El presidente del BCE, Mario Draghi, ayer durante la rueda de prensa mensual en Fráncfort.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ayer durante la rueda de prensa mensual en Fráncfort.ALEX DOMANSKI (REUTERS)

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